Volví de tu casa hecha un tango
Me tire en el sillón y garabatee algunas opciones, jugar todos los roles, aniquilarme en la multiplicidad. Me sugerí hacer de indiferencia, miré mis oleos a un costado de la mesa ratona, pensé un autorretrato con colores fríos, o empezar algo con el vecino. Nada va a cambiar la música que soy, lo confirmo en falsas ideas y el corazón contundente.
Un piano me hace sonar,
dejar el sillón,
explotar mi melodía
en el aire del barrio.
3 comentarios:
Me gustó
xoa, ¿sabés una cosa? me gustan tus retratos girondianos...
Me resulta muy interesante esa capacidad que tenés, (no solo en este poema) de contar desde lo cotidiano, de hacer de eso que ya no se ve algo ilimitado, algo así como el cuadro que prometió Jorge Larco.
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