[Sobre El límite de la materia]

Con una ubicación geográfica y temporal se abre esta colección de poemas de Alberto Cisnero, que abarca cinco libros inéditos: "la margen de un río edicto y policíaco". La presentación, si así la llamamos, que el narrador hace de sí mismo es la de su texto: hay una elaboración al mismo tiempo del lenguaje y de la imagen visual, que será el centro de esta poesía. Como si en el decir estuviese asimismo el presentar, Cisnero pasa de largo de las modas. Vuelvo a esas ocho palabras que podemos tomar como apertura y prólogo: "la margen" nos anuncia una suerte de hábil y natural casticismo; el resto califica a un objeto, un río, con dos palabras sacadas de contexto y convertidas en adjetivos ambas, siendo que la primera, en origen, es sustantivo: edicto. Cuando alguien trabaja de esta manera lengua y materia, me da la impresión de que tiene mejores chances de construir su choza en la orilla más calma y más desértica. Cuando aun el naufragio es tratado con elegancia, quiero decir, el efecto del utillaje es más hondo y perdurable: "qué será de nosotros, de nos, / de no, el metro de lo existente, / su disolución obsesa", se pregunta, por ejemplo. Y vale aquí la forma. A lo largo de cinco libros, Cisnero acumula mérito en la lengua sobre el fondo de un paisaje degradado y sin embargo vital. Recorre un "azar aburdelado". Una pampa está detrás y, delante, una ciudad criolla percudida, rugosa: con sus pliegues se arma este tejido. Troya convivirá con remingtons que pueden ser viejas máquinas de escribir o fusiles. El paco con vino barato y arcadias derrumbadas; la espuma sucia de la marea con los trasbordos; infrascritos con haikus sobre rosas y mantas pampas. La forma reina, sin embargo, en el desorden de estos fragmentos. Y la restitución de forma y lenguaje es la tarea del narrador en un paisaje que no se sostiene. En la lengua enciende entonces el lejano sol de las calendas, moribundo pero viviente.
                                                                                     Jorge Aulicino


[Sobre el autor]

Alberto Cisnero (La Matanza,1975). Escribió: La sustancia en infracción (2002), Los dados de la muerte (2004), Mil brillos apagados (2007), Akullico(2009), El precursor químico (2009),Tagsales (2010), Adiós y Hasta pronto (2010), El movimiento obrero granizado (2011), Robé un auto para trasladarme a las soledades vivientes (2012), Ajab (2012), Oquei,gracias (2013), Las casas (2013) y las novelas Hablamos cuando se pueda (2011) y Treinta dineros (2012). 
El límite de la materia incluye los cinco primeros títulos.

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