The Quindimils retrata, en clave electro-punk, el imaginario outsider argento con su primer EP: La caravana de la lealtad.
Por Joel Vargas
En la era del peronismo 2.0 llega desde Lanús la última sensación justicialista: The Quindimils. La banda de zona sur se apropia del nombre de Manuel Quindimil, uno de los más famosos caudillos del Conurbano Bonaerense, y lo vuelve suyo. La ironía es más que obvia.
The Quindimils es el nuevo proyecto de Nicolás “Yonki”, un viejo guerrero de Cemento. La caravana de la lealtad es el primer disco de la banda y tiene la particularidad de ser en vivo. Fue grabado el 3 de abril de este año en el ya extinto Le Bar.
El Yonki es un pequeño napoleón, con sus letras disecciona el imaginario outsider, la densa realidad. Su  voz de niño punk te invita a saltar sobre bases que remiten a un minimalista Devo. También forman parte de su universo musical teclados ochentosos y bases a lo New Order
“Pinche Navidad” es la mejor prueba del drum and bass furioso y divertido que proponen.  El hit es “Como Hank”, un relato oscuro que se escapó de una mañana verde de la gran ciudad. La personalidad de ese Hank contagia  “y no vamos a parar, tampoco maniatar”. Y si vamos a hablar de personajes siniestros, “El hombre bolsa” te rompe los dientes con una vorágine de samplers.  Mientras El Yonki, junto con Fok de Electrochongo, te cuenta las fabulas de los que tienen pasta de campeón, esos cerdos y peces que pueblan las calles porteñas. 
“Siempre quise ser tu amigo, no me importa que seas nocivo” esa frase de “Tolueno” es un culto a la amistad y revela otra de las facetas del Yonki. También hay romance en “Te Acordas?” y el anuncio del fin de locura  (¿o el comienzo?) en “El Principio del Final”. The Quindimils es una nueva forma de encarar la “Densa Realidad”

1 comentarios:

Publicar un comentario