collage por @nubelectrica



Las flores surgen como dones y luego se expanden
una vigilancia aguda las silencia
no hay que cansarse nunca de los dones.

El mundo es un diente arrancado
no me pregunten por qué tengo
hoy tantos años
la lluvia es estéril.

Persiguiendo las semillas destruidas
eras la unión marchita que buscaba
robar el corazón de otro para después usarlo.

La esperanza es un daño tal vez definitivo
las monedas resuenan crudas en el mármol
de la mano.

Convencí al monstruo para que se retire
a los cuartos limpios de un albergue imaginario
había en los bosques pequeñas serpientes embalsamadas.

Me maquillé como sacerdote de la poesía
pero estaba muerta para la vida
las vísceras que se pierden
en una pelea
morís barrido por la ciencia.

El mundo es sutil y llano:
pocos elefantes lo recorren, obtusos.

... 

Propongo un encuentro con el cráneo,
desafiar al cráneo
mantengo firme y constante
encerrada en la fe imposible
el amor propio
de las bestias.

Cada día de su inexplicable existencia
palabras mudas en fila.

... 

Hay como un dolor en la habitación, y

en parte se lo supera: pero vence el peso 

de los objetos, su significado 

peso y pérdida.


Hay como un rojo en el árbol, pero es

el naranja en la base de la lámpara

comprada en lugares que no quiero recordar

porque ellos también pesan.


Como nada puedo saber de tu hambre

precisas en el querer son

las estilizadas fuentes

bien puede situarse el revés de un destino

de hombres separados por un oblicuo sonido.




Traducciones de Gabriela Romairone 

(Selección: Malena Rodriguez)


| Sobre la autora |




Amelia Rosselli nació en 1930 en París. Su padre, Carlo Rosselli, era un teórico del Socialismo liberal, y su madre, Marion Cave, activista inglesa del Partido Laborista británico. En 1937, cuando tenía ocho años, el grupo terrorista de ultraderecha La Cagoule, siguiendo órdenes de Mussolini, asesinó a su padre y a su tío en una emboscada en Normandía. Esto produjo el exilio de Francia por parte de la familia, que buscó asilo primero en Suiza y luego en Estados Unidos.


Después de haber vivido largo tiempo en el exterior regresó a Italia tras la segunda Guerra Mundial, estableciéndose en Roma. Estudió literatura y filosofía, y más intensamente música. En paralelo a su profesión de compositora e intérprete trabajó como traductora. Comenzó a publicar sus poemas a principios de los años 60. Fue apadrinada por Pier Paolo Pasolini, quien escribió prólogos a sus libros y presentó 24 poemas de ella en Menabó, una revista literaria famosa de la época. 

Su poesía potente y sugestiva es un fenómeno único en el panorama italiano y se la vincula a otras tradiciones, como la anglosajona y la surrealista francesa. La suya es una escritura hablada, intensamente informal.


Publicó, entre otros, los libros Variazioni belliche y La libellula, ambos con prólogos de Pasolini. En español se encuentra Sin paraíso fuimos, traducido por Carlos Vitale. En 1996, tras largos períodos luchando con enfermedades mentales, se suicidó en su casa de Roma.


| Acerca de la traductora |


Gabriela Romairone es profesora en Letras por la UNLP. Estudió italiano y literatura en las universidades Università per Stranieri di Siena, Università di Genova, y en la Dante Alighieri di Roma. Tomó talleres de escritura con Diana Bellessi. 


0 comentarios:

Publicar un comentario