[Micro-excursiones] es un
cuestionario que va en busca de escritores, con el fin de conocer sus ficciones
personales. Es una adaptación, algo transgredida, del cuestionario Proust. Las
preguntas son simples e impersonales, pero a la vez pretenden ser un
disparador. Es el primer cuestionario en donde las preguntas no importan. El
mérito y la inventiva corren por cuenta de los escritores.
[Autosemblanza ]
Me llamo Ignacio Molina. Nací en Bahía
Blanca pero desde hace veinte años vivo en Buenos Aires. No puedo creer haber
cumplido treinta y seis la semana pasada; para mí esa siempre fue, y sigue
siendo, una edad que tienen los señores. Me gusta mucho escribir y por suerte
la mayoría de las cosas que hago tienen que ver con eso: escribo libros (los que
más me gustan son Los estantes vacíos -cuentos-, Los modos de ganarse
la vida -novela-, y El idioma que usan todos -poemas-); doy talleres
de escritura, a veces hago periodismo, y gano un sueldo fijo trabajando de algo
así como redactor publicitario. Soy bastante asceta, y supongo que mucho menos
melancólico de lo que mis amigos, conocidos, e incluso lectores, deben creer.
Tengo un hijo de casi seis años que se llama Fausto y me hace muy feliz. Aunque
no soy híper sociable, disfruto de conocer y entablar relaciones con cierta
clase de personas. No me gusta hablar de plata ni pensar en el futuro.
[Micro-excursiones]
1. ¿Qué condiciones se tienen que dar
para que empieces a escribir?
Ganas, tiempo y la mente despejada. O
ya venir trabajando en un texto que me tenga entusiasmado; cuando pasa eso,
entro en un estado en que mi cuerpo y mi cabeza liberan millones de endorfinas
y lo único que quiero es ponerme a escribir.
2. ¿Cuál es tu héroe o antihéroe de
ficción favorito?
Holden Caulfield.
3. ¿Qué talento desearías tener?
Me gustaría tener oído musical, saber
cantar, tocar bien la guitarra y componer canciones. En menor medida, jugar al
fútbol o al básquet a nivel profesional. También me gustaría, sólo durante un
tiempo, experimentar la capacidad de ganar mucha plata.
4. ¿Cuál es tu
posesión más atesorada?
Cuando cumplí quince años, mi papá me
regaló una cajita de metal medio oxidada en cuyo interior había una moneda, un
llavero y un banderín en miniatura. Esa podría ser una de mis posesiones más
atesoradas. A mi papá se la había regalado mi abuelo, y a mi abuelo mi
bisabuelo. En poco más de nueve años, cuando cumpla quince, se la voy a regalar
a mi hijo.
5. ¿Cuál es para vos la manifestación
más clara de la miseria?
El egoísmo y la mezquindad, si nos remitimos
a una de las acepciones de miseria del diccionario. En un sentido más amplio,
la traición.
6. ¿Cuál es la cualidad que aprecias
más en los seres humanos?
La inteligencia, la honestidad, la
lealtad, el sentido del humor, la amplitud de pensamientos y de criterio.
7. ¿Cuál es habitualmente tu estado
mental?
Mi cabeza suele pendular, en promedio,
entre el bienestar, la placidez, la expectativa, la ansiedad, la preocupación y
la incomodidad. En los extremos de la estadística están la euforia, la angustia
y la nostalgia. Por suerte estas últimas cosas son menos frecuentes. También
suelo estar bastante en lo que se conoce como “la luna de Valencia”.
8. ¿Cuál es tu idea de felicidad?
No sé. Me parece que no tengo una idea
de felicidad. ¿Dónde está la felicidad? Creo que hay muchas cosas que la rodean
pero que no son exactamente la felicidad: por ejemplo, la alegría, la
excitación, el frenesí, la satisfacción, la paz, el encantamiento. Todos esos
son estados bastante fáciles de alcanzar. Pero la felicidad propiamente dicha
es, para mí, algo efímero, volátil y mucho más difícil de conseguir, algo que a
veces llega e intento retener pero que enseguida se me escapa como agua entre
los dedos.
9. ¿Cuál es tu mayor miedo?
Les tengo mucho miedo al paso del
tiempo y a la vejez.
10. ¿Cuándo y dónde fuiste más feliz?
Supongo que los momentos más felices
los habré pasado haciendo cosas con mi hijo. Esas son las situaciones más
concretas y tangibles de felicidad. Con respecto a las otras, tengo un grave
problema: suelo valorar a los momentos felices mucho tiempo después de que
pasaron y no mientras los estoy viviendo. Uno de los últimos momentos de
felicidad que recuerdo es cuando estaba en la recta final de la escritura de
una novela que va a publicarse el año que viene. También me acuerdo de otros,
pero son más íntimos y no voy a contarlos acá.
11. ¿Qué libro que hayas leído te
hubiera gustado escribir?
Cada vez que leo un libro que me gusta
mucho pienso que me hubiera gustado escribirlo a mí. De adolescente o más joven
eso me pasaba con más intensidad y me generaba una envidia bastante insana.
Creo que el primer libro con el que me pasó eso fue con El cazador oculto,
de Salinger.
12. ¿Cuál es el peor libro de la última
década?
No sé. Cuando un libro no me gusta lo
abandono enseguida. Por eso no llego a darme cuenta de cuán malo me resulta en
realidad.
13. ¿Qué texto (cuento, libro o nota periodística)
no volverías a publicar? ¿Por qué?
Hace tres años escribí un libro por
encargo sobre la temática “tribus urbanas”. Estaba mal económicamente y acepté sin dudarlo cuando me
lo ofrecieron; la cantidad de plata que me pagaban no era demasiada pero en ese
momento me venía muy bien. Y si bien el libro tiene un par de capítulos que me
gustan, creo que el resultado global no fue bueno, no me dejó contento, no me
representa. Supongo que si me lo propusieran hoy, lo tomaría con menos urgencia
y más responsabilidad o, en el caso de no sentirme cómodo, directamente lo
rechazaría. También hay algunas notas que escribí para la revista Noticias que
hubiese preferido firmar con seudónimo pero que tampoco estaban tan mal. El
trabajo, mientras sea hecho con honestidad, siempre dignifica.
14. ¿Qué disco te hace sonreír?
Muchos. Ahora pienso en uno que estuve
escuchando esta mañana: London Calling, de The Clash.
15. Si sufrimos un ataque de Godzila y
tenés la oportunidad de salvar de sus garras a una banda o un músico, ¿a quién
salvarías?
En este momento se me ocurren dos. Uno
es Sergio Rotman; todavía le quedarían varios años para seguir componiendo e
interpretando canciones y discos tan geniales como los que viene haciendo con
Cienfuegos, Los Sedantes y El Siempreterno. También salvaría a Eugenia Brusa,
cantante de Les Mentettes y de Brusa y los Bombones de Murano. Tiene una voz que
enamora y un modo de cantar que hipnotiza (o una voz que hipnotiza y un modo de
cantar que enamora, no sé distinguir). Ojalá nunca deje de hacerlo.
16. Si después de muerto volvés
convertido en zombie ¿a quién morderías primero?
A nadie. Asustaría un poco a los que se
me crucen pero enseguida los dejaría tranquilos.
17. En tu última obra ¿encontraste la
palabra justa para decir lo que querías?
En algunas páginas creo que sí.
[Contacto]
Facebook: Ignacio Molina
mail: ignaciomolina22@gmail.com
1 comentarios:
Me encantó. | www.nicolasmanservigi.com.ar
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