by Rachel Caldwell |
Viajar en colectivo
i
ver
el miedo en los ojos de los perros
ser
uno con el fuego
incorporar
de a pedazos
como
porciones de angustia
retomar
hábitos de soldado desertor
retomar
hábitos de mujer agazapada
ser
uno con el fuego
digerir
cantos rodados
y
músicas de balcón
ser
uno con el fuego
soldado
desertor
vestido
de fiesta
copas
rotas
retomar
el cotillón
mujer
agazapada
rompe
platos
ser
uno con el fuego
amor,
qué
tan rota estoy ahora?
ii
pidió
que le hable
con
mi voz
y
le hablé de la voz rota
y
la difonía
le
hablé del miedo al campo
y
a los mensajeros
del
pueblo
iii
de
noche ya no temo
la
gente corre
dentro
de las plazas
debajo
de las luces apagadas
encima
del temor
los
perros ladran
no
se alejan del borde
le
temen a la libertad
iv
en
la costa baja del sur
respiro
la voz que me habla
de
la soledad
juntá
todas las palabras
formá
un bote
ahogame
debajo de él
v
hay
un carácter de lo morboso
en
cada sentencia
de
amor
hay
una parsimonia
cuasi
japonesa
suspirando
todos
los pedidos
hay
que caminar
bajo
la estela
de
un bandoneón
uno
que salpique hombría
sobre
tu pantalón
y
tanta envidia
y
tanto poder
hay
que hablar del fuego y su estela
y
quemar el bandoneón
y
ser uno con el fuego
y
luego quemarme
a
mí
..
Cuerpo III
quiero
un cuerpo
pero
no
simplemente
como
un deseo
sexual
no
quiero
un cuerpo para usar
para
usarlo yo
para
comenzar a caminar
para
comenzar
quiero
un cuerpo
o
tal vez un manual
para
el mío
nadie
entiende
por
qué dudo tanto
por
qué dudo
camino
por la calle
mientras
veo
el
reconocimiento macabro
y
no entiendo
me
dan ganas
de
gritarles
gritarles
mucho
que
este cuerpo no es mío
que
ya no
lo
vean
más
porque
este cuerpo no es mío
y
yo no soy yo
..
el psicólogo
cuando
tenía cinco
dejé
encerrada a mi vieja
en
la cocina
mientras
cocinaba
milanesas
la
dejé encerrada
por
jugar con la llave
me
acuerdo
que
le di
como
8 vueltas
y lo sentí anormal
las
llaves no hacen eso
pensé
mi
mamá no me podía ayudar
me
pidió que le pase la llave
por
abajo de la puerta
pero
no pasaba
y
empecé a llorar
mamá
dijo
llamá
a irma
la
encargada
así
que
abrí la otra puerta
y
con la misma
demanda
con
la que solía gritar
ASCENSOR
POR FAVOR
le
grité a irma la encargada
irma
por favoooooooooooor
irma
la encargada llegó y nos salvó
y
ese mismo año
y
creo que hasta que me tocó a mí
en
realidad
creí
que mamá
hacía
terapia
para
contarle
a
su psicólogo
que
yo la había dejado encerrada
..
esto tampoco va
a ser poesía
este
calor
pesa
lo mismo
que
la conciencia
de
saber
en
donde vivís
este
calor
y
recién son las tres de la tarde
me
pesa lo mismo
que
saber
la
cantidad de cuadras
que
me separan
de
tu casa
este
calor me pesa lo mismo
casi
siempre
pesa
lo mismo
que
sentir tus manos
sobre
el borde
derecho
de mi cara
este
calor me pesa lo mismo
que
acordarme del empapelado
de
tus paredes
a
veces casi ni me acuerdo
casi
estuve
borracha
casi
la
mayor parte del tiempo
en
que tu boca estuvo sobre la mía
pero
insisto
este
calor
en
buenos aires
me
pesa más
que
tu boca
que
tu boca
que
tu
que
vos
que
yo
[ sobre la autora ]
Soy
Lucía Paiz, de Buenos Aires. Nací el 17 de marzo 1995. Soy de piscis. Me gusta
mucho escribir. Antes me costaba hablar de ciertas cosas. Ahora me siento un
poquito más desinhibida. Escribo casi sin pensar. Soy estudiante de Letras y me
estoy animando a leer mis poemas en público.
Mi
idea, por ahora, es trabajar en eso e ir intentando mostrar con la palabra y el
cuerpo algo de lo que hago.
Mail: lupaiz@hotmail.com
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