Insepulto

Mi madre compró un nicho en Italia y me dijo:
aquí descansaremos los dos con tu padre.
Y, de repente, imagino su cráneo apoyado sobre mi cráneo,
refugiados en la madera del árbol que nos vio nacer, y le sonrío.
Su esperanza me roza como una caricia
para que un día deje España y vuelva,
la suya es una promesa de amor eterno.
Pienso en mi madre, en mi padre y en mí,
convertidos en polvo,
una familia sin descendencia, mediterránea,
unida en la muerte como nunca lo estuvo en vida.

Algún día el conserje barrerá las flores podridas,
nos dejará desabrigados frente al mundo,
mirará el nicho e intuirá nuestro amor en la foto familiar con fondo blanco
entre tanto hueso desnudo,
igual de seco, igual de blanco.
Si lo pienso un nicho es la utopía perfecta:
sin hombres o mujeres,
todos extranjeros.
Guardamos un mundo ideal dentro,
en nuestros huesos, pero tan lejano.
La tumba es el modelo de familia definitivo.
Deberíamos meter todos la cabeza en un nicho
hasta que deje de dolernos el mundo.



masc x masc


Cada vez que leo la palabra violencia,
en secreto enseño los dientes.

Cada vez que escucho la palabra miedo,
asoma un hilo de baba desde mi boca.

Cada vez que escribo la palabra dolor,
me crujo los dedos.

Cuando me dices que eres pasivo,
me pongo cachondo.

Jadeo como lo bestia que soy. 



Los mestizos

Al hombre que me dijo en Facebook que podía hacer las maletas
tras la irrupción de la extrema derecha en el gobierno autonómico.


Los peces blancos viven lejos de la orilla.
Prefieren nadar mar adentro
donde, en la oscuridad, se juntan en bancos,
como muros,
y donde luego mueren agolpados en fosas,
el uno sobre el otro.
En ese abismo toda luz es enemiga.

Los peces mestizos, sin embargo, preferimos las orillas:
donde el mar acoge una lengua de tierra que no conoce
y con ternura la baña y la ablanda
para que alguien, tú o yo, pueda dejar caliente su huella.

Hermosas y terribles son las orillas.
Un día te acogen en el dorso de su mano,
otro, te dejan indefenso para que alguien te atraviese feroz el cuerpo,
te sostenga en la mano,
hinque su diente en un pez vivo.

(de Hágase mi voluntad, Pre-Textos, 2020)





| Sobre el autor |

Ángelo Néstore (Lecce, 1986 / Málaga). Es poeta, performer y profesor en el Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Málaga. Actualmente co-dirige el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables y es director editorial de la editorial de poesía Letraversal. Ha publicado Hágase mi voluntad (XX Premio de Poesía Emilio Prados, Pre-Textos, 2020),  Actos impuros (XXXII Premio de Poesía Hiperión, 2017), traducido al inglés con el título Impure Acts por Lawrence Schimel en la editorial neoyorquina Indolent Books y Adán o nada (Bandaàparte Editores, 2017).

Con dieciocho años se alzó con el Premio a la Mejor Interpretación Masculina en el Concurso Nacional de Teatro Vittorio Gassman de Roma. Sus últimas obras teatrales son el monólogo en homenaje a Gloria Fuertes Esto no es un monólogo, es una mujer (autor y director) y la pieza en solitario Lo inhabitable, en la que dialogan poesía, teatro y performance. En 2018 se le ha otorgado el Premio Ocaña a su trayectoria poética en el XXI Festival Internacional de Cine LGBT de Extremadura.



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