El estudiante cautiva con la historia de conversión, apogeo y decepción de un universitario que, para conquistar a una profesora, abraza la actividad política en la facultad.

por Maria Eugenia Vidal


Roque Espinosa es un joven del interior que llega a Buenos Aires para cursar sus estudios universitarios, pero que sin vocación y sin rumbo se dedica a deambular por la facultad, a hacerse amigos y a conocer chicas, hasta que un día se cruza con una profesora adjunta de la facultad que lo introduce en la militancia política. Alejada del minimalismo supuestamente intelectual que ya tanto nos cansó del “nuevo cine argentino”, El estudiante cuenta una historia sólida.

El film recibió el Premio Especial del Jurado en la Selección Oficial Internacional, el Premio FEISAL y el Premio ADF a la dirección de fotografía en el BAFICI. A pesar de los laureles, a muchos no les gustó, estoy segura de que muchos la odiaron.

Sin embargo, afirmada en una narración más clásica, consigue algo infrecuente dentro del cine argentino; un thriller político que retrata de manera precisa un ámbito sumamente propio de la militancia en este país: el de las organizaciones política universitarias. El estudiante es tal vez la mejor de las películas de su género: técnicamente muy cuidada, sus actores están impecables, desde Esteban Lamothe y la talentosa Romina Paula en los protagónicos y los personajes secundarios, como el padre de Roque, su primera novia en Buenos Aires y el padre de ella.

El relato se basa en el drama de un joven estudiante universitario que se ve envuelto en una serie de intrigas políticas. Digamos que hay una intención deliberada de sumar la real política al igual que en “Bolivia” o “El Bonaerense”, que también son películas socio-políticas.

Es, a fin de cuentas, para algunos, un film de reacciones y efectos, de estadísticas y cálculo. Es cierto que por momentos puede resultar artera, como los personajes que presenta, de un modo pretendidamente realista, porque El estudiante utiliza el recurso de hablar de la política, para enarbolar un discurso anti político.

Este es el primer largometraje en solitario de Santiago Mitre como director y a lo largo de esta puesta en crisis de la universidad pública, no hace un esfuerzo por ser objetivo o evitar mencionar nombres propios, todo lo contrario; el sudor de la actualidad consuma dos hechos claves del presente: la muerte de Néstor Kirchner y el asesinato de Mariano Ferreyra, que están, aunque la mención explícita no es necesaria.

Si alguna vez el llamado “nuevo cine argentino” fue definido como apolítico, esta obra es la más brutal y brillante refutación de esa falacia: no sólo es nueva, sino indispensable.

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[Ficha técnica] 

[Guión y dirección] Santiago Mitre.
[Producción] Agustina Llambi-Campbell, Santiago Mitre y Fernando Brom.
[Fotografía] Gustavo Biazzi, Soledad Rodríguez, Federico Cantini y Alejo Maglio.
[Elenco] Esteban Lamothe, Romina Paula, Ricardo Félix, Valeria Correa, entre otros.


1 comentarios:

nahum dijo...

Donde me la bajo, o compro?

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