Hace unos días, Delia Iglesias y Chun Li inauguraron la muestra
“Mundos que no vemos”, una isla de seres exóticos que se suma al tono silvestre
del Patio del Liceo.
Por Nadia Sol Caramella
ph: Nat Motorizada |
Como un voyeur en vacaciones. Una
ciudad ecléctica y el sol porteño en lo alto invadiendo de naranja y amarillo el cielo. Las
ilustraciones de Delia Iglesias y Chun Li escapan al escepticismo del verano. Esas
criaturas de papel sobre las paredes de la galería Áurea impactan para bien.
El nombre de la exposición es
sugerente, apto para curiosos, una invitación a rescatar esos mundos que se
pierden en la ceguera de lo cotidiano. La mirada y la imaginación son tierra
fértil para nuevos encuentros, por eso estas obras, que si bien son disímiles
logran hacerse compañía. Juegan al mismo juego y se ve reflejado en la armonía con
la que conviven de un lado a otro de las dos paredes que ocupa la muestra.
“Ver la naturaleza tal como es en mi
mundo ideal", reza la inscripción en la vidriera de la galería. Y por qué
no, estamos a tiempo de salir de la jaula de la razón y de todas las doctrinas
que nos hacen menos libres. Esta serie engendra la semilla de la imaginación
como vía de conocimiento, uno distinto, menos rígido. Se trata de plasmar
montañas, cielos, plantas y seres orgánicos que no existen pero que aun así
habitan el imaginario de las almas creadoras, que en un gesto generoso se animan
a darles vida. Al exponerlos a la mirada ajena, la chispa se enciende. Y esas criaturas
que nacieron en la intimidad, encuentran por fin nuevos espacios en que nacer.
La obra de Chun
Li se caracteriza por el uso de colores atrevidos y alegres, sus personajes
parecen anclados en tiempos de carnaval, dialogan con una infancia pérdida, de
la que apenas quedan algunos trazos: vestigios de los cuadernos de la niñez. Delia
Iglesias, por su parte, va habitando el espacio de manera reflexiva, es notoria
la comodidad con la que dibuja negro sobre blanco, una propuesta sumamente
madura y con proyección: “La esencia de lo que quiero transmitir cuando creo
personajes, es primordialmente el amor y la valentía hacia lo que no se conoce.
No porque me crea muy valiente, de hecho no lo creo, pero siempre me sentí
cómoda rodeada de lo desconocido” asegura Delia. Otra de las aristas sobresalientes de su obra
es la recurrencia a los venados como motivo poético, una obsesión para nada
superficial: “La saga de los Confines
de Liliana Bodoc me hizo entender la figura del venado como algo social. En este libro mágico el Venado es el pueblo unido
y a la vez un guerrero que acepta su destino, sea cual fuere, con valentía. Entonces
sentí que mi misión (si es que cada uno tiene una) es la de generar conciencia
de unión, mediante lo que hago. La figura de un animal al que le crecen ramas
en la cabeza, no es más que un hermoso símbolo de unión, de humildad y
valentía, como lo es un pueblo unido.”
Un buen creador
busca la armonía. La muestra refleja las ansias con las que estas artistas
buscan nuevas expresiones y formas de comunicar, con gran lucidez Delia continua: “Los
mundos que uno no ve, pero que están dentro, latiendo, esperando ser
encontrados son los que nos van a unir en un futuro. El hombre, desde el principio
de los tiempos, era puro hasta que las diferentes "jaulas"
(religión, escuelas, trabajos, ropa, banderas, etc) lo etiqueta y convierte en
producto y productor y los sueños o las fantasías, quedan relegadas a
"pasatiempos" o terapias... me niego profundamente a ver al arte como
tal. El arte es lo que nos mueve todo el tiempo, es la esperanza de todo
cerebro quemado. Mi deseo con esta muestra es que aún nos reunamos, que
juntemos lo que nos queda de los sueños y les volvamos a dar cuerda”.
A veces la
ciudad es un cuerpo dislocado y fragmentario que confunde los sentidos. Por suerte,
la conquista generosa
del blanco de una hoja y el arte como enlazador de mundos, da pequeñas treguas
a las jaulas que nos mutilan con sus etiquetas. La voluntad de manifestarse más
allá de lo invisible, siempre intuyendo como un voyeur en la oscuridad, se presenta como
única salida para los que todavía creen que lo esencial escapa a los ojos de la
doxa, la religión, el facebook, la tv, las modas. “Mundos que no vemos” es una opción arriesgada para los adictos
a la razón, pero es tierra fértil para los que todavía creen en el poder de la
imaginación.
[Sobre la muestra]
Áurea - Galería Patio del Liceo -
Sta Fé 2729, 1er piso, Loc 52, Cap Fed.
Lunes a sábados de 17 a 21 hs.
Entrada libre y gratuita
2 comentarios:
Muy interesante la nota. Lástima descubrirla casi dos meses después. Tengo que abrir más los ojos...
¡Saludos amorosos!
-- A
Hola A!! gracias por escribir, si un poco tarde pero llegaste,cualquier cosa subimos siempre las publicación y los post a facebook: http://www.facebook.com/escrituras.indie o podes sucribirte a nuestras actualizaciones! un abrazo grande
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