6 jóvenes poetas argentinas que no deberías dejar de leer.
Selección por Juliana Planas


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Denise Strugo [16/08/89]

Si está en Belgrano,
Chacarita.
Si Devoto de amor,  
Sáenz peña.
Y si Ciudadela de amor,
Liniers.
Y si amor en subte,
viajo en tren.
Si el amor un dron,
barrilete.
Y si cohete,
pasaje de avión.
Y si cinco para el peso,
pluma o pesado de amor.
Y si poema,
canción.
Y si pop, punk  
y si punk, folk  
y si folk, indie
y si indie, rock.
Si en la cama,
duermo en el sillón.
Madrugada en el living,
paso a la habitación.
Y en navidades
judía de amor.
Si el amor tan línea Mitre,
yo tan San Martín.
Y si amar volar,
yo tan racional.
Si amor quemadura de primer grado,
yo dermatitis, yo glándula de baba
que se vuelve capa sobre capa
para cubrir la emoción.
Y si cita en Palermo,
Retiro de amor.


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Alma Alnoir [18/12/97]

Papá es tornado

papá es tornado
piensa en una luna doblada en puntos en donde debería
ser
chata
pienso en un líquido espeso
pienso en una fuerza
abrazadora un soplo
pegando en la cara
alborotándolo todo

papá me espera en la puerta de salida apoyado en la moto que me gusta
papá es tornado y estaciona donde quiere sobre la
vereda
mis compañeros lo esquivan y las mamás pasan de largo enojadas porque no se hace eso
la yamaha es mi favorita
levanta una nube de polvo
cuando se va mis compañeras que no me eligen en el quemado tosen
señalan mi casco
yo no miro para atrás tengo los pelos al viento
pienso
en el aire que flota alrededor
me envuelve pero no me lastima
porque el ojo del tornado siempre es cálido y tranquilo
acaricio el cuero de la campera
me abrazo a mi papá que es tornado
para quedarme siempre en el eje

papá tornado me compró el mismo casco que él pero más chiquito
a mamá y a mi hermana les trajo otra marca que es mucho más fea
mi hermana le pega calcomanías para disimular
yo no le pongo nada porque es de nenita
yo quiero tener el casco igual al de él

papá me enseñó la diferencia entre tornado
y huracán
el tornado es corto y no se anuncia pero destruye todo
el huracán nunca termina pero toca la puerta antes de entrar

papá es tornado corre mucho
corre mucho y erguido y muy rápido
corre con una remera de superhéroe que compró por
internet
se va lejos a otras provincias
se inscribe en maratones sureñas y yo lo acompaño
le saco fotos y lo espero en la llegada
papá es tornado y me deja estar sola
en los pueblos sureños a los que vamos
yo escribo en plaza y hablo con la gente y no le cuento nada a mamá
vamos por la ruta en silencio
llevo campera y guantes
lo escucho hablar de otras épocas
el sur está lleno de tierra y frío y mucho mucho viento
que me hace acordar a él
papá es tornado es escorpio
no sé qué significa pero me imagino un escorpión
con veneno líquido en la punta
y es él
me entrena para correr en carreras que no me importan pero corro con él
muestro fotos del sur
papá es tornado
habla de mamá mientras damos la vuelta al hipódromo
me dice que
quiere irse
papá no puede porque no quiere lastimarme a mí
me prometo nunca
enamorarme de nada que
incluya dinamismo
dejo de correr con él porque me hace llorar

papá creo que soy tornado
el primer chico que me invita a salir
tiene una moto de las zanetti malas y le digo que mejor me vuelvo sola
soy tornado
me enojo y grito
porque las cosas no me salen como yo quiero
papá soy tornado no tengo amigas mujeres
en el colegio una que me odia me dijo
que soy un animal salvaje
acompaño a mamá al super
una señora que no nos conoce
que no te conoce
dice que soy parecida a ella y yo no le sonrío
mis ojos son tus ojos
un verde pantano bien
profundo y escondido
papá
creo que soy tornado
el chico que me gusta corre muy rápido
sabe escuchar el susurro del viento en los oídos para que lo acompañe
soy tornado heredé
un apellido lleno de determinismo y ahora
solo me acerco a las personas
más oscuras
porque escucho el viento en sus estómagos
un hambre de tornado

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Maia Duek [03/09/1996]

