Shaman
Herrera, el ecléctico trovador y productor independiente platense, editó el
primer disco de su nuevo proyecto: Shaman y Los pilares de la creación. En un
tono minimalista, sin atentar contra la potencia de las pequeñas urgencias,
este compendio de canciones arroja luz sobre las piedras. Una génesis de
arreglos y refugios de cuerdas.
Por
Martin Barroso
Pasa el tiempo. Una mística rara no nos
permite saber que está pasando en ese parador musical llamado La Plata, cuna de
nuestro eje musical. Tanto
el sello Laptra como Concepto Cero alimentan una larga lista de artistas con
una brújula distante no solo en distancias físicas (60km de la Capital Federal)
sino también en promover proyectos arriesgados, atípicos.
Hoy encontramos a Shaman y Los Pilares de
la Creación, con su actual formación Shaman Herrera en
guitarra y voz, Eduardo Morote en Percusión, Alejandro Bertora en teclados y
Adrian Conti en bajo. Juntos dan rienda suelta a un folklore espacial, en tan
solo 8 tracks y poco más de 20 minutos de mandolinas, guitarras criollas y
palladores de la luna, producidos por Daniel
Melero. El primer recorrido
por este camino nos remite a la banda sonora de Babel o 21 Gramos,
manejan la tensión en cada rasguido sin caer en el mote folkindie.
Abriendo el disco a modo chamánico la
canción: “Sube a mi bote”. Un grito gutural y pronto entendés que ya te
embarcaste, algo empezó sin darte cuenta, bastó un llamado, una voz. En el resto
del viaje musical se destacan “Donde nacen las estrellas”, y una frase pareciera resumir el espíritu del disco: “ya tendrás que pagar para ver una gota de rocío verde...”. Sigue “Sonriendo”, en este track las imágenes flotan con
cada acorde que Shaman entona en plan descriptivo, un paraíso onírico y campestre asoma
entre líneas. En “Segundos imposibles” escuchamos
una despedida, un réquiem folk donde la conciencia nos invade para bien o para
mal. Resuena “Circulo sin centro”, nos recuerda a Rubén Patagonia con su tamiz
de introspección.
Como toda creación hay que darle tiempo y perseverancia. Se intuye con facilidad que este disco ganará con los años, Shaman y los pilares deberán recoger los elogios y seguir machacando en la búsqueda de una gota de rocío verde.
Como toda creación hay que darle tiempo y perseverancia. Se intuye con facilidad que este disco ganará con los años, Shaman y los pilares deberán recoger los elogios y seguir machacando en la búsqueda de una gota de rocío verde.
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