Ojalá no vieras lo quieta
que estoy, mirá.
Inmóvil,
con los ojos abiertos
(eso es importante),
observo los mensajes
que deja la humedad
en paredes linderas.
No muevo nada,
lo juro,
(parpadeo, quizás
un poco / es cierto)
pero mis pupilas
son estanques
donde nadie arroja
una sola piedra.
Fijate, respiro
(eso es importante)
despacio, apenas,
el restito de menta,
de la sal del clima,
que traía tu frente.

El suelo absorbe
una ausencia de pasos,
y trae insectos
para espantarme. Y no.
La luna asoma sólo una
de todas sus piernas.
Y no.

El mínimo desplazamiento
hará estallar
los dispositivos
de tu recuerdo.

Cuento, con latidos
segunderos, todos
los pulsos del tiempo,
el tiempo que hace
y deshace mil cosas
mientras me crecen
las ganas, el amor;
las uñas, el pelo.

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