“Carne”, tiene esa
perversión algo elegante, en verdad, creo que suena así por la furia contenida,
por ese control del contexto, el metacontrol, incluso en las imágenes
trastocadas, en el continuo trastorno del narrador, en ese hablante que denota
espanto, hastío, miseria humana, dureza emocional, esa que es profunda hasta el
colmo, sobre todo en las escenas cotidianas, con remates aún más penetrantes,
que dejan flotando la duda, no necesariamente sobre el desarrollo del texto,
sino que sobre el cuestionamiento humano, esa especie de salida de una suave
golpiza.
La ira que se desplaza
hacia la sociedad, el desgano, se posicionan tanto en los títulos, como en el
transcurso de la obra. Por otro lado, el humor ácido alcanza cabida en los
episodios más coloquiales, como en “Combo Breaker”, sobre todo en la escena de
las 8:42:27
El libro, en sí, es un
osado, por las temáticas, por el desenvolvimiento violento de los personajes,
del hablante lírico, esa desnudez en la que vierte su interioridad, por el
ejercicio, la experimentación, como ocurre con Educación Sentimental I a V,
donde Rojas Pachas, envía mensajes literarios a Boris Vian, Dostoievsky, Kafka,
entre otros.
La presencia de diversas
referencias, confeso, hacen indagar un buen rato en google, no sé, tal vez sea
demasiada ignorancia al enfrentarse como lector a los textos o Rojas Pachas
hace muy suyo el universo de “Carne” y nos desafía a que no sigamos tan
estáticos.
En los aspectos más
íntimos e intimidantes, que por lo general abarcan aspectos de relaciones más
cercanas, hay una simplicidad que supongo es la que genera un recepción más
nítida.
Rojas Pachas, es un ladrón
de momentos, no sé si cabe en la clasificación de “Grandes tarados sin
sentimientos” que Vila Matas menciona en uno de sus artículos, donde
despotrica, contra esos que convierten el mundo y lo que a él respecta en un
oficio para llevarlo al texto y se deshumanizan torpemente, pero creo
claramente que se apodera de las situaciones, del ego, del existencialismo que
deja en su libro.
Cuidado, en este momento
puede ser que el autor, esté tomando notas mentales, burlándose un poquito de
esto, de todos.
Kamila
López
Antofagasta
2011
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