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Traducciones por Federico Tinelli



Vidrio


Las palabras de un poema deberían ser vidrio

pero vidrio tan simple-sutil que su forma

sea nada sino la forma de lo que sostiene. 


Un tejido de vidrio para sí mismo está vacío, 

frágil, a lo mejor un abalorio veneciano. 

El vidrio grabado esconde al poema de su ausencia. 


Las palabras deberían verse a través, deberían ser ventanas. 

La mejor palabra fue invisible. 

El poema es lo que el poeta piensa. 


Si lo imposible no lo fuera

y si el vidrio, solo el vidrio

se pudiera sacar, el poema permanecería.


_________


Glass


Words of a poem should be glass

But glass so simple-subtle its shape

Is nothing but the shape of what it holds.


A glass spun for itself is empty,

Brittle, at best Venetian trinket.

Embossed glass hides the poem of its absence.


Words should be looked through, should be windows.

The best word were invisible.

The poem is the thing the poet thinks.


If the impossible were not,

And if the glass, only the glass,

Could be removed, the poem would remain.


...


Nada está lejos



Aunque nunca encontré la palabra

de Dios en ningún pájaro cantor,

escucho todo lo que los ancestros escucharon. 


Aunque nunca vi ninguna deidad

entrar o salir de un árbol crepuscular,

veo todo lo que los profetas vieron. 


Una simple piedra aún puede revelar

algo no en piedra, no visto, pero real. 

¿Qué puede una simple piedra revelar?


Nada está lejos si alguna vez estuvo cerca. 

Nada está escondido si alguna vez fue claridad. 

Nada fue Dios que no esté acá. 


Acá está el pájaro, el árbol, la piedra. 

Acá en el sol me siento solo

entre lo conocido y lo desconocido. 


_________



Nothing Is Far



Though I have never caught the word

Of God from any calling bird,

I hear all that the ancients heard.

 

Though I have seen no deity

Enter or leave a twilit tree,

I see all that the seers see.

 

A common stone can still reveal

Something not stone, not seen, yet real.

What may a common stone conceal?

 

Nothing is far that once was near.

Nothing is hid that once was clear.

Nothing was God that is not here.

 

Here is the bird, the tree, the stone.

Here in the sun I sit alone

Between the known and the unknown.



...


Invierno Azul



El invierno usa todos los azules que hay. 

Un tono de azul para el agua, uno para el hielo,

otro azul para las sombras sobre la nieve. 

El cielo claro o nublado usa el azul dos veces-

diferentes los dos. Y las colinas, línea por línea,

están coloreadas de azul para estar acordes.

Sabés que el recurso de doble desenfoque del pájaro azul

se ve mejor cuando no hay hojas verdes alrededor.

Y el Sirio es una estrella azul verdosa de invierno. 


_________


Blue Winter



Winter uses all the blues there are.

One shade of blue for water, one for ice,

Another blue for shadows over snow.

The clear or cloudy sky uses blue twice-

Both different blues. And hills row after row

Are colored blue according to how for.

You know the bluejay's double-blur device

Shows best when there are no green leaves to show.

And Sirius is a winterbluegreen star.




 Sobre el autor |



Robert Francis fue un poeta estadounidense nacido en 1901. Luego de graduarse de Harvard a principios de la década del 20, vivió la mayor parte de su vida en Amherst, Massachusetts. Siendo Robert Frost su principal mentor poético, Francis publicó diversos libros de poemas, entre ellos The Face Against The Glass (1950) y The Orb Weaver (1960). En 1984 fue condecorado por la Academy of American Poets por su trabajo poético a lo largo de su vida. Falleció en 1987 a los 86 años.




| Sobre el traductor |


Federico Tinelli es un poeta, traductor y periodista nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1997. Publicó su primer libro de poesía, En el Vacío Azul (2021) por la editorial Tren Instantáneo. Traduce y colabora para Escrituras Indie desde el 2021. 

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 Selección de poemas del libro "Vuelta al mundo"  de Pola Gómez Codina, editado por Salta el pez (2023)


Selección por Nadia Sol Caramella





¿Y si esta fuera una ciudad desconocida? 

Quizás estemos en un departamento que se transporta.  

Después de todo, qué lugar es un balcón. 

...

A la izquierda una mujer, tiene canarios

en jaula. Sale muy temprano a barrer el balcón en camisón translúcido. El pelo blanco y largo. A esa hora la niebla es fuerte y tapa por momentos la superficie de las cosas. La veo aparecer y desaparecer en la bruma. Arriba merodean aguiluchos.

...

La vuelta al mundo y yo. 

Ahora somos vecinas. Está en un lugar al que voy con los perros, a dos cuadras de esta casa. La encontré con sus sillas meciéndose en otoño, un poco torcida, todavía poderosa. Un aguilucho anida en su asiento más alto. Chirrió como si me reconociera. Es más pequeña de lo que recordaba. Lleva su nombre escrito con neones sobre un fondo pastel.

...

