3, 3, 2,1…

Estás encerrada en tu jaula de pájaros,
las pegatinas fosforescentes no son el alimento virtuoso que te nutre,
los vidrios son ilusorios,
puras mentiras,
pues cada vez que quieras salir a volar por los techos
de las cadenas industriales de los conurbanos,
te impedirán salir, lastimaran tus alas y quedaras allí,
malherida, encerrada y abatida.

Sin tu alimento virtuoso, el néctar de los conglomerados
revueltos y reciclados de los aire-acondicionados y las poluciones varias.
Las alas contentas, morirán y solo quedaran tus patitas
voluptuosas, que no podrán correr.
Y si bien no sufres de claustrofobia, hete allí,
moribunda, respirando por los agujeros de un cristal maldito
que es solo la prueba de la ilusión de los espejos.

La jaula de los pájaros está llena.
De sodio y toxinas.
De microbios y bacterias.
De tinturas y cremas antioxidantes.

La jaula de los pájaros está llena
y cada uno lleva a cabo su propio proceso de descomposición.

La jaula de los pájaros está llena
y no prima la misericordia.

La jaula de los pájaros está llena,
y si los miraras a través de un prisma,
serían triángulos,
rectángulos
y círculos aleteando dentro de una caja china de té.


4 comentarios:

Vivi dijo...

Conmovedor y profundo!!!

Anónimo dijo...

hermoso poema me encanto , me inspiro mucho .

fernando dijo...

excelente, exquisito......

El pibe dijo...

Sexy...

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