En A cielo abierto los/as invitamos a descubrir el mundo de los/as artistas que usan las paredes de la calle como su espacio de expresión. En pequeñas entrevistas, los/as artistas urbanos nos cuentan cómo es la experiencia de hacer del cielo el único techo para que sus creaciones puedan vivir...
 
Hoy nos metemos en el mundo de Cuore (Carolina Favale)




¿Cómo empezaste a pintar en la calle? ¿Qué te motivo? ¿Por qué elegiste el muralismo como forma de expresión?
Empecé cuando todavía estaba estudiando artes visuales. En principio, tuvo que ver con una decisión ideológica y política. Con el hecho de llevar la práctica al espacio público y que la gente no tenga que acercarse a una galería. Después, con el paso del tiempo y adquiriendo cada vez más experiencias, fui entendiendo que es la práctica y el medio que más se acerca a mi realidad, porque considero que es el espacio más sincero donde puedo desarrollarlo. En la calle una persona deja de ser un sujeto individual y pasa a ser un sujeto colectivo.

¿En qué lugares comenzaste a pintar? ¿Hasta dónde te llevaron tus murales?
Empecé a pintar en mi barrio, Boulogne, que queda en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Es sorprendente, porque  gracias a este oficio tuve la posibilidad de viajar bastante y conocer varios lugares, sin la intención concreta de conocerlos. Surgen invitaciones, pero no son viajes que se planifican. Simplemente, sucede. Estuve en varios lugares de la provincia de Buenos Aires, en Salta al norte de Argentina, en Ecuador, Uruguay, Perú y recientemente en Estados Unidos.

¿Sentís que hay diferencia entre exponer una obra en un museo y exponerla en una pared?
Sí, hay muchísima diferencia. En la calle el intercambio con los/as espectadores es más espontáneo, sincero y fluido. En una galería la gente prácticamente no se acerca a intentar conversar o preguntarte sobre la obra. Considero que el espacio hace mucho a la dinámica. En una galería se invita a la gente a que venga a ver el trabajo y en la calle es lo opuesto: atraviesa la vida cotidiana de la gente. Yo creo que esto favorece a que los roles “artista”/”espectador” se diluyan un poco y que la barrera se rompa, facilitando el diálogo.


Hiciste una maratón de pintura en un bar de Estados Unidos; Contanos cómo fue esa experiencia.
Creo que la mejor palabra para describirla es “intensa”. Toda mi estadía en EE.UU. fue intensa. Fue la primera vez que tuve la posibilidad de estar en un país con una cultura e idioma diferentes a los míos. Y eso te atraviesa desde todos los lugares posibles. En cuanto a pintar una pared completa durante una noche, no fue tan distinto a los ritmos que en general se llevan. La calle te entrena mucho en eso, en ser ágil y resolver. 

Tus obras tienen una mística especial, ¿intentás dejar un mensaje con ellas? ¿En qué te inspirás?
Los mensajes siempre surgen de una denuncia, intento cuestionar sobre distintas problemáticas que considero nos afectan. Pero en vez de presentar un mensaje o discurso agresivo, trato de presentar lo que para mí es la solución a ese problema. Creo profundamente en el poder de transformación que tiene al arte y más en el poder que tiene el arte público. En cuanto a lo estético, busco que sean imágenes que desde mi punto de vista son agradables, ya sea desde las formas o desde el uso del color. Mi mayor interés está en generar espacios atemporales y calmos que inviten a la reflexión y la contemplación, cuestionando distintos aspectos que hacen e interpelan a la condición humana.

¿Cómo se relaciona lo social y el arte en tu obra?
Ambos aspectos están siempre vinculados, incluso si no pintas en la calle; porque no somos fuera del contexto en el que nos desenvolvemos. Como decía anteriormente, los mensajes surgen de una denuncia, entonces lo que intento es problematizar y decantar determinados pensamientos y reflexiones sobre cómo somos para “ofrecer” una solución. No sé si es acertado, pero creo que la función de los/as artistas en general es la de recibir; recibimos distintas situaciones y percepciones, las decodificamos a través de una idea, un concepto o una imagen; funcionamos como un reflejo de la realidad.

¿Pensás que hay diferencia entre muralismo, arte urbano, intervenciones urbanas y grafiti?
Yo creo que la única diferencia es la técnica y el discurso que se elige para hacerlo, pero la ACCIÓN es la misma. La palabra más acertada para definir estas prácticas es la de  INTERVENCIÓN en su sentido amplio, porque se trata de ir y apropiarse del espacio público, y no tanto de la técnica en sí. Podés usar aerosol, esténcil, pincel o lo que sea en una misma pared. La intervención abarca todas las técnicas, pero la fuerza no está en la técnica sino en la acción. Intervenir también habla de la posibilidad de incluir al otro: puede hacerlo cualquiera y no es específica de ningún oficio.


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