Selección de poemas del libro “Tierras Raras” de Agustina Villarejo (Aguacero ediciones, 2024)
Por Micaela Kessler
Colisionador de hadrones
El gran colisionador de hadrones es el más grande
y de mayor energía acelerador de partículas del mundo.
Manipulaciones subatómicas a cien metros
bajo tierra reversionan
las condiciones siderales de los primeros días del Universo.
De la máquina de Dios se espera que responda preguntas
que la ciencia todavía tiene.
Cuando te conocí tomamos cerveza en el bar de adentro
del parque las mesas eran toneles, tachos grandes,
los besos, justos, la piel, fresca,
tus pecas también sobre los labios y pensé
–si te dibujara–
me gustaría darte cierto aspecto de leopardo.
Volví esa noche con ganas de viajar a un lugar lejano,
sacar pasajes para dos a la frontera franco–suiza
donde está la máquina más grande alguna vez construida por
humanos.
Pedir permiso, entrar.
Big Bang del paso.
Nos van a dar, de seguro, un casquito, lentes plásticos
protectores.
Nuestros pies haciendo clanc
por pasarelas hechas de hierro.
Quizás pregunten
las razones
qué hacemos
los dos juntos
en la máquina que busca
que promete inventar
física nueva.
Precipicios
Si digo forma digo filo, que corta que se abisma contonea el entrevero de las cosas
corto y hago formas cerceno lo infinito por un rato pongo nombres reconquisto esto es mío merodeo por sinuosas periferias
pruebo el borde
hay un punto caramelo de las cosas
recorro monumentos de la Historia esculturas
negras y brillantes me precipito
hay un punto suspensivo de las cosas
terrenos lindantes demarcan geometrías
de la separación
voy a amanecer en el cruce de tu cara
algún día y seré agrimensora precisa de
nuestro perímetro.
...
Errante (meditaciones sobre la película de Adriana Lestido)
Geografía imposible de otros tiempos.
Hay una hora del ártico en la que también los pájaros aúllan. Y se oye una abundancia como de selva. Una momento después, la indistinción entre el cielo y la tierra es total. Conviene esperar ese mes del año cuando cae la nieve y la tierra vuelta blanco busca despegarse, pronunciar su autonomía de lo celeste. Geomancia.Se leen dibujos en las rocas, se divisan criaturas en las formas de la tierra. Hay diamantes, hielos esculpidos por el acto del mar. Hay camafeos, rocas obsidianas talladas por las fuerzas orogénicas. Lo animal, si es que aparece a la vista del ojo humano, sabe que obligadamente trae una cuota de disparate.
Hay un tiempo para cada estado del agua.
Una habladuría del hielo.
Y el viento.
Lo que hace todo un poco más ingobernable.
Intentar escribir con la boca de esa geografía. Como si la boca fuese un geiser, una lengua pesada, un pozo que emana magma y cuenta los tiempos de lo nohumano.
| Sobre la autora |
Agustina Villarejo es antropóloga y docente. Realizó una maestría en escritura creativa en la Universidad Tres de Febrero. Actualmente está terminando su tesis de doctorado en la Universidad de Buenos Aires en la que investiga temas de salud y enfermedad desde un enfoque etnográfico.Tierras Raras, su primer libro, mereciò el Premio Aguacero de Poesía Joven 2023.
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