Armados del heroísmo de los que sin asco dicen la verdad, Colectivo Fractal nos sitúa en la guerra más importante de todas, nuestra guerra, la de todos los días. Una construcción simétrica cuyo resultado apunta al caos en el que vivimos y nos empeñamos en no ver. Hasta Acá nos hace sentir ese futuro tan posible y cercano que resulta terriblemente familiar. A veces hay que abrir bien los ojos y las entrañas, sobre todo cuando estamos en guerra.

por Juan Manuel Corbera


Caleidoscopios de dolor y color

Para entrar, hay que evitar toparse con los cuerpos de atuendos militares que yacen en el suelo. Hay que elegir un lado donde sentarse. Una sensación de extrañeza emerge del efecto que crea un teatro oscuro, vacío, negro, que es llenado con plegarias, seres, disparos, movimientos difusos, cosas o gente arrastrándose, o siendo arrastrada.

Luciana Denino
Las voces vuelven, ahora en forma de niños, mutilados. Así, con fuego cruzado, Hasta Acá empieza y se transforma, constante, variopinta, encendiendo las trincheras en la que nos escondemos día a día. Esta es una obra que juega con el contexto de la guerra en su multiplicidad de situaciones, usando en distintos formatos: el show de concursos, la sitcom americana hasta el melodrama clásico.


La política, algo que no tiene nada que ver con ustedes

Colectivo Fractal apuesta por la construcción horizontal de una obra, esto es repartirse en partes iguales la creación desde cero del guion, la estética en general, los elementos del vestuario y el diseño de la escenografía, la difusión, iluminación, musicalización, etc. Se dirigen y contienen entre ellos mismos, los que al final le ponen el cuerpo a esta decisión política que es hacer arte grupalmente y sin jerarquías. Romper un poco el paradigma, hacerse cargo de lo que creen y militan. 

El contenido de la obra explora en sí mismo las aristas más desagradables de nuestra sociedad y nuestro tiempo usando la realidad atmosférica de la guerra para exponer esos relieves en su más cruda versión. La competencia alienante, los estereotipos de la sexualidad, el destino en manos del consumismo, la familia y la escuela como modelos que reproducen la institución castrense, la represión policial, la normalización del patriarcado, la relación con el otro en tanto inmigrante, lo nacional impuesto, la revolución inminente... No se les escapa el cinismo y el absurdo para cuestionar nuestros propios comportamientos, la puesta en escena hace estallar la pasividad con la que vivimos esta realidad que nos ha tocado. Los contrastes que encuentran en la metáfora de vivir en la guerra, en el ámbito por excelencia donde alguien gana y alguien pierde, nos remiten a pensarnos nosotros mismos como individuos que, así lo ignoren, son parte de la disputa y el problema. Entonces en: esta guerra que también es nuestra pero aún no nos mató. (...) ¿Gana el delirio o gana el silencio?

Queda abierta la pregunta, y palpable el deseo de responderla.



[Funciones]

Domingos, 21 hs.
Espacio Cultural Urbano - Acevedo 460
Entrada: $120 / $100 (Estudiantes y jubilados)

Reservas:
hastaacaobra@gmail.com
011 15 58523153
011 15 68048154

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