Si este parque era el futuro del pasado

entonces vos y yo vivimos en el futuro del ayer. 

Un futuro viejo.

...

En mi primera mudanza tenía cinco años.

Mi tía me regaló un oso de peluche. Corrió unos pasos hasta la puerta y dijo que era para que no extrañara. Lo tuve bajo mi almohada durante años y lo escondí como se esconde un talismán al crecer. Treinta años después, en un acto ritual en que los jóvenes devoran a los viejos, mi perro jugó con él hasta volverlo trozos de poliéster. Se acercó hasta mí con la presa destripada en la boca y la dejó a mis pies.


| Más de la autora |

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Una canción punk es el primer libro de la editorial Antipop. Una historia de iniciación y del amor más puro: el amor por lxs amigxs.

                                                                                                                      Por Sofía Vilá

     






   Y ¿sabes qué?

                                                                                          Hay veces que es lindo desconectarse de todo,

                                                                                           pero al final terminás pisando el planeta tierra, 

                                                                                           por más dosis que te des.

                                                                                                                        Pity Alvarez


Son los 90 y comienzos del 2000. Por un lado, estamos ante un panorama de crisis absoluta en todo el país; se nos cayeron encima los años dorados y nos aplastaron de realidad. Y por el  otro, algo que podría suceder en cualquier parte del planeta: unos amigos queriendo formar una banda y recorrer el país con sus canciones.


En esta novela, los personajes literalmente escarban en las rocas para encontrar algún diamante que los saque de la realidad triste y uniforme. Algo que se parezca a otra cosa, un espejismo. También es una historia de iniciación, del amor más puro, el amor por lxs amigxs:  


La dejaron morir a mi vieja, loco- nos repetía.

Lo escuchábamos atentos, como si fuera la primera vez que nos contaba la historia. Era lo mínimo que podíamos hacer por alguien del grupo.

La vida no es como en las películas donde aparece alguien y te aprieta el pecho o te da respiración de boca a boca- nos decía-. La realidad es una mierda y la gente también. 


(Extracto del libro)

     

Todo sucede en el marco reducido de una ciudad pequeña como es Salvador de Jujuy; y suceden muchas cosas, aunque la sensación es que no pasa nada, que los cerros asfixian y no dejan pasar ideas nuevas o emerger deseos profundos. A pesar de que los personajes tienen todas las de perder, de quedarse en el cinismo del incomprendido, se animan a jugar a ser estrellas. Ellos están atravesados por todo, oprimidos por ese sol lejano que pega tanto, entonces escuchan punk para que les revienten los oídos y así nada más penetre, para dejar de existir un rato y que realmente no importe nada, porque no hay nada:


-Haceme el aguante con unas birras, es de perdedor tomar solo-  

 Llegué y ya se había bajado una botella. Tenía los ojos rojos y la mano le temblaba.

- Todas las personas que quiero se me van- dijo

Yo también la quería.

Yo la amaba.

Sirvió la cerveza en ambos vasos lo más parejo posible, para que quedaran al mismo nivel, como si eso también formara parte del dolor compartido.

Por la soledad.

Por la soltería- lo corregí. 

(Extracto del libro)

       

Apropiándome del sentimiento de Fabio Martinez, editor de Antipop, yo también hubiera querido escribir esta historia. Puedo empatizar con la frustración, la bronca, el dolor de los personajes, ¿quién no? Si todxs pasamos por esa película de terror que es la adolescencia, donde parece que unas fuerzas extrañas toman nuestra mente y nos  muestran las cosas como son. 


Pero como la no escribí pero sí lo hizo Ezequiel Villarroel, puedo entregarle este libro a mis amigas y con él mi corazón de aquellas épocas doradas, donde lo único que importaba era ir hacia esa música que nos contaba la verdad. Desmembrarnos en el pogo, morir y volver a nacer en cada canción.     


                                                      

| Sobre la editorial |


Antipop: Editorial surgida en Córdoba en el 2022, definida por su editor y creador Fabio Martinez, como un espacio federal para escritores “del interior”.

Para conseguir sus títulos podés escribir a su Instagram @antipopeditorial


| Sobre el autor |


Ezequiel Villarroel (Jujuy, 1983). Es profesor en Letras y Artes Visuales. Publicó libros de poesía, entre los que se destacan Libro de lluvia, premio provincial de poesía Néstor Groppa (Fondo Editorial Secretaría de Cultura de Jujuy, 2015) y Casa rodante, Segundo premio en el Certamen Literario Provincial- Jujuy (Fondo Editorial Secretaría de Cultura de Jujuy, 2019). Una canción punk es su primera novela. 


