¿Sueñan los lobos con ovejas lunares? indaga lo mínimo pero también la esencia humana. Se trata del primer disco de ¿Lobo Está?, la nueva propuesta y  proyecto (no tan) solista del uruguayo Gonzalo Saavedra, integrante de la banda Pueblo Viejo.

Por Joel Vargas

¿Sueñan Los Lobos con Ovejas Lunares? cover art
¿Sueñan los lobos con ovejas lunares? es un compendio de vicisitudes sobre la existencia humana. El nombre del disco remite a Philip K. Dick -uno de los grandes referentes de la ciencia ficción- y a su libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Esta narrativa  pone en discusión la humanidad. ¿Qué es lo que nos constituye como tal? ¿Acaso el alma?,  ¿los sueños? ¿O simplemente la fe? Dick utiliza, como eje de su relato, una vieja disputa entre humanos y replicantes -androides- para demostrar que también son seres con sentimientos, con esencia. Ahí el yeite y el motivo de este disco,  lo humano y las representaciones sociales confrontadas. Lo instintivo frente a lo preestablecido culturalmente.

El álbum arranca con “Entrego mi cuerpo al viento”, marca el pulso de lo que vendrá: diez canciones folkies: a veces, aceleradas y, otras, más calmas que le dan batalla a los domingos suicidas,  a la soledad y al inconsciente colectivo. Aunque, por momentos, Saavedra abandona el tono folk y coquetea con latigazos eléctricos, bajos gordos y batas duras. “El túnel” va por esta senda, es una de las joyitas del disco, narra una road movie que tiene lugar en la mente de un defensor de las causas perdidas.

De vez en vez, los fantasmas de los grandes cantautores uruguayos dicen presente: en la densa quietud de “Mañana”, en los abrazos luminoso de “Invierno”, en la serenidad de “El viento” y en la adicción voraz de “A dos segundos de Vos/z”.  Otro de los hits es la tierna “Los muros”. Las seis cuerdas de la guitarra y la voz, a esta altura, se convierten en un bosque sonoro que desborda la canción hasta estremecernos.

“Slumberland” le hace honor a su nombre “la tierra de los sueños”, una oda onírica que navega entre melodías de mar. La voz, un susurro. “Doopleganger” habla de introspecciones, de la lucha entre las dos caras de un mismo yo: la calma antes del huracán y la violencia explosiva del huracán. El final llega con “Delete”, cuando “borrar” pareciera la única forma de volver a uno mismo.

Los fragmentos de un ser desmembrado transitan estos diez tracks existenciales. Y frente a la pregunta ¿Lobo está? Si, está. En ocasiones, el hombre es el lobo del hombre.   



1 comentarios:

Jorge - Colonia - Uruguay dijo...

Gracias por compartirlo.
Delicia de canciones.
Saludos.

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