Mi era es la lucha libre del mundo
y en ese planeta, atletas gigantes,
bizarramente vestidos, luchan con sillas plegables
y llaves aéreas sobreactuadas.
En el horizonte puedo ver claramente
el botón para apagar la realidad.
Lo que pasa es que apagar el televisor
en esta era es como haber llegado
al fondo de la soledad.
Y uno a veces llega a sentirse culpable
de no sentir y pensar como la tele…
esa es la tragedia.
Mi era es el abrir y cerrar de ojos
de una vaca mirando quedamente la hierba.
El mundo árido, salpicando sangre el suelo
con más sed de la que puede saciar,
consume la misma sangre
que le arrebató el aire y el agua
a la tierra.
Mi era es un tirar de nuevo los dados
de un dios sin suerte.
Y mi ser era exactamente lo mismo que es mi era.

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