En A cielo abierto los/as invitamos a descubrir el mundo de los/as artistas que usan las paredes de la calle como su espacio de expresión. En pequeñas entrevistas, los/as artistas urbanos nos cuentan cómo es la experiencia de hacer del cielo el único techo para que sus creaciones puedan vivir.
Hoy nos metemos en el mundo de Indigo Ars.





¿Cómo empezaste con el arte urbano?
Digamos que empecé con el arte urbano hará unos 5 años, es decir poquito tiempo. No nací con una lata en la mano jeje…  Y me mandé a la calle justo después de una crisis vivencial y me pareció sanador hacerlo. No pensar, es algo más instintivo, así lo veo yo al menos, una necesidad de expresarte. Y a partir de esa pared pintada aparecieron otras y desde entonces fue una forma de vida y así la voy llevando. Cada pintada te sana un poco: es mi terapia-meditación… la calle, los barrios, la ciudad, provincias, donde sea… se puede dejar algo de color.

¿Cómo fue tu experiencia en Brasil? ¿En qué zonas estuviste alegrando paredes?
Pinte en un depto, como intercambio por hospedaje. Ahí estuve solo 5 días y luego me fui 2 meses a  Favela Vidigal, increíble lugar, donde me recibieron de forma muy afectiva, las autoridades dan libre pintada en todos lados, la gente está contenta con eso.  Luego fui unos días a otra favela, Favela Do Juramento, donde había un grupete de okupas, algunos descendientes de aborígenes, pude pintar algo rápido, de pasadita… La favela estaba controlada por narcos, y algún que otro tirito siempre había, eran dos morros enfrentados….  ¡¡Así que pintar por allá fue buenísimo!!

Tus obras tienen algo de místico y fantástico, parecen recrear estados zen, ¿cómo se relaciona eso con vos? ¿Qué buscás expresar?
Mira, te juro que es mi idea al pintar, hacer bien al que lo mire, ponerle intención. Qué sé yo, tal vez sea una idiotez o algo delirante, pero creo en eso, así que gracias. Como te dije, para mí es un estado de meditación, estas ahí enfocado y no existe otra cosa. Siempre deliro con la idea de que de alguna forma la gente sienta bienestar o no sé,  sanación, al mirar el mural o el cuadro. Y lo místico tampoco sé, eso ya lo disfruto a nivel personal, ni me importa si gusta o no la pintura. Se contradice pero es así jaja.

¿Qué importancia tiene el color en tu obra? ¿Con qué materiales trabajás?
Utilizo aerosoles y látex…  y el color define la obra, todas las obras. Me gusta que los colores a veces no sigan el orden de una paleta, y que lleven a lo fantástico.

¿Cuál fue la experiencia más extraña y cuál la mejor que tocó vivir pintando en la calle?
La más extraña es que aparezcan unos monitos por unos cables en  favela Vidigal, mientras hacia el mural.
La mejor es que te digan “Che, gracias por dejar colores por acá”. O que te alcancen algo para tomar o algo para comer, pasa de todo mientras pintas.

¿Cuáles son los códigos de la calle que hay que conocer para poder hacer arte urbano? ¿En qué se diferencia respecto a pintar en un taller?
Hay que respetar. Ponele, un señor que gasto un dinero en pintar la pared de su casa no tiene por qué bancarse que alguno le pinte su fachada… podés preguntar y seguramente te dejan hacer un mural… Y respetar el mural del otro. No me parece que seas más loco o rebeldón por arruinar el mural o la pared de alguien. Y en un taller también está bueno pintar, es otro el viaje… Un poco más íntimo para crear. En ambos lugares es divertido.


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