Por Enrique De Carli
(Glew, 7 de enero de 2011)



No termino de acostumbrarme a que nuestros encuentros dependan de que llueva. Desvestirme debajo del agua no me gusta por varias razones. A ella le da bronca que pierda tiempo. Dice que sacándome la ropa en el living, doblándola y colgándola en la baranda de la escalera, desperdicio la lluvia. Ella, en cambio, me espera parada en medio del jardín. Las piernas y los brazos abiertos en X. Una X de cara al cielo y boca abierta que traga el agua que cae.

Aunque correr no corro (también por varias razones), en algún momento llego. Mi primer lugar es arrodillado, sobre el camino de piedras, entre sus piernas. De la casa de al lado viene ruido a rastrillo. Nunca nos interesó conocer a los vecinos, pero esta gente que pone jazz y sale a hacer el jardín los días de tormenta siempre me despertó curiosidad. Más de una vez le pedí que me hiciera pie para mirar por la medianera, olvidando que a ella, en días como estos, no se le puede hablar. El agua se le acumula en la panza que empieza a hinchársele hasta que cae, de espaldas, con las piernas y los brazos abiertos. La boca inundada dice algo que sólo yo entiendo. Entonces entro. Y a medida que entro y salgo, su boca (un bombeador a medio cebar) escupe agua intermitente, y también aire, intermitente, hasta que solamente es agua. Correntadas de agua que la desinflan, mi momento preferido, que quiero prolongar, y para eso necesito pensar en otra cosa y concentro mis sentidos en las trompetas, las armónicas y el rastrillo.

Es el punto máximo.

Antes de volver sobre ella. Sobre la panza desinflada y los ojos cerrados. Las piernas y los brazos temblorosos, imagino que alguien me hace pie, y miro por la medianera.

Al lado hay un baldío. Gigante.

[Sobre el cuento]

"Agua" pertenece al libro de cuentos Jauria de Enrique De Carli, quien hace unas semanas atrás fue elegido por la editorial Eloisa Cartonera como uno de los ganadores de la 3° edición del Sudaca Border 2013. Está publicación es un adelanto de Jauria que será editado por Eloisa Cartonera durante este año.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Aplausos para Decarli. "Agua" es otra muestra de la maestría que tiene este tipo anónimo en el tratamiento de los textos cortos. Para muestra basta revisar los relatos más cortos publicados en "Desde la habitación del sur". "Agua" me hace acordar a Mario Levrero, especialmente los relatos contenidos en "La máquina de pensar en Gladys". Gracias por publicarlo.

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