por Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte


Nosotras proponemos

Ante la ola de denuncias que visibilizan las formas de acoso sexual que condicionan las relaciones de poder en el mundo del arte, nosotras, trabajadoras del arte, elaboramos un compromiso de prácticas feministas. Este documento, al que invitamos a adherir –tanto a personas como a instituciones--, busca crear conciencia sobre las formas patriarcales que, como una membrana invisible, moldean el ejercicio del poder en el mundo del arte. Este compromiso se identifica, en primer lugar, con la histórica exclusión y desvalorización de las artistas mujeres, lesbianas y trans, pero sus propuestas pueden ser asumidas por todxs.


-Promovamos, exijamos y respetemos la representación igualitaria en el mundo del arte (50% en lugar del actual 20%).

-Trabajemos por la equidad representativa en los cargos directivos de las instituciones que manejan, deciden y generan políticas en el ámbito del arte.

-Seamos conscientes de que las conductas machistas no son solamente administradas por varones heterosexuales: todxs, incluso las mujeres, podemos ser extremadamente patriarcales. Revisemos nuestras prácticas desde una ética feminista. La misoginia está en el inconsciente colectivo y tenemos que desarmarlo dentro de nosotrxs mismxs.

-Analicemos la posición de las mujeres y cuerpos feminizados en relación con cuestiones de raza, clase social, edad, geografía, orientación sexual, identidad de género y otros vectores diferenciales, y participemos activamente para subvertir las estadísticas discriminatorias y excluyentes que dominan en el mundo del arte (blanco, de clase media o alta, joven, con contactos en el universo establecido del arte).

-Evitemos caer en la trampa de la acusación personal del “mal carácter”: las instituciones y las figuras de poder siempre quieren convencernos de que pedir lo justo te vuelve una desubicada, o directamente una “loca”.

-Evitemos desgastarnos en la promoción de la carrera de nuestros compañeros varones antes que en las de las compañeras mujeres. Cultivemos relaciones de trabajo respetuosas e igualitarias con los varones de nuestro medio sin dar lugar a los micromachismos.

 -Evitemos que nos desautoricen desde conductas de superioridad paternalistas e invitemos a la revisión del lenguaje que utilizan nuestros colegas varones para neutralizar nuestros argumentos.
-No sintamos ni dejemos que nos hagan sentir pudor por los temas que nos interesan y nos involucran, la vergüenza es una de las estrategias patriarcales que acallan nuestra posibilidad de investigarlos.

-Escuchemos y compartamos experiencias, porque lo personal siempre es político. Contra al corporativismo machista, proponemos la solidaridad entre mujeres (sororidad).
-Busquemos crear tanto como podamos. Que no nos asuste la ambición. Crear más es una forma de atentar contra la desigualdad de género.

-Permanezcamos atentas al saqueo de nuestras propias ideas y prácticas artísticas cuando pasan desapercibidas en nuestras manos y cobran notoriedad en las de artistas a los que las instituciones clasifican como varones.

-Cuestionemos con claridad el concepto establecido de “carrera artística”, pautado por la dedicación excluyente a la realización de la obra con fines comerciales. Como mujeres sabemos que la continuidad de nuestra obra está condicionada por la maternidad y las tareas de cuidado de los entornos familiares y afectivos que se nos imponen. Hagamos del suspenso y el retorno al hacer artístico un valor específico y relevante en nuestras prácticas.

-Deroguemos el concepto de genio, de maestro y el canon del “arte bueno” regulado desde parámetros patriarcales. Eliminemos la noción de “ojo experto” capaz de entender, casi por gracia divina, qué es la calidad artística.

-Sintamos el orgullo de que nos denominen “artistas feministas” o “historiadoras del arte feministas” cuando en ellas cuestionamos el sistema hetero-patriarcal dominante.

-Investiguemos la obra de las artistas y de las teóricas e historiadoras. Revisemos el poder que en nosotrxs ejercen las genealogías patriarcales y valoricemos los saberes de las mujeres.

-Nunca nombremos a las artistas mujeres como las mujeres de artistas varones, vinculándolas a genealogías masculinas. Investiguemos y destaquemos su identidad, trayectoria y el lugar que ocupan en el mapa de la creatividad artística.

-Acudamos a los encuentros nacionales de mujeres de cada año, propongamos sesiones sobre arte y feminismo.

-Analicemos y aprendamos del carácter históricamente colectivo, participativo, colaborativo y solidario del feminismo y de su relación con otras expresiones culturales subalternas.

-Participemos para que la actual iniciativa de reivindicación de artistas mujeres, lesbianas y trans no reconocidas en su tiempo trascienda el hecho de ser una moda coyuntural y momentánea.

-Promovamos modos de percepción basados en un pensamiento inclusivo, en los afectos y la equidad, contrapuestos a la ética de la exclusión y el individualismo como valores patriarcales.

-Denunciemos públicamente que la exclusión de la obra de las artistas mujeres produce una censura sistémica de nuestras sensibilidades, nuestras poéticas y formas de conocimiento, silenciados para los públicos que se ven limitadxs a percibir, conocer y reproducir formas masculinas de ver y estar en el mundo.

-Comprendamos y hagamos comprender a nuestros colegas varones que no es necesario haber sido clasificadx como mujer para suscribir este compromiso feminista en el mundo del arte. Los principios de equidad y de respeto pueden ser aplicados, predicados y respetados por todxs.

-Consideremos que el compromiso feminista parte de la experiencia y la conciencia generales acerca de la discriminación y de la opresión (de las mujeres y de otrxs sujetos sociales desjerarquizadxs por razones de clase, de raza, identidad de género u orientación sexual): el feminismo es un momento dialéctico emancipador para todxs.

-No seamos cómplices de ninguna forma de violencia machista, desde la más visible hasta la más sutil y poco perceptible. Busquemos soluciones no punitivas pero efectivas: nosotras podemos protegernos y proteger nuestros espacios. Estemos para nosotras.


Esta propuesta se activó ante la partida inesperada y prematura de la artista argentina Graciela Sacco, quien persistentemente confrontó muchos de los comportamientos que aquí se describen.  

El 7 de noviembre de 2017 establecimos la Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte desde la que promovemos el compromiso de prácticas feministas y llamamos a la comunidad artística global a organizar el Paro Internacional de Mujeres el 8 de marzo de 2018 en el mundo del arte y sus instituciones.


Para adherir enviar firmas a: https://www.change.org/p/nosotrasproponemos-gmail-com-nosotras-proponemos-we-propose

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