Hace
tiempo que nos preguntamos por la praxis literaria, por los procesos
y los caminos que llevan al poema y cuanto hay de presencia de los
otros en lo que se escribe, si es que la hay, cómo se convive con los
demás, con otras y otros que escriben. Acá recopilamos tres entrevistas que indagan sobre el proceso literario, en esta primera
parte, entrevistamos a Sebastián Realini, Grau Hertt y Deni Rodriguez
Ballejo, les formulamos algunas preguntas buscando indagar sobre la experiencia de la escritura.
Por
Escrituras Indie
Sebastián
Realini, poeta y editor de Años Luz ediciones.
¿Qué
necesitas para escribir, cómo se da tu proceso de escritura?
El
proceso de escritura es mínimo. De a palabra por día, se anota en
la libreta, se sigue con la vida. A veces salgo a caminar en busca
del poema y en el mejor de los casos vuelvo con tres palabras o un
verso.
¿Se
puede escribir desde la nada?
Siempre
se escribe desde la nada y a través de la brecha.
¿Por
qué escribir?
Por
necesidad. Porque no hay otra opción.
¿Cómo
te influencian tus contemporáneos en tu escritura? ¿ves un lazo con
otros poetas en la relación a tu escritura?
Son
pocos los contemporáneos que terminan influyendo en mi escritura.
Puedo disfrutar de su lectura pero no sé si logro filtrar o aunarme,
verme inmiscuído en su poética. La relación la veo más en los
procesos y no en la escritura en sí.
¿Cómo
es el proceso de corrección de tus textos?
El
proceso de corrección de textos es la segunda escritura porque
después del primer estornudo que transcribo al papel continúo
agregando y sacando fragmentos, palabras. La corrección más
importante va para con la cadencia, que tenga musicalidad que no sea
forzada y que provenga de palabras que podría llegar a entonar, que
sea una voz auténtica y a la vez certera; a lo sumo ocurrente.
Grau Hertt, poeta y editor de Nulú Bonsái
¿Qué
necesitas para escribir, cómo se da tu proceso de escritura?
Comienza
con una picazón en la muñeca izquierda, la sensación de un cable
que baja sobre mi cabeza, sale y sale inentediblemente para el
proceso racional y de comprensión: ¿por qué hablo de esto? ¿De
dónde salió? Pero sigue bajando y de repente, cuando termina, cesa
el cosquilleo y se va el cable.
¿Se
puede escribir desde la nada?
Creo
que no hay oscuridad sin luz, pero sí hay luz sin oscuridad. La nada
vendría a constituir ese hecho mágico que, en cierto punto,
conforma la existencia. Por ende sí, se puede escribir desde la
nada.
¿Por
qué escribir?
No hay
una oposición a eso, me gusta creer que la poesía, el escribir
poesía, es emanar luz de una herida, de una grieta. La poesía, no
el poeta, le habla a todo. Cuando digo todo incluyo a otras especies
no humanas e incluso no vivas y es el poeta un fragmento de esa gran
voz universal. Por eso es que, si bien me encantan los conjuntos, los
parecidos y los agrupamientos temáticos o estilísticos de poetas,
lo que me conmueve es encontrar ese fragmento único, esa parte de la
voz mayor. Creo fervientemente que esos fragmentos valen por
necesarios, incluso más que por bellos o por su tamaño.
¿Cómo
te influencian tus contemporáneos en tu escritura?
No me
influencian en absoluto. Sí son la contención indispensable, el
motor, los que cuándo no le encontrás sentido a nada, que es casi
siempre, sin incluso saberlo, te sostienen. Leer es vital para un
autor: observas formas y tipos de herramientas pero hasta ahí, no
más. Cada uno reconstruye su diccionario porque la misión es
trascender y ser universal sino solo estás perteneciendo a la masa o
estas copiando. Cuando empiezo a delimitar las formas hacia las
convencionales o comunes de escritura siento miedo, cada
contemporáneo tiene que ser una rareza y apuesto a ello. La defino
como lo totalmente propio. Disfruto y me atrae todo lo que no puedo
escribir porque responde a ese equilibrio necesario en el arte. Hacen
falta existencialistas, románticos, políticos, naturalistas,
etcéteras de todas las posibilidades. Hacen falta todos y todas
aquellas que quieran desarrollarse como únicas y únicos. Amo a cada
contemporáneo/a que asume su rareza, su propiedad, su dominio de ese
fragmento propio de poesía, de arte.
¿Ves
un lazo con otros poetas en la relación a tu escritura?
