Azul reproche, pieza teatral tan exquisita y atractiva, como encontrarse con un sireno. 


por Sofía Vilá





Libros- drama, encargada de editar esta pieza teatral, es una editorial de dramaturgia contemporánea que se propuso expandir el campo de las artes escénicas al pensar el libro como escena, comunidad, presente. En esta oportunidad, nos trae Azul reproche, la obra teatral de Victoria Varas, que te genera una euforia melancólica desde el comienzo.

     No se puede leer esta pieza teatral sin llorar. Saltan las lágrimas porque esta obra tiene un efecto espejo de nuestras propias miserias, pero también provoca lágrimas de alegría ante un escenario de muerte festiva, es la adrenalina previa a un acto que probablemente termine en catástrofe. Con los primeros párrafos tuve unas ganas locas de gritar: “todo el mundo debería leer esta pieza. Deberían colgarla en los baños para que la leas mientras estás sentado en el inodoro, deberían lanzarla de los aviones como un panfleto”. 


      El escenario de Azul reproche es la isla del Tigre, que inspiró a tantxs artistxs y también los llevó al suicido. Para lxs neuroticxs, la cabeza (el cerebro) se vuelve una isla donde se está solx con nuestras voces internas, interpeladoras y juzgadoras. La isla funciona entonces como una metáfora de la neurosis interna. Este lugar paradisíaco atemporal es el escenario perfecto para esta tragicomedia marteliana, porque lo que parece ser un paraíso termina siendo una especie de limbo de cartapesta. El Tigre, definido por la autora como “El paraíso de los amables” o “isla traicionera”, se cae por su propio peso de joyas bañadas en oro y miseria humana. 


     Es año nuevo, no hay agua, no hay vecinxs, no hay comida, pero sí mucho alcohol; y Mónica llora, baila, ríe y recuerda. Y es así como llegamos a las puertas de la muerte, aparecen nuestros seres queridxs a recibirnos, en este caso: un sireno y el deseo de hija. La gente que amabas y pensaste que te había abandonado, te agarran de la mano y te llevan hasta la luz que demuele cualquier artificio. 


       ¿Preguntas? Hay muchísimas y una más profunda que la otra, pero estamos en una fiesta, alcoholizadxs, la mejor respuesta sería irnos a dormir. A la mañana siguiente, sólo recordaremos el dolor de cabeza, nos morderemos los labios y sentiremos el sabor ocre de habernos chapado a dios o al diablo, quién sabe. Sonreiremos porque una vez más sobrevivimos a nuestrxs enemigxs internos. 


         Azul reproche es eso: un baile exquisito con la parca. 





| Sobre la autora |


Victoria Varas nació en Laguna Larga, Córdoba, en 1986. Es escritora y profesora de lengua y literatura. Escribió Reinas Abolladas dirigida por Azul Lombardía (Teatro Nacional Cervantes, 2021) y Hey, hermana! montada por la compañía El eje con dirección de Eric Balbás y Beatriz Bonet (Teatro Tantarantana, Barcelona, 2019). Publicó poemas en la antología Les poetas (Gog y Magog, 2019). Azul reproche es su primer dramaturgia publicada


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