Cosas que tengo que decirte antes de ponerme de rodillas-Darkrooms, la creación de Martín Marcou y Juan Crespo  es una obra de doce cuerpos, por lo tanto tienen mucho para decir y decirse, una verdadera apuesta a la soledad contemporánea, entre confesiones de amor y deseo. 
Por Vic Armada

Luces que cortan caras y cuerpos. Humo que avanza como una invasión programada. El dance suena impaciente mientras el espectador roza cuerpos en constante movimiento, para individualizar una butaca.

En un espacio donde lo físico parece reinar, irrumpe la palabra. Una pregunta simple y maniquea, “¿Están bien los darkrooms?”. La pregunta sobre lo correcto o no de algo, inevitablemente abre un campo de representaciones infinito. Quien introduce es un joven que aún no ha experimentado los darkrooms. El interrogante sumerge de a poco, toma distancia, como en la mirada antropológica.


El espectador coloniza por unas horas ese espacio oscuro y laberíntico como un voyeur. Pero a la vez, no se trata de un peep show, estos doce hombres buscan el diálogo en la movilidad desde todos los ángulos e impetuosas confesiones.

Doce hombres, doce historias que se arrastran, tocan, abrazan y hablan. Cada una portada por un elenco que viste la personalidad de su personaje con innegable naturalidad (Luis Alberto Castello,Sebastian Castiglionesi, Raúl Cifuentes López, Mateo Erdocia, Charlee Espinosa, Angelo Fornabaio, Daniel Montero, Juan Carlos Nozzi, Matías Iván Rodriguez, Martín Roggon Lozada, Leandro Silva, Alex Vándor).

La dupla Martín Marcou (Dirección) y Juan Crespo (Guión) expanden los límites del aparente inequívoco de la función del lugar: coger. No se trata solo de la descarga de una pulsión sino de la búsqueda de un otro que apacigue las llamas de la soledad.

No es la primera vez que Marcou trabaja sobre temáticas de género (Desmesura vaginal, Lame vulva, entre otros). Con “Cosas que..” logra una puesta que se absorbe con la fuerza de una patada. La plasticidad de los cuerpos construyen un relato fuertemente poético y performático. Es un instante de la historia, un paréntesis entre los vaivenes del placer urgente.

Sin embargo, hay un signo que se impone, el mercantilismo. La obra problematiza una inconsistencia. Por un lado, la necesidad de muchos de pagar por intimidad y por otro, la sensación de libertad del darkroom como zona liberada. En la clausura de un cubículo improvisado o de un baño, cimenta una autonomía frente al yo sobornado por las reglas del individualismo. En la clandestinidad surgen las primeras armas, las primeras perforaciones al orden social. Marcou y Crespo ensayan habitar estos cuerpos y mentes, y ahuyentan la banalización de un ritual que va más allá del intercambio de fluidos.

Cada personaje se toma el tiempo de explorar su subjetividad. Recorren las butacas en busca de oídos atentos. De repente, en medio del baile, el mefistófeles virósico posee un cuerpo. Pánico. Minutos después, una líder milita por la causa pasiva, en contra de la corporación activa.

Dentro de este laberinto de pasiones, los códigos e intenciones se entremezclan. Muchos demonios internos recorren los pasillos: El HIV, la vejez, la intolerancia hacia la predilección por la pasividad en el acto sexual. El desafío es doble, la construcción estereotipada que muchas personas hacen de la homosexualidad y los miedos dentro de esta misma orientación sexual.

La presión por un cuerpo joven, por ser versátil (no solo pasivo), la doble vida de un hombre casado con una mujer, de un joven que gusta más de ser mujer, la idea machista de masculinidad, no ser una “loca”, contagiarse de HIV.

Hacia el final otra pregunta: ¿Se entendió lo que quisimos decir?. Como en todo darkroom, “Cosas que...” deja una marca impresa en quien se atreva a transitar los callejones del guión poderosamente poético. Hay un gran acierto en la elección de una puesta con humor, lejos de los grises tormentosos. La brutal sinceridad deja entrar luz por las puertas de lo a veces desconocido. Una obra que combina a la perfección con el ropaje literario y teatral de Copi y Urdapilleta.

“Cosas que..” definitivamente debe ser recordada. Un antes y un después en el teatro, un antes y un después en el espectador.

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TEATRO LA COMEDIA
Rodriguez Peña 1062 
Web: http://www.lacomedia.com.ar
Entradas desde: $ 120,00 - Lunes - 21:00 hs - Hasta el 25/08/2014 

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