[Micro-excursiones] es
un cuestionario que va en busca de escritores, con el fin de conocer sus
ficciones personales. Es una adaptación, algo transgredida, del cuestionario
Proust. Las preguntas son simples e impersonales, pero a la vez pretenden ser
un disparador. Es el primer cuestionario en donde las preguntas no importan. El
merito y la inventiva corre por cuenta de los escritores.
[Autosemblanza]
Tengo
casi 45 años. Desde casi siempre, unos cuarenta años, un lugar a solas con un
librito me parece el lugar más seguro del mundo. Vivo, claro, sola y, claro
también, tengo una enorme cantidad de libros. Ahora, hace menos de un mes,
tengo un cachorro que vive en casa cuatro días por semana, los otros tres los
pasa en casa de mi pareja. Nos llevamos bien: me dejan leer en paz. Los dos.
Más o menos al mismo tiempo dejé de fumar. Antes, escribí unos libros, “La Virgen Cabeza ”
(Eterna Cadencia, 2009), “Le viste la cara a Dios” (Sigueleyendo.es, 2011 y La
isla de la luna, 2012). Y una novela gráfica con Iñaki Echeverría, “Beya. Le
viste la cara a Dios” (Eterna Cadencia, 2013). Acabo de terminar una novelita.
Y ayer escribí un cuento. Sin fumar. Veremos cómo sigue la cosa.
[Micro-excursiones]
1.
¿Qué condiciones se tienen que dar para que empieces a
escribir?
Tengo que estar sola, tener una computadora, una silla y una
mesa. Necesito bastante tiempo para concentrarme, unas
horas, no puedo escribir de a veinte minutos.
2.
¿Cuál es tu héroe o antihéroe de ficción favorito?
Harún Al Rachid, el califa más
divertido de Las mil y una noches: se disfrazaba de mendigo, por ejemplo, y se
iba a dar vueltas por su reino a ver qué
pasaba. Pasaba de todo. Madame Bovary, por lo desesperadamente moderna.
3.
¿Qué talento desearías tener?
El de vivir sin tener que ir a
trabajar a diario.
4.
¿Cuál es tu posesión más atesorada?
No se me ocurre.
Muchas veces es una lapicera, a veces un par de anteojos, a veces una
computadora: pero los pierdo y sigo tan contenta. Tal vez la biblioteca entera;
tampoco me desmayo si pierdo algunos libros pero la idea es el colectivo, tener
muchos a mi disposición. Desde ese punto de vista, debería sumar al iPad.
5.
¿Cuál es para vos la manifestación más clara de la
miseria?
No tener casa, andar con una mochila y
unas cajitas pidiéndole a los amigos que me alberguen. Trabajar doce horas por
día.
6.
¿Cuál es la cualidad que aprecias en los seres humanos?
Cualquiera, tener una virtud ya es
mucho, soy tolerante, aprecio los matices.
7.
¿Cuál es habitualmente tu estado mental?
Suelo estar un poco ajena, como
aislada de lo que me rodea, pensando en otra cosa, algo así. Es un poco
parecido a la confusión pero cuando se ordena era que estaba pensando en otra
cosa y muchas veces sirve. Otras muchas es confusión nomás.
8.
¿Cuál es tu idea de felicidad?
Un lugar lindo, ya sea mi casa o una
isla en el Delta o una plaza o una terraza. Tiene que haber sol, hacer un poco
de calor. Tengo que tener algo para leer a mano. No viene mal un poco de vino.
Y amigos que compartan todas estas pasiones y un par más, como para poder
planear algo juntos.
9.
¿Cuál es tu mayor miedo?
No tener dónde vivir.
10.
¿Cuándo y dónde fuiste más feliz?
Acá, ahora: entra el sol por la
ventana, el cachorro duerme en algún lado, está por llegar mi novia, estuve
escribiendo un poco, a la noche vienen a comer unos amigos de México que
comparten algunas de mis pasiones.
11.
¿Qué libro que hayas leído te hubiera gustado escribirlo
vos?
Las mil y una noches.
12.
¿Cuál es el peor libro de la última década?
Uh… tantos. No sé, son miles. De los
que a muchos que conozco les gustan y a mí nada, podríamos poner cualquier
novela de Murakami, por ejemplo.
13.
¿Qué texto (cuento, poema o libro) no volverías a
publicar? ¿Por qué?
No publiqué tanto, no me arrepiento de
nada.
14.
¿Qué disco te hace sonreír?
No sé, cualquiera, en estos días
podría ser alguno de Spinetta, hace frío, me dan ganas de cantar arriba de un
disco.
15.
Si sufrimos un ataque de Godzila y tenés la oportunidad de
salvar de sus garras a una banda o músico, ¿a quién salvarías?
Al que esté más a mano.
16.
Si después de muerta volvés convertida en zombie ¿a quién
morderías primero?
Morder a alguien sería convertirlo en
algo parecido a mí misma para que me haga compañía? Si así fuera, a otro que
sea bastante solitario y me deje leer en paz, tal vez a Stephen King mordería
para ver qué cuentos inventa que le den miedo a una zombie.
17.
En tu última obra ¿encontraste la palabra justa para decir
lo que querías?
No sé si una, un montón más bien, si
alcanzara con una más bien supongo que me dedicaría al arte visual: pondría esa
palabra a escala gigantesca con los más diversos soportes, uno por letra,
suponiendo que la palabra tuviera más de una, y trataría de meterlo en algún
museo y cuando viniera alguien, público, periodistas o colegas, y me
preguntaran cosas no tendría nada que decir más que, justamente, esa palabra.
[Contacto]
@cabezoncamara
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