Deseo, la obra que articula las contradicciones entre lo natural y lo cultural, el placer y la ley, el impulso y sus restricciones. Las enamoradas, Helena y Casandra, transitarán juntas por los pasajes de una profunda tragedia, el lado oscuro del placer ante los ojos de la cultura.  

Por Leandro Rossi y Nadia Sol Caramella

Deseo “se dice del anhelo de saciar un gusto”, o más bien, una necesidad de poseer al otro, y al mismo tiempo, liberarlo en esa concreción, en esa intuición de la carne. Esta obra como pocas ha logrado volver a la escena clásica pero con un discurso moderno, que se instala a través de ciertas transgresiones de la historia y a través de artilugios teatrales: proyecciones que remplazan la escenografia, y en ese desplazamiento, la imagen cobra vida, se vuelve erótica y onírica. El maquillaje y el vestuario adquieren matices ochentosos, pero a la vez, visten telas blancas o negras de caídas naturales, que delinean cuanto hay de excéntrico y de interioridad en esos personajes. Momentos de danza y jadeos donde los cuerpos pisan fuerte el escenario, irguiéndose para marcarles las coordenadas al espectador. Habrá que ir tras esos gestos, tras ese rito erótico, tras esos movimientos, que parecen una coreografía voguing, aquella subcultura de los suburbios de Nueva York, nacida de las drag queens. A esta altura el espectador no es otra cosa que un voyeur respondiendo a estímulos.   

La recreación visual de la naturaleza, sus árboles, sus hojas verdes y la tierra nos trasportan a los tiempos de Casandra (Federico Castellón Arrieta) y Helena (Lisandro Outeda). Ambas desesperadas por consumar la pasión de sus cuerpos, luchan para defender ese impulso que les es natural. El freno a ese deseo será  Hécuba (Contanza Nacarado), quien lleva en su voz las marcas del discurso de la doxa. Y se ampara en dogmas divinos para impedir la consumación de la pasión entre ellas. La ley, como resguardo de la norma, sigue parámetros que son regularmente sociales y culturales. La ley es lo escrito, lo que debe ser cumplido y respetado; y es lo que Hécuba defiende hasta último momento. Mientras, Casandra y Helena luchan para defender su deseo, el furor de su pasión. Esas sensaciones que nacen de sus cuerpos sin ningún tipo de recato, son las que desbaratan lo establecido, incluso la tragedia misma. Si el espacio de la ley es lo cerrado: el hogar materno. La sexualidad encontrará asidero en el espacio abierto de la naturaleza, entre el verde de los árboles y el olor a tierra húmeda, ahí la diosa Afrodita entrará, amparada por las fisuras del placer, para bendecir los jugueteos femeninos.

El motivo de la tragedia griega está atravesado por lo mítico. Esta obra se desmitifica aunque siga conservando la caída de los personajes principales: Helena y Casandra correrán la misma suerte que Antígona. Igualmente la tragedia conserva su esencia primordial, que es la desesperación ante el destierro, la soledad y el encierro. Deseo, una tragedia griega se instaura como una historia sin tiempo ni espacio, pero es intensamente trágica por eso mismo, porque podría ubicarse en el presente.

Nada en la vida es gratis, ni siquiera desear a alguien. En uno de sus últimos parlamentos, Afrodita (Débora Nacarate) sentencia: “no hay deseo sin tragedia”. Es que no hay sexualidad posible sin ese dolorcito dulce, sin ese ardor que brota del roce de los cuerpos.     

[Ficha técnico-artística] 

Autoría: Lisandro Outeda
Actúan: Josefina Botto, Federico Castellón Arrieta, Jimena Coppolino, Débora Nacarate, Constanza Nacarato, Lisandro Outeda, Paola Traczuk
Actuación en video: Maruja Bustamante
Producción: Calabaza Productora, Luciana Azuaga, Melissa Falter
Dirección de arte: Federico Castellón Arrieta, Lisandro Outeda
Dirección: Federico Castellón Arrieta, Lisandro Outeda
Iluminación: Celeste Aued
Visuales en vivo: Esteban Barreiros
Audiovisuales: Ariel Cabrera
Música original: Nahuel Galassi
Prensa: OCTAVIA Gestión Cultural y Comunicación


[Funciones]
Domingos 5, 19, y 26 de Agosto, 20:30 hs.
Domingos 2, 9, 16 y 23 de Septiembre, 20.30 hs.
Lugar: Espacio Aguirre, Aguirre 1270, Villa Crespo.
Reservas: 4854 1905 – 4857 9669
Entrada general: $40-. 


0 comentarios:

Publicar un comentario