“Nueve intentos para escribir sobre el verbo existir”. Tres fragmentos del fanzine Ensayo sobre el movimiento de Magdalena Testoni.

selección por Sofía Helena Fontana




intento número ocho

el movimiento oportuno nos saca del peligro 
somos un volcán activo inactivo activo 
a veces las piedras ayudan 
a continuar a construir a desterrar a dar en el blanco
yo saqué una runa para mí y una para ella 
y nos dijo que estamos listas.
una palabra por piedra nos prepara para partir.
una vez me encontré con ella
no creas que fue hace mucho
fue casi ayer
y fue un volcán activo inactivo activo
le entregué toda mi mirada atenta
no puedo contener me dice no quiero
todo lo que sale del fondo de adentro
anticipando la lluvia nos prendimos fuego
el movimiento oportuno nos saca del peligro.

...

intento número tres


Tengo recuerdos difusos pero pasó algo como esto: 
La casa de mi abuelo era uno de esos espacios en los que aprendí a no dejar de buscar nunca, siempre podía encontrar algo viejo pero nuevo para mí. Cuando entramos a su casa y él ya no estaba, no sé por qué, ni de dónde, agarré mi tesoro. Hoy puedo reconstruir la casa de mi abuelo con estas tres cosas: un reloj despertador, una cinta métrica de tela y una colección de almanaques. 
El asombro se presenta cuando cuento que esa colección termina el año de mi nacimiento: 1989. Su colección dejó de existir cuando yo empecé a hacerlo. La colección se llama “Almanaques Existencia”. Esto es mi cuerpo: una colección de colecciones.
¿Qué es existir? Existir dónde. 
Nuestro contacto se hizo más fuerte cuando él murió. Yo tenía 12 años y me había quedado muy mal porque no le había dicho que lo quería a tiempo. La primera vez que me apareció en un sueño, yo le estaba escribiendo muchos te quiero en el pizarrón que tenía en la cochera, un te quiero gigante y después rellenaba los espacios vacíos con te quiero más chiquitos. Él lo veía con mi abuela desde un costado y me decía que ya lo sabía. Otra vez vino a la cocina de mi casa en una ronda con mi familia, en la que solo yo lo podía ver y él me decía al oído que le diga a cada persona de mi familia que la quería. Decile a tu mamá que la quiero. Decile a tu papá que lo quiero… y así. Nuestra relación estaba unida por una necesidad muy fuerte de darnos amor. Nos comíamos las uñas para ver si había quedado claro. 
Existir cuándo. Existir es darnos cuenta de algo. ¿Se existe por momentos o para siempre? 
Me encuentro con la necesidad de escribir sobre partes de mi cuerpo que ya no existen. Mi abuelo es en mí “la verdad”, es mi lógica, es mi responsabilidad, es mi exigencia. Mi tío Edgardo es mi creatividad, es mi libertad. Los dos son mi autonomía. 
Edgardo siempre me impulsó a escribir y fue uno de los primeros en leerme y decirme algo después.
La única vez que soñé con él fue pocas semanas después de su muerte y se ve que también le habían quedado cosas pendientes, porque me dejó algunas tareas. Yo tenía en mis manos una carta suya que mientras la iba leyendo, él me la leía también y escuché su voz. Había mensajes para su hermana y para su novia, entre otras cosas. A mí me recomendaba leer un libro. Cuando leí (me leyó) el título, en ese momento estaba segura de que me lo iba a acordar después pero, claro, no fue así. Solo me quedó guardada en la cabeza la sombra de las palabras, eran cinco y una de ellas era “flores”. Pensé mucho pero no se me ocurría cuál podía ser, Las flores del mal imposible porque nada que ver con nosotres. 
Un día, revisando textos viejos en la memoria de mi compu, me encuentro con mi primer cuento largo, uno que escribí gran parte en su casa y que a él le gustaba mucho. Se llama “El poder de las flores” y me dio mucha vergüenza y amor su gesto. Yo entendí, pero todavía no pude volver al cuento, me hace volver a una sensación que dejé muy atrás, que entiendo él quiere que la transforme pero todavía no me siento lista. O no sé si comprendo del todo. Cuando le envié el cuento a su novia, leí la última frase que me pareció un hermoso mensaje de despedida y una aclaración: este no es el idioma correcto para traducir los sueños. 
¿Cuál es la relación entre comprender y existir? Un movimiento físico, un cambio de posición, un traslado. ¿Cuál es el gesto? Existir cómo.
Hay una tarea que me dejó mi tío que todavía no hice y no volví a soñar con él. Esto me hace pensar en los lugares que por inercia elijo habitar.
Una vez fui a que me leyeran el aura. Fue hace muchos años y Edgardo todavía estaba vivo, solo pregunté por mi abuelo. Le dije: Quiero preguntarte por mi abuelo Juan. Sí, él está atrás tuyo, me dice. Y ella habla y dice todo con muchos silencios en el medio y muy concentrada, nunca con los ojos abiertos, y yo escucho y grabo y dijo esto: Tiene cartas en la mano. Y te las muestra, como un juego. Cuando te acercás para ver qué dicen te las saca rápido. Te vuelve a mostrar las cartas y te asomás, pero cuando estás a punto de comprender te las saca. Como un juego, a él le divierte. 
Mi abuelo era un tipo amable pero severo. 
Lo que tu abuelo te quiere decir es que él va a estar para vos siempre en el camino de la verdad. Cuando quieras buscar una verdad podés pedirle su ayuda y él te la va a dar, pero cada persona tiene la suya, él no va a dejar que veas su verdad.
 Y remató: si vos no lo escuchás y no hacés lo que te dice, las consecuencias van a ser mucho más duras que si nunca lo hubieses buscado. 
Un tipo amable pero riguroso. 
Existir por qué.

...


intento número siete

No se puede determinar 
simultáneamente 
y con precisión arbitraria, 
ciertos pares de variables físicas, 
como son: 
la posición y la cantidad de movimiento 
de un objeto dado. 
Cuanta mayor certeza se busca 
en determinar la posición 
de una partícula,
menos se conoce 
su cantidad de movimientos lineales
 y, por tanto, su masa y su velocidad. 
(es el principio de la incertidumbre)
entonces, 
parece que no me defino 
mientras me muevo
y no me encuentro
porque siempre estoy en movimiento
no existe la identidad completa 
existir es estar abierta a el mundo 
es poder elegir el modo
la única opción perfecta.



Ensayo sobre el movimiento de Magdalena Testoni. Segunda edición, 2021, por Cuestión Editora



| Sobre le artista |

Magdalena Testoni (Tandil, 1989). Licenciada y profesora en Letras por la UBA. Es escritora, artista, editora, curadora y gestora cultural. Desde el 2018 lleva adelante su proyecto editorial Cuestión y coordina la Feria Paraguay de Arte Impreso (instagram: @paraguay.arteimpreso). Forma parte del grupo que lleva adelante El vómito, un lugar donde se realizan exhibiciones y actividades culturales. También forma parte de Putas de mierda, un grupo de artistas amigas que tienen una editorial y se autopublican. Es asistente en Programas Públicos del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires.


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Instagram: @magui.testoni 





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