Hasta este domingo se estará presentando "Señorita Julia" en la sala El extranjero. La puesta dirigida por Marcelo Velázquez protagonizada, entre otros, por Gustavo Pardi, da cátedra de cómo representar el ayer en el hoy.
por Lucía Cholakian y Nadia Sol Caramella
Escribir sobre
teatro puede presentarse como un problema, sobre todo cuando la obra a la que
uno quiere referirse está tan cargada de contenido y profundidad, abordarla
verbalmente puede resultar una minimización.
“Señorita Julia”
es uno de los textos más famosos del escritor y dramaturgo sueco August
Strinberg, afamado precursor del teatro de la crueldad y del absurdo. La obra
narra en un solo acto, la historia de dos amantes: Julia, la hija de un conde y
Juan, su sirviente. Todo trascurre a finales del siglo XIX, en la noche de San
Juan, una festividad de la antigüedad ligada al fuego y a la purificación. Entre copas, ardor de alcohol e indirectas
colmadas de seducción, el deseo y su consumación no tardará en manifestarse.
Julia responde a
una insatisfacción de clase, necesita saciar sus instintos más bajos y eso es
Juan: lujuria, que desacartona la inmovilidad y el aburrimiento aristocrático. Josefina Vitón es la encargada de encarnar este
personaje que intenta ejercer poder, sometiendo a su criado a la histeria. Porque
desea, pero como en un acto de protección de las normas que bien había
aprendido como mujer de la nobleza, intenta persuadirse, refugiarse de sus
deseos. Aún así, no logra sobrepasar el
estigma de la prostituta que transgredió la moral de su clase, volviéndose una
victima más de la misoginia imperante de la época.
Esta pieza deja
entrever el deseo de experimentar el punto más alto y más bajo del orden social
y la crueldad de utilizar al otro para conseguirlo. Gustavo Pardi le da vida a Juan,
el sirviente que vive agobiado por pertenecer al escalafón más bajo de la
sociedad. Se esconde para amar a quien no le corresponde y vive deseando ocupar
un lugar que nunca le será dado. Está en pareja con Cristina, la cocinera, que no le brinda más que una vida mediocre. Todos desean un afuera, y esta relación
secreta, representa algo de esa exterioridad.
La escenografía
y vestuario son claves en esta puesta: la sensación de austeridad (la obra se
desarrolla en la cocina de los criados) y a su vez, la virginidad de un espacio
que es corrompido por el encuentro “pecaminoso” entre dos sujetos de ordenes
sociales distintos. La luz es cálida y todo sucede bajo esa intensidad. La obra
seduce. La provocación de Julia incita al espectador a querer saber más, a
indagar sobre aquellas luchas internas
que vivencian los personajes.
El director Marcelo
Veláquez logra poner en escena de manera admirable, cómo la presencia de la
relaciones de poder y de clase obstaculizan el deseo, para devenir finalmente
en una tragedia acida, que deja el sabor amargo de lo irresuelto.
[Ficha técnico-artística]
Director: Marcelo Velázquez
Autor: August Strindberg
Versión: Enrique Papatino
Interpretes: Josefina Vitón (Julia), Gustavo
Pardi (Juan), Paula Colombo (Cristina)
[Funciones]
Valentín
Gómez 3378
Capital
Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos:
4862-7400
Domingo
– 18:00 hs
Entrada:
$ 60,00 / $ 40,00
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