El
lazo se da a partir de que creo que un poeta debe admitir que no hay
una utilidad definida, concreta, eso lo hace libre de inmiscuirse en
disciplinas y situaciones para encontrar al detalle que conmueve,
para ser quien nos obligue a ver qué mal hacemos algo o que bueno es
cuándo lo hacemos bien. Entonces los que nos sentimos así,
incómodos y activos, naturalmente nos atraemos. El poeta es también
lo que no escribe, vive creyendo que tiene que decir algo: se para en
un escenario, recita o lee su obra, baja y cree que no dijo lo que
tenía que decir o le faltó algo. Así de simple nos conectamos,
creo que nos conecta ese patrón, ese inconformismo rebelde, esa
disputa absurda, dos cuchillos desafilados afilándose mutuamente.
¿Cómo
es el proceso de corrección de tus textos?
Mencioné
que cuando escribía sentía un cosquilleo en la muñeca de la mano
izquierda y que bajaba un hilo a mi cabeza. Bueno, ese hilo y
cosquilleo se mantienen en la edición, que sucede en ese mismo
momento. Por ahí entre que escribí la primera letra y el cierre de
edición pasaron seis horas de continua reescritura sobre el mismo
texto que puede, o no, superar una carilla. Después es muy poco lo
que puedo corregir, siento una distancia real, me sorprendo realmente
de hacer eso, lo leo y no puedo más que agradecer que, aún siendo
imperfecto, pueda decir algo bello, útil, conmovedor. Me gusta
sentir que me dicta la poesía el pedacito que me toca trasmitir a mí
y así con cada poeta y tratar de ser lo más receptivo posible,
dejar mi persona apartada del texto.
Deni
Rodriguez Ballejo, poeta.
¿Qué
necesitas para escribir, cómo se da tu proceso de escritura?
Para
escribir no hace falta mucho, el tema son las ganas, la inspiración,
esas cosas… Por mi parte para escribir poesía generalmente me veo
copado por un impulso y me encargo de darle cauce como puedo.
Generalmente escribo en prosa y de oído, me fío de los signos de
puntuación y el ritmo. Cuando versifico trato de encontrar una
lógica pero es todo muy intuitivo, no persigo reglas claras, pero es
algo que quiero mejorar. Siempre es saludable encontrar métodos. Hay
algo sistemático entre los temas y algunos leitmotivs que voy
encontrando. Es para que la música se desarrolle con mayor fluidez.
En la poesía encuentro más que nada una gran danza de sintagmas.
Después,
para narrar, es otro el cantar. Busco que los relatos tengan cierto
largo y persigan una trama con personajes bien desarrollados. Aspiro
a la novela pero termino encallando en nouvelle. Disfruto ese
fracaso.
Ambas
experiencias de escritura son saludables, pero lo que más me
interesa cuando escribo es no hacer fragmentos, retazos, borradores;
me interesa que el destino de mis palabras sea más que un post o un
mero encanto pasajero. Hace varios años aspiro a la obra terminada,
con cierto desarrollo y anhelo específico de culminación. Nada de
medias tintas.
¿Se
puede escribir desde la nada?
No
creo que haya otro modo, pero es una pregunta más bien ambigua. No
estamos solos flotando en el universo. Hay una cantidad enorme de
influencias e intertextualidades -de varios órdenes- en lo que
escribo. Así que: sí, se escribe desde la nada porque la hoja por
lo general comienza en blanco, es una superficie vacía, pero: no. No
se escribe desde la nada.
¿Por
qué escribir?
Por
una necesidad estética. O por desesperación. O por una ajustada
mezcla entre ambas.
¿Cómo
te influencian tus contemporáneos en tu escritura? ¿Ves un lazo con
otros poetas en la relación a tu escritura?
No
sé si me influencian; pero la relación, el diálogo con mis
contemporáneos está. La producción de algún amigo o conocido
siempre puede servirme para decirme mejor. Me acuerdo cuando tenía
18 años y leí Mar del Plata de Mariano Blatt. Fue un antes y un
después porque yo estaba sumergido en una voz clásica, enfermiza,
veleidosa, y leer eso me sirvió para darle lugar a una parte que
jamás había experimentado. Pero no pasa solo con Mariano, por ahí
uno lee mucho a algún amigo y también se le arriman ciertos vicios,
me pasa con Enzo Campos Córdoba, o Santiago Pintabona, a quien ni
siquiera conozco, solo por dar un par de ejemplos. Creo que con eso
describo el “lazo”.
¿Cómo
es el proceso de corrección de tus textos?
Obsesiva
relectura. Método. Oído. No sé si hay mucho más.
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