1
Te sentís sola esta noche
como todos en esta ciudad
que antes amabas
eras nueva y vieja como ella
tenías algunos escalones rotos
algunas monedas en tu carterita
y con eso alcanzaba
porque tenías hambre y la noche
se deshilachaba
en tu boca
siempre el mismo bar y no te importaba
había cofradía
había voracidad
tus amigos se peleaban y se amaban
todavía sentían
una pasión infernal los unos por los otros
la parrilla prendida infinitamente
vos querías probar todos los platos
del menú y dejar que Dios
pagara
querías repartir las sobras
no estabas dispuesta a
que nada se pudriera en el friser
siempre alguien te invitaba una cerveza más
tu conversación encendía
los faroles que te iluminaban
cuando volvías
satisfecha
como si hubieras
sobrevivido
a las fiestas, esa temporada dónde todos
se preguntan si están solos
todavía podías contestar
con tranquilidad
porque en el horno habías dejado
cocinándose una delicia
que iba alcanzar para toda la gente
que te quería.
2
te enseñaron a controlar tu cuerpo
a desconfiar de lo que te llevás a la boca
a temer lo que te dicta la cabeza y el corazón
te dijeron que hicieras sentadillas
y te educaras
en el arte del buen vivir
pero vos no querías
no sabías por qué
era fácil que te dieran instrucciones
pero empezaste a decir que no
se sentía como una miel
no, no, no, no, no
te empalagaba
la lengua iba despegando algo
que habías pintado tantas veces que ya
te parecía un slogan
no
no
no
no pasarán
pero pasaron
3
Ayer mientras cocinabas la carne
las luces de la cocina titilaban
y tardaste en inmutarte y mirar para arriba
un rato largo hasta decir
están saludando nuestros muertos
bailando la tarantela diciendo feliz cumpleaños amiga
que los cumplas feliz que los cumplás
y las luces se prendían y apagaban
al ritmo de los aplausos vivos
sus voces del más allá hoy
se acercaban
saliste al patio
la noche nublada
y los que habían visto la escena estaban asustados
no pasa nada estamos entre amigos
mientras repartías la torta dijiste
este año solo quiero ver la belleza de lo vivo
la felicidad del momento
y mientras el chocolate se pegoteaba en los dedos de todos
y vos repartías servilletas entre miradas complacientes
tu amigo
el único que mata a diario
animales para que otros coman
dijo el verdugo dijo estás errando
la muerte es la que le da belleza
a la vida.
| Sobre la autora |
Malena Saito nació en Buenos Aires en 1994. Es productora cultural, poeta y periodista. Publicó Amiga (con la editorial Santos Locos, 2017), Perdón te dije que te quería (con la editorial Rama Dorada, 2018), Encontré algo y no sé dónde guardarlo (con la editorial Ascasubi, 2020) y Los encantamientos (con la editorial Santos Locos, 2021). Sus poemas forman parte de varias antologías y fueron traducidos al portugués. Actualmente colabora en Página 12.
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