“Oh, something good tonight will make me forget about for you now” (Alt-J)
Una humilde reseña del gran libro Cuerpos Cardinales de Marie Miy (Editorial Nudista, 2024)
por Sofía Vilá
Nudista es una editorial cordobesa de amplia trayectoria. Uno de sus últimos títulos es Cuerpos Cardinales, de la escritora salteña Marie Miy. El libro reúne ocho cuentos cortos, todos atravesados por “la autopista”, que funciona como un personaje más: un tótem que guía y marca el destino de los protagonistas.
Estos relatos conforman un abanico de lo fantástico y lo ominoso. En cada cuento hay apariciones, recuerdos tan presentes que parecen reales experiencias místicas y otros avatares que conectan al lector con lo inquietante. Los protagonistas son seres que bordean las marginalidades —“gustan de ellas”— y sienten un llamado hacia la caída y el delirio.
Ese llamado, como el de las sirenas de Odiseo, resulta irresistible, como en Sur, donde el personaje que da nombre al cuento es sensual, misteriosa, se ofrece y luego se retira. Termina volviendo loca de amor a la protagonista:
“La recibiría con cientos de animales de animales-figura, en el aire, casi arroz, casi papel en la celebración del regreso de Sur a la casa” (extracto de Sur).
Como toda historia desigual de amor, nada puede terminar bien: el héroe cae, Sur también, junto con su militancia e ideología. El fuego de la pasión ha consumido a todos.
A modo de un collar de lentejuelas de distintos colores, cada cuento tiene su “color”, pero todos están conectados por un hilo que sostiene: la autopista. En Cabal, el segundo relato, comienza la conexión con los cuentos siguientes. El protagonista lucha contra un tormento que altera su vida diaria: no duerme, no come y no logra comprender lo que lo atormenta.
Sombra de porcelana, el tercer cuento, es más concreto y legible. Algo consume a los personajes y los deteriora, dejarse arrastrar es la única manera que encuentran de no sucumbir a la locura. Lo mismo ocurre en Siesta de noite, aunque lo monstruoso reside dentro del protagonista; como en Sur, esa presencia, al ser nombrada, se vuelve etérea, casi fantasmal.
La paleta de colores incluye también lo turbio y lo gore, lo que desgasta y deja exhausto al lector, como en Correntada y Feria. En Correntada, lo fantástico se convierte en un sueño grotesco del personaje principal:
“En lo único que piensa es en escapar de esa corriente de agua negra con destellos escarlata, ese gran río de cloaca y restos que se alimenta por varios frentes y ya es un remolino oscuro y violento creciendo en el centro de la ciudad” (extracto de Correntada).
En Feria, detrás de una trama aparentemente realista, se esconde la situación más ominosa del libro: una mezcla de cuento trashero, policial, ciencia ficción y terror. El gore es explícito, y Miy logra con ello crear un artilugio adictivo, tan salvador como fatal:
“Las anélidas figuras se introdujeron con prisa en la carne. Traspasaban la piel sin problemas. Se hundían y dejaban un hueco hondo y rojizo, un agujero oscuro donde antes había hueso. Llegaban a las profundidades de ese cuerpo” (extracto de Feria).
La anónima nos transporta a lo místico y esotérico. La protagonista retorna a su lugar natal y vive una experiencia paranormal que la ayuda a encontrar respuestas para sí y para su madre:
“Por fin alguien más tenía que atravesar la tristeza y el estrés, cargar con las huellas de todo aquello que una hija tan jodida como Daiana le había producido a ella durante toda la vida” (extracto de La anónima).
El libro cierra con Recuerdo o B, donde volvemos al principio. Los personajes son parte de una agrupación que vive en las montañas, bajan a la ciudad y recorren la autopista en busca de alguien que perteneció al grupo. Beatriz es la buscada, parece mutar y esconderse, confundiendo a quienes van tras ella. Es un cuento de venganza, amor obsesivo e ideales rotos, con una trama distinta a Sur, pero con los mismos móviles.
Es llamativo que Miy haya elegido estos dos cuentos para abrir y cerrar el libro. De algún modo, parece crucificar al héroe en la cruz que forma la autopista. Con todos estos relatos se genera un “neorelato” sobre el heroísmo —o más bien un desmantelamiento del mismo—, porque solo hay víctimas y un boceto difuso de un prócer que quizá nunca existió más allá de la proyección de los personajes.
Todos los cuentos están escritos en clave de confidencia, como si alguien nos hablara al oído: “vení, sentate, me pasó esto”. Contar es exorcizar, sacar de encima aquello que antes era secreto.
Al fin y al cabo, lo que nos sorprende y nos asusta sin aviso nos parece ajeno, pero estos relatos muestran que el monstruo que vemos no es otro que nuestro reflejo. Cuerpos Cardinales nos enfrenta al monstruo que somos y, al mismo tiempo, nos rescata construyendo “modelitos de humanidad” con barro y piedritas brillantes: somos eso, muñecos frágiles y luminosos.
| Sobre la editorial |
Nudista es un proyecto cultural comprometido con la literatura argentina. Ofrece un catálogo pensado como un mapa para explorar e integrar escrituras diversas, experimentales y federales. Su lema es “La literatura como punto de partida”
| Sobre la autora |
Maria Elida Morales Miy nació en la ciudad de Salta, en 1992, y actualmente reside en Córdoba, donde se desempeña como correctora literaria. Cursó la carrera de Letras Modernas en la Universidad Nacional de Córdoba y en el año 2021 publicó su primer libro de cuento: Evribadi uonts tu rul de Word (Borde Perdido Editora).
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