¿Cuándo dejaré de ser la estúpida al pendiente de un encuentro de recuerdos en los vagones de los trenes? La que aguarda por divisar algún fantasma en las paradas al costado de la ruta. La que los sospecha de reojo al subir a los colectivos.
Locura, el haberme topado con uno al fin y no sorprenderme. Locura, mi serenidad. Locura, la ausencia del peso del tiempo. Locura, sentir brotarme una mirada nueva, no planificada, como quien contempla el rostro de un insospechado hijo perdido. Locura, sus tímidos gestos de ternura, tardíos. Locura, lo tan conocido como el proceso de respiración. Locura, de unos minutos, de pequeñas sonrisas vírgenes evocadas por dos descarnados.
¿Cuándo dejaré de ser la insensata que, tras caer en las redes del azar, olvida la obsesiva espera por las proyecciones para ir a buscar el cuerpo? La que vaticina sus errores y no hace nada para prevenirnos. La que acepta su dejarse arrastrar, con desparpajo.
Qué hastío el de entregarme a preguntas ajenas, qué hastío la cordura, hastío de una obviedad que no comprende que los viejos caminos siempre se me cruzarán.

5 comentarios:

eriatarka dijo...

lindo, lindo blog, lindo lindo...

un saludo!!

Nadia Sol dijo...

escribis tan lindo natucha hermosa!

leandro dijo...

Hola Nati,

Lelega un poco tarde el cometario, pero llega. Sabes que me resulto muy agradable leer tu texto, tuve una sensación bonita, eso quiere decir que desde el contenido, esta muy bueno. Pero creo que podrias revisar la forma, es decir, que me parece que podrias jugar un pco más con la palabra " LOCURA", ´bajando espacios y jugando un poco mas con la distribución de las palabras. Es terminaria siendo lo más parecido a poesía, que no se si era tu intención, pero igual esta bueno como a vos te guste .

Un abrazo gigante, Leandro.

la prometida del rey de los locos dijo...

Gracias Lean, valoro mucho tu mirada, me gustan esas observaciones.

Martín Hache dijo...

"...La que acepta su dejarse arrastrar..." muy bueno, pacífico.

Jazz

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