Macky Corbalán | 1961-2014 |
Queremos hacer un pequeño homenaje a alguien que una vez
tuvo un pequeño, hermoso gesto con nosotros, con nuestro proyecto. Tal vez
nunca lo supo, ni lo imaginó, pero para nosotros, en aquella primera
experiencia editorial, contar con su voz, con sus tremendos poemas, significó
demasiado. Generosidad: ese es el nombre del gesto que Macky tuvo cuando aceptó
la invitación que desde un ínfimo blog le hicieron para participar, junto a escritores
jóvenes y totalmente desconocidos, en una prematura, ilusionada colección de
plaquettes. Eso fue en el 2010, cuando escrituras.indie estaba apenas recién nacida.
Recordar ese gesto, esa generosidad desinteresada, tal vez sea suficiente para mostrar qué
clase de poeta era Macky Corbalán.
Por suerte (para ella) nace. Lo hace en
Cutral Có, ciudad neuquina donde naciera también la práctica del piquete. Agua
y fuego es el significado de Cutral Có en mapuche, elementos que, irreductibles
en su contradicción fundante, crían a sus hijxs en la contención abrasadora de
la vehemencia y el desenfreno. Poesía es mi madama, lo central de mi bio, el
resto: anécdotas mínimas.
Lo que publicamos en aquel momento —fundacional para
nosotros, fundamental— fue una breve antología personal que recorría sus tres
poemarios (y además nos regalaba un par de bellísimos inéditos). Poemas breves,
precisos y preciosos, delicados cross
a la mandíbula que respiran en cada página como afilados animales al acecho:
Si no es el tiempo del amor,
digo: si la boca en inconcebible
apertura, no te mueve
a alimentar, entonces será que no
es el tiempo del amor.
Otro:
Ahora la alegría es un río
extraviado entre rocas que se
esconde, letárgico, del ojo
que mira, del ojo que
juzga, incluso del ojo
que podría expresar
comprensión, simpatía.
Todo ojo miente, eso es
lo que aprendí.
Poeta, lesbiana, feminista. Con esas tres palabras se
definía, se daba una forma, se hacía parte y carne de una lucha. La poesía no
era, entonces, para ella, una pulcra torrecita de márfil: era también empuñadura
y barricada, díscolo instrumento para la batalla: la palabra saliendo a la
calle, comprometiéndose y marcando territorios con su misterio.
Murió una poeta. Nos deja su belleza: esa herencia que se
alza contra la muerte y le dice hasta acá:
los poemas sobreviven, dan vida, fertilizan labios, ojos, corazones: nos
alimentan, nos alumbran.
Macky se fue y se queda: su poesía oxida la guadaña.
¿Cómo
le gustaría morir?
No puedo asociar morir con gustar. Si
pudiera elegir, moriría como paso de una luz a otra más intensa. Volatilizarme,
en todo caso.
[ poemarios en la linkoteca ]
Como mil flores
La pasajera de arena
[ mini-proust ]
http://escriturasindie.blogspot.com.ar/2010/11/normal-0-21-false-false-false-es-x-none.html
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