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Reseña de Cristales de Adrián Agosta, editado por La carretilla roja (2023) 


por Julián Forneiro 





Se podría decir que Cristales (La carretilla roja, 2023) es un canto a la infancia pero eso sería escueto por demás. El autor del libro esboza un recorrido por distintos recovecos. Algunos que ofician sencillamente de escondite, y otros que nos dejan, aún, más expuestos. En escenarios barriales y congelados, de engaños e incertidumbres, los poemas de Adrián se mantienen al márgen del paso del tiempo. Buscan un cauce para mencionar dos o tres preocupaciones que se repiten y ramifican a partir de una idea: la muerte, el final, o la destrucción de lo conocido, de lo que amamos, de lo nuestro

 

Todas esas emociones y pensamientos que se desprenden son, en términos generales, algunos de los factores que nutren la escritura. Un lamento al paso del tiempo, un ánima que se alimenta de eso que queda atrás. Se nos presenta, entonces, un nuevo horizonte al que cansados asistimos una vez más. Se pregunta el autor: ¿cuáles habrán sido las razones que nos apuraron a crecer?


Resulta difícil -sino imposible- traducir los lugares donde, siendo chicos, encontramos la belleza, la razón o el sentido de pertenencia en la vida. Aquello que el autor define como la forma pura de la infancia vaciándose en el aire. Resulta natural que, a medida que pasa el tiempo, sea necesario ignorar la pérdida. Aquella fuerza impoluta de la  juventud aparece entonces como un recuerdo o un suspiro aciago, un soplo de tristeza. Algo que, a medida que abandonamos, nos deja imágenes lisas como un hermoso y violento maquillaje. 


Ya en su primer libro Entonces sopla el viento (Elemento Disruptivo, 2019)  la búsqueda de lo que consideramos sagrado se encuentra solapada con los eventos de la cotidianeidad, eso que en primera instancia nos podía parecer mundano, pasa a formar parte de los tótems que mantenemos para conservar cierta parte de nosotros. Sin dejar de pensar que, fundamentalmente, mientras unos crecen, otros mueren. O como bien dijo Nicanor Parra (El árbol de la memoria, 1961): (...) lo único verdadero / que respiramos y dejamos de respirar.


A continuación una selección de poemas de Cristales: 



SIENTO TRISTEZA A TRAVÉS DE IMÁGENES QUE VEO EN EL ANIMÉ


Otro techo desconocido El viento agita las cortinas y esparce pétalos, leyes

dientes de león, óbelos de luz solar, piel y pelos Fragancia de tulipanes Pienso

en ese enorme elefante que hace mil años deambula a solas en el océano

En sus patas llenas de liquen y coral arrastrando los restos de un galeón pirata

Goletas, redes, centenares de esqueletos En su lomo colmado de llagas, guano

pestilente, petróleo y salitre Cadáveres, gaviotas y albatros Las estrellas clavadas 

en el ondulante piélago Las pala con su trompa y no puede Quiere decir me duele

pero no le queda lengua Así de raro me siento Dibujos de humedad

trepan por mis ojos Otro techo desconocido Y en la cocina el sonido de porcelanas

y líquidos De lata y aceros ¿Quién estará en esa cocina? ¿Cabe preguntar ahora? El

elefante de mi pensamiento se ve reflejado en la superficie Intenta recordar 

algo que el agua no haya borrado Unos incisivos de marfil Una latitud oculta Una

fruta que lo hizo reír: la marula Una dura guerra, mercenarios, La oropéndola

que le dijo hola Un amor para siempre que no duró una isla Mira sus orejas

deshilachadas y suspira Quiere volar lejos pero nadie puede



...



NO TIENE SENTIDO QUEDARSE


Cruzando la plaza vemos el ombú sus

raíces en tumescente desparramo

Ahí donde antes

solíamos trepar, comer naranjú

tramar diabluras -abejorros, raspaduras

cableados- ahí está el transa ahora

mascando una saliva vieja cómo chicle

anteojos negros & ojotas Nos espera

con inquietas manos en

su campera & una sonrisa que le abre la cara

de oreja a oreja

Ricky Ricky, eh, Espinosa dice y ja

se jacta: ¿Unos suspiros?

Suena bullicioso el nylon en su bolsillo

y de a poco

se acercan los perros de siempre 



...



LOMA VERDE, UN WÉSTERN


Fue brutal Arrancaron los dos

imantados por una gravedad desconocida, el deseo

de darse muerte


uno con una punta otro

alzando con su solo brazo un pedazo de teja El sol


ardía en el cielo La vieja

Asunta los miró fugazmente desde la ventana

y corrió las cortinas Nadie más


escuchó ese sonido El sonido

que hace una teja al atravesar el cuero, fresco el 

cráneo

el crudo cerebro, el secreto crúor y después


lo que había ahí adentro Eso que 

fuese lo que fuese, fantasma o fuego, se fue





| Sobre el autor |


Adrián Agosta nació en 1994 en Adrogué, Argentina. Es profesor de Literatura. En 2019 publicó el poemario Entonces sopla el viento (Elemento Disruptivo). Forma parte de la antología Constelaciones, de Escrituras Indie, y del libro colectivo El beso que no di, de Ediciones Arroyo. Sus poemas han sido publicados en las revistas digitales MalónMalón, Outsider, y Desconlonizadxs, entre otras. En 2021, sus poemas fueron seleccionados por La Bienal de Arte Joven.