Mora Vitali traduce para Escrituras Indie un fragmento del libro The Parameters of our Cage, publicado a finales de ese año por Mack Books UK. , incluye una carta de cada artista.
por Mora Vitali
Alec Soth es un fotógrafo estadounidense, con una amplia carrera dentro de las artes visuales. Sus fotolibros son muy reconocidos por sus premisas originales y su intensidad visual. Su obra se encuentra en colecciones y museos alrededor del planeta.
C. Fausto Cabrera es escritor y artista, y desarrolla sus proyectos desde el sistema carcelario estadounidense, donde reside desde 2003. Sus proyectos incluyen una fuerte arista activista, y se manifiestan a favor de la justicia restaurativa.
En 2020, Cabrera le envía a Soth una carta, en la que le propone iniciar un diálogo profesional. A lo largo de ese año, los artistas intercambian un diálogo epistolar con historias, técnicas, ideas y proyectos que fluctúan entre lo personal y lo general, y que se contextualizan dentro de la pandemia y la inquietud política y social que los rodea en sus diferentes ámbitos. Los textos enviados, así como algunas imágenes, se recopilaron y se editaron en el libro The Parameters of our Cage, publicado a finales de ese año por Mack Books UK.
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25/04/2020
Querido Fausto:
Agradezco que me hayas contado la historia del Memory Lanes*. Quería saber al respecto, pero no quería que esa historia definiera la forma en que te veo. Hablando con mis estudiantes, muchas veces discutimos algo que llamo “la frase”**, el resumen que la gente usa para referirse a una persona. “Esa poeta judía que se suicidó” para Sylvia Plath, por ejemplo. Todxs hacemos esto, también por fuera de los circuitos culturales, obviamente. Trabajo con un hombre que mide dos metros, e invariablemente lo describimos como “el alto”. Debe ser molesto. Pero sería muchísimo peor que esa frase fuera definida por nuestros errores y desgracias. No tenemos control sobre nuestra frase, se forma a través de una multiplicidad de factores: etnia, clase, género, y una red infinita de naturaleza, crianza, y pura suerte. Yo creo que podemos influirla sutilmente, para nosotrxs mismxs y para lxs demás. Puede ser que tu frase incluya tu encarcelamiento, pero no creo que se defina por el evento que lo causó. La frase de Reginald Dwayne Betts es “el poeta ex-convicto”, no “el ladrón de autos que escribe poesía”. No quiere decir que no sea parte de su historia, que lo es, pero no hace falta que sea el título. Respeto mucho cómo te adueñás de tu narrativa. La historia del tiroteo es atractiva, por supuesto, pero estoy igual de interesado en la granja de tus tíxs, y en la destilería de bebidas escondida en las ventilaciones. Sos un narrador, para mí eso es más esencial para tu frase que el crimen que hayas cometido.
Como te había comentado, estoy trabajando en un proyecto sobre fotografía. Además de sacar fotos a lo largo del país, vengo coleccionando fotos encontradas. También estoy escribiendo. Esta viene siendo una manera de procesar la forma en que las fotografías –las mías y las ajenas– operan en el mundo. Durante la pandemia no estuve trabajando en esto. Se suponía que iba a salir de viaje por la ruta, pero obviamente eso se canceló. Intenté hacer algunas cositas, pero no va para ningún lado. Hablar con vos me interesa mucho más. Me fascinó profundamente la forma en que describiste las ocho fotos que te llevarías a una isla desierta, el detalle y la cantidad de pensamiento que pusiste en esas elecciones. Amo la forma en que entretejés tu propia experiencia al hablar de arte.
Tengo un ejercicio creativo para proponerte. Mi idea es enviarte algunas fotos que encontré. Me gustaría que elijas una o más, y que escribas sobre ellas individualmente. Pensá en la foto como un trampolín, usala para saltar a una pileta de ideas.
Gracias, amigo.
Alec
*NdT: Refiere al motivo de su encarcelamiento. ** NdT: En el original “the sentence” remite a la frase, pero también a la sentencia.
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06/05/2020
Querido Alec:
¡Feliz mayo, amigo! Espero que estés rodeado de amor y entusiasmo creativo.
Retuvieron una de las fotos que enviaste por contener “señas de pandillas”. Apelé la decisión, pero desconfío de la supervisión. Ya han retenido fotos de bebés con las manos en ángulos raros por “señas de pandillas”. Incluso si fuera realmente una “seña de pandilla”, ¿a quién le importa?¿Cómo puede eso ser una amenaza a la seguridad?
Mi primera respuesta a estas fotos encontradas fue pasarlas rápido, desestimarlas, sentir que le pertenecen a otrxs. No fue un acto noble de respeto por su privacidad, sino una ausencia de deseo de ver a nadie fuera de mi propio círculo. Lo primero que pensé fue: ¿qué valor tienen las fotos personales si no conocés a la gente que muestran?
Justo mi tía Kathy me contó que estaba revisando su caja de cartón llena de fotos, y encontró algunas de mi infancia. Me despertó algunos recuerdos, pero sin ver las fotos especificas me sentí un tanto disociado de esta herencia, salida de una caja que todavía tengo que clasificar. Si fuese a agarrar un puñado de fotos de la caja de mi familia, cada una de ellas estaría electrificada por mi propio sesgo, saturada de emociones complicadas. Me hizo pensar en lo que decías sobre tu aversión a tomar fotos personales, sobre el valor de la distancia entre tus sujetos y vos.
Pensando en eso, volví a revisar las instantáneas que me mandaste, y me sentí atraído. Quizás la distancia relativa me permitió confrontar mi propia historia, un poco menos viciada. Es como cuando una pintura se excede en atención, o cuando la emoción de un ensayo está demasiado fresca. Nuestra relación con el pasado es demasiado personal, así que lo ponemos en una caja, y le pedimos al tiempo que intervenga. Es interesante entrar al pasado a través de la puerta trasera que son las fotos de otra gente.
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