Yo no conocí el pueblo
la moto que mi abuela robaba en la siesta
para escaparse del sopor
de los gallineros nauseabundos,
yo no oí el escobazo cortando el aire con una amenaza
cuando la niña puta cantaba a los gritos al deudor
“la última noche que pasé contigo te quedaron los huevos como dos pasas de higo”
pintando la casa de ladrillos del color del escándalo
y una mujer humilde defendía el honor de su verdugo empuñando el símbolo
pero la niña ya levantaba polvo allá lejos con su bicicleta prestada,
dicen que había una casona blanca
con geranios en el portal
que cada semana una chica distinta lustraba montañas de zapatos en el jardín
para pagar con su vergüenza el deshonor de sacarse al hijo
que desde la ventana miraba la patrona impasible
la dama de caridad del pueblo
la mujer del médico más prestigioso
contando rosarios de plata y joyitas familiares con que cobraba los trabajos
y que mi bisabuela enterró medio corazón con cada hija muerta joven
las favoritas
las buenas
que la hija mala saltaba la tapia y se refugiaba en lo de Verso perla pluma y flor
esa que cada día vestía un color distinto
la que ya no tenía nombre más que el chiste del pueblo
la que le enseñó a mi abuela el secreto de las joyas fantasía,
la ciencia del color.
Pero oí las canciones
una y otra y otra vez
y casi veo a la puta cantando
y escapando detrás de mi abuela
muerta de risa y miedo
a las mucamas del rencor
los bordados de las hermanas muertas
un perro flaco que se apostaba en la entrada hasta morir
creé las voces de la historia
para darle carne a la mitología
ahora veo
recuerdo el pueblo
como un vapor lejano-
la voz de mi abuela no es
la música de fondo de una noche estrellada:
es un gen.
es una semilla.
una máquina del tiempo,
mi abuela
es un portal
su voz
es mucho más que un nudo en el tejido del jardín humano:
es un gen.
es una semilla.
la primera luz que enciende el pueblo
y promete una vida mejor
un día de descanso
un domingo eterno para esas
las hijas malas.
las putas de pueblo.
las aguerridas.
la voz de mi abuela es una navaja que nosotras empuñamos juntas.
las hijas malas.
las putas de pueblo.
las aguerridas.

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Ariadna Mierez [10/07/1993]

hay una hoja atrapada
en el parabrisas de tu auto
está intacta y atrapada
de izquierda a derecha
y de derecha a izquierda
hasta que se deshaga
hasta que se rinda
hasta que se entregue a la lluvia
y entienda
que es momento de hacerse pedazos
para volver a ser algo más

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regó
las flores de plástico
que alguien le plantó
y las pobres no crecieron
ni murieron
regó
las magnolias derretidas
por el sol
los jazmines desteñidos
por la luz
las margaritas replegadas
por el viento
los tulipanes horadados
por insectos
regó
a sus amigos
a su familia
a su amor
regó
en la locura
su cuerpo
todo creció
-a veces también murió-
pero entendió
que lo que
no absorbe
no vive
jamás

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Nina Reches [01/09/2000]

Acaso mi cuello
necesite siempre una mano que lo ahorque
y que tiña los fantasmas
del color del fuego

El fuego carcome
las hojas y los cimientos a su paso
como madera seca
adicta a encenderse y cambiar de forma
me entrego
inquilina estrella del infierno

Acaso pudiera descansar
alguna mañana en que el mundo
solo pida de mí
contemplación
me pregunto si podría permanecer en calma
o si sería la culpable
del próximo incendio.

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Geraldine Ruiz [07/09/93]

Señalar las cosas
Embebidos en la lividez del diario,
siete obreros arriba de un andamio
orquestan un pájaro de fuego,
convencidos de que cada martillazo
no significa más que plata
para el pan caliente de la mesa.
Nadie circula los andenes
protagonizando la película del otro.
Los otros son un tsunami violento
al que más temprano que tarde olvidará la prensa.
Los otros son la noche con fuegos de artificio,
cada uno hermoso pero al final el mismo.
Resignado a la postración del martes,
un obrero que dormita mientras viaja
completa un fresco renacentista.
Ignorante de que su cuerpo es clave,
derrumba con prisa la composición  
porque llevará a la mesa el pan caliente.
Todo lo que brota, brota y se diluye.
¿Y si nos calzamos los zapatos rotos?
¿Y si elegimos la del fondo, la pera magullada?
¿Y si resulta que el espejo se hizo espejitos, enhorabuena?
Siempre que levanto un vaso detenido,
con la leche agria o con la borra del café,
me encuentro a un batallón de hormigas locas
empujando los execrables engranajes del reloj.
El trabajo de los sabios es suscitar las grietas
y el del artista no es más que señalar las cosas.

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