Por Nadia Sol
Caramella
Bruce y el movimiento. Las piernas alineadas: una al frente y otra atrás,
torso tirado hacia atrás, el cuerpo de costado, las rodillas algo flexionadas,
un movimiento exacto hacia adelante, cambio de peso de una pierna a la otra, brazo
extendido, la palabra certera, como una flecha lanzada hacia el futuro, la
punta de la flecha, el puño que rompe la fragilidad del silencio y ocupa una
porción del espacio, las palabras son la forma, la forma flexible: la filosofía,
el movimiento de combate: la vida, el devenir metáfora de la autoconciencia y
afirmación del ser-estar en el momento presente, la palabra alineada al hoy,
pero con la pesada tradición de linealidad, una letra suena detrás de otra, la
palabra se forma a la vez que va a morir en silencio, en el punto final de la
hoja. El presente es creación, la hoja en blanco la génesis de la forma. El
movimiento, la manera de salir al mundo, intervenir en él, pero desde la
simpleza, eliminando todo lo que no sea esencial, basta un movimiento efectivo
para derribar al oponente, pero el movimiento no es una forma vacía por el
contrario, el movimiento es expresión de conocimiento, de autoconocimiento.
Bruce y la filosofía. Pensar de manera sencilla y honesta: “el sabio
no persigue la sabiduría, vive su vida y es justamente allí donde reside su
sabiduría”. El problema con los estilos de pelea es que se transforman en
doctrina y la doctrina en verdad absoluta, no deja lugar a ser unx mismx, la
finalidad del Jeet Kune Do, la filosofía marcial de Bruce Lee, es aprender a
expresarse sinceramente, si bien somos el resultado de muchos pasados, la
tradición se vuelve un único camino, entonces si se toma solo ese camino se
deja de crecer, habrá que ser como el agua, en palabras de Lee: “Vacía tu
mente, vacía las formas como el agua. Si viertes agua en una taza se convierte
en la taza, si viertes agua en una botella se convierte en la botella, si
viertes agua en una tetera será como la tetera. El agua puede fluir y golpear.
Sé como el agua, amigx mix, el agua que corre nunca se estanca, hay que seguir
fluyendo”.
A 76 años del nacimiento de Lee Jun-Fan, más
conocido como Bruce Lee, Dagas del Sur, una pequeña gran editorial del conurbano
sur, decide editar El vacío y la forma (2016). Traducida y prologada por Iván García
(México), esta obra es una compilación cuidada de una serie de apuntes de dos
obras póstumas: Tao of jeet kune do (1970) y Striking Thoughts (2000), obras
que recogen el pensamiento filosófico de Lee, registrados en entrevistas,
cartas y anotaciones en márgenes de libros y papeles personales del autor. Uno
de los grandes aportes de la presente edición es la perfecta condensación y síntesis
del pensamiento filosófico del Jeet Kune Do, el orden de los textos permite una
lectura rítmica y flexible, un recorrido heterodoxo a la vez lógico y
contundente por estos pensamientos que no se cierran en una doctrina sino en la
búsqueda constante de conocimiento, una mirada abierta al mundo exterior e
interior. Lo que posibilita una lectura de apropiación personal y vital. El devenir,
siempre y la lectura como otra forma de escritura.
Los temas tratados a lo largo del tao de este libro
varían entre el arte, la sabiduría, el arte marcial, en síntesis el arte
(marcial) como camino de autoconocimiento y expresión del ser autentico, la
autoafirmación del yo, el camino a la libertad, el arte no es otra cosa que una
técnica de liberación. Más que de una pelea con el vacío se trata de una pelea
con la forma, el vacío es una instancia más de creación, una no entidad de
donde emana el resto de las cosas y como tal la forma rígida retrocede ante la
forma flexible. Este manifiesto sobre el arte y la vida indica que para
perseguir la forma, el lenguaje, la expresión, es necesario educar la técnica, la
escritura nace de la vivencia y la espontaneidad de quien actúa conociendo sus
fortalezas y debilidades. Ya no se trata de tomar al vacío por abismo o caída sino
de encontrar en la falta y en la ausencia, una técnica de libertad. Uno de los
componentes fundamentales que posibilita esta expresividad del movimiento es la
autosuficiencia, ser autosuficiente invalida el temor a la muerte, en otras
palabras, el temor a la vida vivible.
Cada movimiento -golpe, pincelada, escritura,
actuación- será una acción certera con el propósito de la trascendencia
espiritual y emocional del individuo, sin perder de vista a los demás, la
realidad. El realismo fue uno de los aportes de este artista al cine oriental,
donde se ponderaba la espectacularidad antes que la habilidad física y su
entrenamiento. Otro de los grandes logros de Lee fue abrir sus escuelas de
artes marciales a todxs, sin importar su origen o color de piel porque creía en la igualad entre las
personas, lo que lo llevo a discutir la
ortodoxia oriental. Quien quiera adentrarse en el mundo del arte (marcial) tendrá
que tener un corazón sincero y abierto al conocimiento y al amor, la única forma
libertad, con esta premisa habrá que darle paso a la lectura de este libro.
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