El director Raul Perrone estrenó Las pibas, su última creación, en el marco del festival BAFICI.

Por Nadia Sol Caramella

Se me ocurren muchas metáforas para describir este nuevo film de Raúl, pero la imagen perroniana no necesita de una narración que la explique, dice todo a gritos, a pesar de sus secuencias silenciosas de paredes roídas por atestiguar el paso del tiempo en la vida de una joven lesbiana, pobre y obrera.

Fiorella, el personaje principal, tiene todo para configurar la antitesis de la “chica cosmo”. Una especie de Alicia distópica que transita en un realidad densa y opresiva, y el paso a un mundo “maravilloso” será de la mano del amor. Amar a una otra como ella, se convierte en la salvación. Eso conmueve, porque el director se anima a mostrar a estas “otras” sin el efectismo barato de la escena de sexo entre mujeres, sin la paquetería del relleno estético y “melánco”. Estamos hablando de personajes tan reales como los que describe Raymond Carver en sus relatos y a la vez, cargados de una oscuridad que bien podríamos encontrar en la prosa de Bukowski. Estas outsider recorren el oeste de Gran Buenos Aires creando un mundo alternativo, después de esta peli (como de otras tantas del director) esas calles no volverán a ser las mismas. La mirada poética, definitivamente, transforma los espacios. Los personajes del oeste son forjados por la mirada del Perro y hasta los que nos aparecen en sus películas, van haciéndose parte de ese mundo.

El viernes pasado se estrenó Las Pibas en el Abasto, antes de comenzar la proyección Perrone repitió una de las frases que lo caracteriza, sobre todo cuando se pone al frente de sus films: “Disfrútenla, si pueden”, sentenció. Esto lo dice porque sus películas no tienen la espectacularidad de las películas taquilleras, lo suyo tiene que ver con los actos cotidianos, donde no hay tiroteos,  persecuciones, ni grandes historias de amor. Como dice él “es la vida que les puede pasar…” En este relato cinematográfico hay mucho de realidad, alienación, explotación, opresión y amor. La empatía, para con estos personajes, pareciera inevitable. Todos vivimos en el mundo de hoy.

Este director trabaja sin guiones, lo ficcional se da a través de otros elementos: la mirada, es decir, la fotografía, la edición, la elección de locaciones que sirvan para contar la historia y la iluminación natural, que es un gran factor de estetización. En una entrevista que le hicimos al Perro dijo: “Yo considero que cualquier persona que se pare delante de una cámara está actuando y cualquiera lo puede hacer, si está bien dirigido.” Ahí está el yeite del director. Por eso resultan tan intensas las charlas entre los personajes, pareciera que hay una necesidad de buscar una estética que permita mostrar, a través de una lente, la realidad en su esplendor, trastocando lo mínimo para crear una historia.

Lo que al principio parece una secuencia de planos simples, densos y estáticos va mutando y, con el tiempo, nuestra mirada sobre ellos cambia. Los silencios van tomando otra densidad. La intriga ficcional se arma en la estructura del film, que es circular, hay repeticiones que envuelven una situación violenta. Las escenas se repiten, callando algo que el espectador tiene, como deber moral, que reponer.

La primera escena es devastadora, La piba se refleja en un espejo roto, confiesa un intento de suicidio y el temor de no volver a sonreír. Esta escena tiene tres aspectos interesantes. El primero está dado por la composición de la imagen, está desenfocada, el espacio vital se muestra hostil y decadente: la luz de una lamparita, el humo de cigarrillo, las paredes descascaradas. En otro aspecto, el soliloquio del personaje mantiene una intensidad que desborda la sensibilidad de cualquiera. Y, finalmente, fue esta escena la que terminó de convencer a Perrone para que se embarque en el rodaje. Según Raúl para filmar a alguien, esa persona tiene que tener algo. Y es evidente que las pibas tienen esa chispa, hay algo del orden de lo único: las pibas son intensas, tienen un vínculo fuerte y hasta se permiten hablar de amor libre.

A nivel fotografía el claroscuro pareciera un personaje más. La luz del sol de mediodía pone en foco la salida de Fiorella a la calle, a la monotonía, al día a día y en la penumbra, la intimidad de las charlas, se enfatiza. Los malabares luminosos en la oscuridad y el amor, son la contrapartida del día de una obrera asediada por la violencia de ser mujer entre hombres, que se muestran en conversaciones, que no escuchamos, pero que intuimos peligrosas.

Escuché decir “Las pibas es un lado b o reflejo de Los actos cotidianos”, prefiero pensar que son fragmentos de una continuidad cíclica, la obra del Perrone fluctúa en un movimiento circular, pero se da en un sentido de superación. Este director renueva sus temas y otras obsesiones vuelven, pero nunca de la misma manera. Las técnicas se van afinando y en algunos casos se vuelven experimentales. Podríamos decir que últimamente está más contemplativo, esto se hace evidente en su último tríptico:   “Luján”, “Los actos cotidianos” y “Al final la vida sigue, igual” y, por su puesto, en este largometraje.

Estamos ante un director prolífico, un especie de vampiro que se alimenta de sus películas para seguir viviendo, por eso la necesidad de incansable de filmar. Recién estrenó Las Pibas y ya está editando su próximo trabajo.

Se me ocurren decenas de metáforas para describir la trama de Las pibas, pero mejor un discurso directo y real, las palabras de Fiorella Yemina Aita después de la proyección: “La película habla de una relación de amor, de un abuso y de la violencia, que no sólo viven las lesbianas, las mujeres y muchos varones, sino todis, día a día, y que no nos damos cuenta. Esa piba que lloraba ahí (señala la pantalla) después de pasar por un momento de mierda, no es sólo esa piba, sino miles y miles de personas. Me parece que eso es lo más fuerte de la película. Y lo que más importa es que sea como un grito: una denuncia, para que no pase más.”


[Ficha técnica]

Intérpretes: Fiorella Yemina Aita, Yuliana Nerina Bustos
Producción:
Dirección: Raúl Perrone
Fotografía: Raúl Perrone, Mariano Pattini
Edición: Raúl Perrone, Mariano Pattini
Producción: Raúl Perrone
Productora: Les Envies Que Je Te Desire, Tren
Duración: 65 min

[Contacto del director] 

3 comentarios:

KlaurocK Suicida dijo...

Gran reseña para esta enorme pelicula. La mejor de este festival lejos, y un Perrone mas firme que nunca.

Anónimo dijo...

coincido la mejor pelicula del festival lejos, un poeta el perro, buena reseña.

amoelcine

Hernan dijo...

Muy buena la nota felicidades!

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