Lamemos la puerta en vez de golpearla.
Con sangre de perros,
mi lengua trabaja sobre la madera.
Y quiere y canta y goza.
X. V.
Con sangre de perros,
mi lengua trabaja sobre la madera.
Y quiere y canta y goza.
X. V.
Dicen que toda poesía está hecha de intimidad. Intimidad de quien la escribe. Intimidad de quien la lee. Intimidad del texto replegado en su sustancia indecible. Es un caso extremo y maravilloso de esas intimidades silenciosas y complementarias la poesía que Xoana Vélez reunió en su primer libro: En la punta de la lengua.
Los de Xoa son poemas que al recorrerlos nos hacen resonar siempre en un lugar diferente, inesperado, palpitante; su escritura no se conforma -como es tan habitual en estos tiempos- con disfrazar lo obvio de lo cotidiano con oropeles baratos, ni sorprender con ingeniosas banalidades o procacidades inútiles, sino que trabaja deteniendo en el lenguaje el fluir de la experiencia para transmutarla y mostrar sus aristas secretas, esas que todavía se conservan preciosamente afiladas y peligrosas. Poesía hecha toda de materia vital, donde ella va, transcurre, está como un líquido volcándose. Poesía que sopla como todo lo que es mundo; que intenta encontrar traductores para el hambre.
Es sorprendente la autonomía verbal de muchos de sus versos. No necesitamos referentes ni referencias: son las palabras las que hacen todo el trabajo para conseguir esa mínima vibración que cálidamente hace temblar la sangre. Así, antes de que nos demos cuenta, convocada por el flujo y reflujo de los ecos que los poemas provocan, recorre nuestras tripas una inasible mariposa musical.
Los poemas de este libro relumbran desde una delicada opacidad; nos dejan paladeando una incertidumbre que puja por volverse certeza. Su lengua se mueve con ritmos quebrados, alterados, pero de una estridencia siempre cuidadosa; el movimiento y la musicalidad -mismo su particular economía en el uso del lenguaje: ese tono coloquial tan suyo, frontal y al mismo tiempo evasivo- se acomodan para hacer que el poema diga y calle a la vez: una tensión entre lo que suena y lo que queda silencioso atraviesa los mejores momentos del poemario.
Creo que ahí germina gran parte de su magia: los dolores y las alegrías de Xoa no aparecen en los poemas para hacer una simple apología de lo “autobiográfico” (lo cual sería redundar en una insistencia superflua, ya que es muy sabido que toda poesía verdadera es autobiografía) sino que se expresan desde una Lengua que no puede llegar a nombrarte. Quiero decir: su poesía está hecha de lo que le sucede -sus frustraciones, sus amores, su cuerpo, sus sueños- pero supera lo meramente anecdótico: nos cuenta de los gritos y silencios, las dudas y certezas que la atraviesan cuando establece con el mundo y con los demás el diálogo secreto y único que caracteriza a todo poeta; por eso el otro está tan presente y se convierte de hecho en la condición que hace posibles muchos de los poemas: el otro está en el poema como urdiendo el silencio -el misterio- que sostiene su voz: estás, el tejido de mis palabras te supone, dice en unos de sus poemas más bellos.
Y así va Xoa: improvisando una forma / para tanta sustancia, haciendo que, como quería Pizarnik, el poema sea un “amado espacio de revelaciones”; un acercamiento ardiente y gozoso entre la lengua y la vida, donde todo queda así, ni tan sólido ni tan líquido. Nos ha dado poemas que no se dejan atrapar del todo, que se escurren, se retuercen, alumbran y se oscurecen, cantan y gozan; poemas que nos rozan como esa lengua que trabaja sobre la madera.
En la punta de la lengua (Colección Escrituras Indie, En el aura del sauce, 2009) es, pues, un libro que vale la pena degustar con tranquilidad (y con cuidado). El primero en el que esperemos sea una larga lista, me deja con la sensación de que, como Gamoneda, Xoa también entiende “todas las cosas como se comprende / un fruto con la boca, una luz con los ojos”.
5 comentarios:
Genial cristian!! Me saco el sombrero, creo que nadie podria haber hecho una critica como esta sobre la obra maravillosa de Xoa!
Felicidad eso siento
y amor, Xoa te amooo!! ella es LA poeta. Leamos a la gente que palpita como nosotros, leamos a los que nos acompañan en este camino..leamosnos...
Felicitaciones Mamu, Cris y que viva la vida compartida y amiga!!
A xoa (mi poema melosito y rimado para ella):
Cuando suelta la linea
la gota niña
Crece pulposa
Es ave con alas de mariposa
Es cielo
Y ensueño
Caminante nocturna
Silenciosa
En los bordes de una hoja.
No cae…vuela.
y no puedo dejar de decir y decir no alcanza, nunca... que carajo, encima es de lo que habla un poco tu crítica, mis poemas, tus poemas, cristian sos un groso. Me siento alagada, joder.
Nadia tus palabras y el poema me llenan de amor también. y mucho más me dan, cuanto, cuanto! tanto que me hacen bailar
Che, que buen laburo Cris! Más que merecido para nuestra compañera, amiga y colega Xoa que hizo un trabajo genial del cual podemos disfrutar todos los viciosos de la buena poesía.
Mis felicitaciones.
Buenísimo Cristian! El libro de Xoa es todo eso, y más baile y más juego- Abrazos a todxs lxs indies =)
son todos tan hermosos...
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