Te presentamos un recorrido por distintas experiencias de musicalización de poemas. Las palabras de Héctor Viel Temperley, Diana Bellessi y Susana Thénon se encuentran con las músicas de Luján Ricci, Georgina Hassan y Cecilia Gauna.

Por Sofi Alvarez

    




¿Qué hace que un poema se convierta en canción? Desde EI recopilamos y pusimos a conversar distintas experiencias de composición a partir de poemas preexistentes por parte de tres artistas independientes dedicadas a la canción contemporánea: Luján Ricci, Georgina Hassan, y Cecilia Gauna.

    “Hay poemas que se prestan, se dejan, y otros que no. Una vez quise musicalizar a Olga Orozco y me di cuenta de que no podía: el poema tenía una densidad en sus palabras e imágenes que nunca levantaría vuelo en una canción. Entonces, lo primero que hago es leerlo, escuchar la música que ya tiene, me conecto con la temperatura de ese poema. Así, siento que a veces el poema se abre, me habilita el ingreso”, dice Georgina Hassan. Editó Madreselva en 2017, un disco dedicado exclusivamente a la musicalización de poemas.

    Pero, a veces, el camino del encuentro entre la poesía y la música se hace a la inversa, y es el poema el que irrumpe. Algunas palabras insisten, se aparecen en repeticiones interiores, como si pidieran salir en forma de canción. Cecilia Gauna –quien también cuenta con Non stop (2006), un disco de poesías llevadas al ámbito de la canción– cuenta que “a veces, con que haya dos frases maravillosas, es suficiente para elegir un poema”. Por su parte, Luján Ricci, que acaba de lanzar su disco Camelias (Elefante en la Habitación!, 2021), agrega: “yo creo que tiene más que ver con que el texto me conmueva profundamente; eso hace que finalmente se convierta en una canción. Quizás esto es porque a las canciones unx las canta y se las canta muchas veces, son como una especie de recurrencia, y no cualquier texto se banca eso”.



Tres recomendaciones

Desde los primeros segundos de “Canto nupcial”, de Cecilia Gauna (a partir del poema homónimo de Susana Thénon) se escucha una atmósfera melodramática, casi teatral. Cecilia nos cuenta: “me pareció  que todo el relato de las vicisitudes de la mujer antes de casarse consigo misma pedía a gritos un bolero”. La canción se arriesga a incorporar el poema completo, y es en esa insistencia circular de la armonía “abolerada”, que se revela cada vez más el costado humorístico, delirante. No se pierdan la versión en vivo.

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“Flores violetas”, de Luján Ricci, recupera de una forma más libre un poema de Héctor Viel Temperley. En cada repetición se descubren nuevos sentidos, y el final del poema va apareciendo con cautela, como si la música estuviera degustando ese final. “Es un poema que había leído hace unos años y me encantó. Me hace entrar en algo que me hace bien. Lo tenía siempre dando vueltas, anotado en varias libretas, y casi me lo sabía de memoria. Siento que son las palabras las que se apropian de mí, y no al revés. Es como si me permitiera entrar a un yo al que accedo menos. Creo que es como si ese poema me enseñara a escribir mis otras canciones. Hay un saboreo de la palabra, de su organización”.

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 “Hay un silencio”, de Georgina Hassan –a partir de un poema de Diana Bellessi– construye una sonoridad que parte de lo misterioso y desemboca en una corriente de río, “como el chico canoero que rema fuerte contra el agua”. La canción insiste sobre ciertos versos, y genera en esa repetición un vaivén acuático, litoraleño. En palabras de Hassan, “en la música pasa todo más rápido y a veces es necesario insistir, volver a decir algo de diferentes maneras. En ‘Hay un silencio’, hay agua y hay algo ancestral, un silencio que viene desde muy lejos. Yo quería que la canción, la música y las palabras vinieran de lejos y que el sonido sugiriera algo antiguo; también quería que se sintiera y se vieran el agua y el color del cielo”.

Al final, convertir un poema en canción puede ser un desafío coral: a la voz detrás de toda palabra se le suman otras nuevas, y la música se vuelve territorio de lectura, de conversación. Con todos los riesgos que aparecen en el cruce de lenguajes artísticos, el deseo de cantar el poema siempre estuvo ahí, como si se intuyera la música que habita en las palabras. 



| Más sobre las artistas |


Luján Ricci: compositora, cantante, guitarrista, violinista y docente nacida en Moreno, Buenos Aires y radicada en CABA desde 2009. Compone canciones a guitarra y voz, recientemente editadas en su primer disco “Camelias”, a través del sello Elefante en la Habitación.  


Cecilia Gauna: cantante, compositora, pianista e improvisadora vocal  residente en Ingeniero Maschwitz, Buenos Aires. Actualmente está lanzando el EP LAS CUATRO ESTACIONES, de Música Indie-Pop con bases electrónicas. También está trabajando en  VOX VITAE un proyecto experimental/ vocal.


Georgina Hassan: nació en Buenos Aires, en 1977. Es cantante, instrumentista, compositora y productora. Sus composiciones se nutren de diferentes folklores del mundo, que se mixturan en un lenguaje propio. Ha grabado cuatro discos: Primera Luna (2005), Como respirar (2009), Tornasol (2014) y Madreselva (2017). 

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