Micaela Kessler nos presenta la obra de Mariana Suozzo en un libro fundamental para entender nuestro contexto actual y poner en discusión qué lugar ocupa la ciencia ficción en un mundo pospandémico.


Por Micaela Kessler




SUOZZO, MARIANA - Mark en el espacio / Día tras díaEn el año 2020 tuvimos la suerte de contar con la publicación de dos libros de Mariana Suozzo, cuando la editorial litoraleña Neutrinos apostó por una edición doble de los libros Mark en el Espacio (publicado por primera vez en 2007 por la editorial Huesos de Jibia), y Día tras día (que tuvo su primera edición en 2009 por Colección Chapita, y una segunda edición aumentada en 2014 por Neutrinos).


La ciencia ficción en el siglo XXI pospandémico es parte de la experiencia diaria, parte de la experiencia surrealista de estar vivo. Ana Inés López escribe sobre Mark en el espacio que “[l]a poesía no nos tiene acostumbrados a la ciencia ficción”. Sin embargo, y con los grandes cambios que atravesamos estos últimos años a nivel mundial, ¿podemos seguir hablando de ciencia ficción? ¿Qué es lo que no parece ya una experiencia de otro mundo? Los poemas nos llegan desde la profundidad del espacio, desde lo que está tan lejos que solamente podemos llegar a ver en forma de cometa u objeto que desciende en llamas. Un pequeño momento de esplendor que captamos en medio del movimiento puede ser una certeza: “un pájaro en cualquier lugar es la misma cosa con plumas” (Poema IV de la serie Mark en el espacio).


Los poemas están atravesados por la corporalidad. La poesía aparece como un ejercicio de la presencia, nos invita a mirar alrededor: en un intento desesperado por relacionarnos con el mundo, encontramos seres ensayando formas a través del tiempo. Además, el ritmo poético acompaña las escenas, cristalizando la línea recta de una ruta de vida, anhelante de desvíos. ¿Qué pasa si hoy no llego a casa y qué, si no puedo hacer otra cosa más que buscar un hogar? La mirada de un astronauta que flota. “Flotás: sin nada arriba ni abajo, / es lo más parecido a permanecer en el agua / pero en el espacio no hay nada que empujar” (de “Poema VII”). Esta mirada coincide con la de los seres que habitan los poemas de Día tras día: “de un momento a otro no pertenecer a la ciudad / parece fácil, abandonar la arquitectura / estricta de la calle es una posibilidad” (de “El Recorrido”).


Mark en el espacio / Día tras día - Mariana SuozzoEntonces, la ciencia ficción de hoy puede encontrarse en abrazar la melancolía por las cosas que ya no pueden existir, en la angustia por no saber qué somos y en un porvenir cargado de verbos en futuro condicional. En el primer poema de la serie Día tras día, titulado “Roberto”, encontramos versos como “deberías comprender, estoy sufriendo”, “sería tan feliz si aparecieses por mi casa / casi como si no te esperase me darías una sorpresa”. Este tipo de verbos no solo expresan posibilidad, sino también esperanza. Un yo lírico pidiendo deseos a cada estrella fugaz que pasa. Si buscamos en Internet la primera definición que encontramos sobre el futuro condicional dice así: “El condicional es un tiempo imperfecto (...) se refiere a una acción que hipotéticamente se realizó en el futuro”. Mariana nos invita a preguntarnos: ¿qué nos queda del futuro sino lo hipotético?


Por eso la dialéctica adentro-afuera / yo-mundo que se juega en cada poema es brutal, de un existencialismo tan actual que rompe las barreras de lo fatalista para hablar de la vida, de la experiencia de vivir y habitar el propio cuerpo día tras día en relación con el mundo. La sensación de girar y volver a girar sobre el mismo eje, la sensación de habitar un sueño. Cuando nos preguntamos qué entendemos por espacio no podemos evitar preguntarnos también qué forma parte del adentro y como nos relacionamos con el afuera: “¿Cómo puede una hazaña romper/ un récord mundial y al mismo tiempo/ convertirse en un salto ordinario/ al interior de uno mismo?” (Poema El Salto, serie Día tras día). El cuerpo es la base de la existencia y Mariana supo ponerlo en crisis para hablarnos de nuestro tiempo.


Los poemas de este libro trascendieron el tiempo y el sentido, de una ciencia ficción tan actual y tan personal que rompe el marco del género para entregarnos una visión del mundo donde la simpleza de lo cotidiano nos llega como una visión desde el espacio exterior, une poeta flotando por el cosmos con los ojos fijos en el planeta Tierra.



...



De Mark en el espacio, serie homónima:


I


Si en medio de la noche se dispersa el humo

y en la cama hay bichos bolita

o en el sueño arañas, si encendés la luz

y todas las habitaciones de la nave permanecen oscuras

el incendio puede pasar desapercibido

en la luz de otros fuegos

porque en el sueño hubo bichos y en la cama arañas

y muchas veces encendiste la luz y todo permaneció oscuro

pero nunca algo en tu habitación ardió

entonces te desplomás como un fruto maduro sobre la cama

sumido en vaya a saber qué sueño sordo

y un poema increíble comienza a crecerte en el pelo

se enreda cubriéndote por completo el cuerpo

y de pronto se hace el día y otra vez la noche

y luego el día y la noche sucesivamente, sin pausas

te ves como un astronauta espiando por la escotilla

la mirada fija en nada ¿quién otro ibas a ser?

¿el hombre araña? ¿la chica de la boletería?

fruncís el ceño, torcés los ojos y te das cuenta:

la alegría es una cosa extraña

en tu paseo por el espacio le escribís a tu amante

que continuás sintiéndote terriblemente solo.



De Mark en el espacio, serie “Escritos por la anécdota”:



I

Es posible que esta noche tome vino

uno nunca sabe, puede venir una ola y taparnos a todos

aun estando lejos de la costa

el agua puede llevarnos junto a los demás sedimentos

y devolvernos a una playa (en la que nunca hemos tomado sol)

entonces deberemos aprender nuevamente

cómo lucir un cuerpo dorado

después de una tormenta las calles no pueden ser lo que eran

ni una forma en la arena consigue recuperar su diseño

cerca de la orilla, donde además de ser precisa el agua es inevitable.



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