Panorama y links a una nueva escena músical que enlaza México, Chile y Brasil.
 
Por Julia González


Internet tiene eso: la cualidad sobrenatural de la magia. Y a veces, el periodismo también tiene cosas buenas. A raíz de una nota al mexicano Caloncho, oriundo de Sonora, cuyas canciones son más dulces que él porque las canta en un tono que recuerda al reggae latino con una pizca de calipso de suaves serpenteos como el mar que describe en sus composiciones, caí (gracias a sus links) en Rodrigo Amarante, Los Hermanos, Siddharta y Mon Laferte. Todos fraternos en un gran Mercosur trovador, salvo Siddhartha, que es mexicano. Y ya que lo nombramos, empezamos por acá.

Siddhartha nació Jorge Siddhartha González Ibarra en Guadalajara (la ciudad mexicana del tequila, por excelencia; y la que se atribuye la belleza de las mujeres más bonitas de México por la mezcla étnica producto de la invasión francesa que sufrió la región en el Siglo XIX) y fue baterista en Zoé, acaso la banda de México más importante hoy, si de mainstream hablamos. Es que el niño con nombre de Buda empezó en la música a los 7 años tomando clases de piano para pasarse a los 12 a la batería en un plan totalmente autodidacta. Y acá hacemos nosotros un link a Caloncho. Siddhartha fue el profesor de batería de Caloncho y luego el productor de sus discos. “Aprendí muchísimos trucos de composición y producción: términos, logística y cosas que tienen que ver con la industria, como salir de tour”, cuenta Caloncho. También le preguntó muchas cosas a su amigo porque “no tenía ni idea de nada antes de producir el disco con él”, dice.

Ya en plan solista, Siddhartha grabó Why you? (2008), Náufrago (2011) y El vuelo del pez (2014). El primer disco cobija un sonido más rockero y crudo (¿Acaso es la regla para todo músico que empieza su propia senda?) y para componer el segundo, se refugió en una cabaña en medio del bosque. Allí buscó las canciones de un disco que juega con las programaciones y sonidos electrónicos. ¿Y de qué habla Siddhartha? Pues claro, de la soledad. Un náufrago en el medio de la nada no tiene otra cosa que a sí mismo. Otro link: Nacho Vegas sobrevuela como un fantasma la angustia existencial de Náufrago. Por supuesto que salvando las distancias, ya que Nacho Vegas tiene una poesía madura a fuerza de escribir y describir sus demonios en poemarios y canciones duras como él.

Para El vuelo del pez hubo una apuesta más grande. No sólo en la producción neta del disco, sino en mostrar y ya cierta madurez compositiva. Dicen que la trilogía le da al fin el carácter a un músico. Concepto e idea se agrupan en un todo. El tercero se grabó en el estudio de Siddhartha en Guadalajara y participaron Chucho Báez, de Zoé; y Caloncho, que suavizó el último track del disco, Loco. “Sin pensarlo mucho, Caloncho tomó un tambor y comenzó a tocar el beat y a tararear algunas frases que tenía en mente, yo tomé la guitarra y le puse los acordes. Cada uno escribía algunos pedazos de letra y cada quien cantaba algunas partes. Después de organizarla un poco quedó una mezcla interesante entre su lenguaje y el mío”, cuenta Siddhartha en alusión al link del que venimos hablando. Una mano lava la otra, una Brahama llama a otra Brahma y los amigos de la música se vinculan entre estudios de grabación, ideas y melodías que se materializan en discos. Y luego nosotros linkeamos. ¡Salud por ello! ¡Larga vida a los vínculos!

Amor de playa: “Quisiera llevarte al mar y nunca regresar a la ciudad / y poder disfrutar del día siempre / echados al sol sin tu bañador”: Palmar, Caloncho ft. Laferte:



Cachondeo full: “Estaría chingón que me dieras a probar las burbujas que sacas debajo del mar para poder respirar / Qué loco que caiga agua del cielo y te moleste cuando moja tu pelo pero te ves muy bien de mojado”: Loco, Siddharta ft. Caloncho.


La nostalgia del atardecer: Tardei, Rodrigo Amarante


Un desgarro de desamor: Mon Laferte, Tu tanta falta de querer:


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