Una película que se ha llevado todos los premios y que demuestra que nuevamente lo retro está de moda. Si hace unos años Amy Winehouse fue una verdadera sensación en la música, durante el 2011 The artist lo fue en el cine. 

Por Esteban Igarzabal


El periodo de transición entre el cine mudo y el sonoro ha sido un tema de interés a lo largo de la historia del cine. Las dificultades técnicas y las penurias que sufrieron  los artistas de aquella época, han captado la atención no solo del público sino también de los mismos realizadores. Los ejemplos más notables, sin duda, son Cantando bajo la lluvia (Singin' in the rain 1952) de Stanley Donen y El ocaso de una vida (Sunset Boulevard 1959) de Billy Wilder. La primera narra la difícil transición que debe afrontar una productora de cine mudo al pasar al cine sonoro. La segunda muestra los estragos que dicha transición provocó a varios actores y actrices, sumiéndolos en la total oscuridad y el olvido. 

Durante este periodo comprendido entre 1927 con la aparición de la película El cantor de Jazz (The jazz singer) y 1936 con Tiempos Modernos (Modern times) de Charles Chaplin, las dificultades técnicas fueron enormes en cuanto a métodos de grabación y sincronización de imagen y sonido. 

La negativa de muchos actores y actrices a querer ser parte del nuevo cine y -otro factor poco mencionado- la falta de voces apropiadas para la pantalla, provocó que muchas estrellas desaparecieran. 
De eso se trata el núcleo temático de la película El Artista (The Artist) de Michel Hazanavicius y protagonizada por Jean Dujardin como George Valentin, un exitoso actor de la era del cine mudo que sufre las peripecias de la transición.

La película es, ni más ni menos, una película muda. Perteneciente a un género ya extinto y del cual se han llevado acabo algunas películas o experimentos tratando de imitarlo. Pocas son las que se arriesgaron a mostrar esa estética en toda su magnitud de la forma que lo hace El Artista. 

El guión es impecable. Respeta casi a rajatabla el paradigma clásico de los tres actos. El cine de los últimos años se ha caracterizado por romper esa formula o en todo caso, por solaparla un poco. 
La historia  es buena, sencilla, en mayor medida melodramática, pero no deja de lado la comedia, con pequeños toques humorísticos propios del vodevil. 


El Artista nos lleva de la ficción a la realidad, las fronteras de un espacio y de otro son imperceptibles. Los personajes sobreactúan, esto responde a un gran esfuerzo actoral para conseguir esa sensación que nos remite al viejo cine.
Las actuaciones de Jean Dujardin y de la franco-argentina Berenice Bejo realmente impresionan. Nos muestran algo que ya no se ve en las películas actuales, y a su vez, demuestran que se encuentran a la altura de las estrellas de antaño. También cabe destacar las actuaciones de John Goodman y James Cromwell en los roles secundarios. 

Otro punto de interés es la cantidad de metáforas visuales y detalles a lo largo de la película que ayudan a transmitir y construir ideas, dándole así una complejidad mayor y que es material de análisis mucho más profundos y extensos. 


La fotografía a cargo de Guillaume Schiffman retrata a la perfección el espíritu del cine mudo y emula la imagen de los años veinte, con sus tonos, brillos y contrastes, hasta con marcados y buscados "errores" como pueden ser aberraciones en las lentes o la evidencia del obturador y las viñetas. 

La banda sonora a cargo de Ludovic Bource cumple otro rol importantísimo. Solía ocurrir que muchas películas de cine mudo tenían una partitura por separado. Los años y el descuido han hecho que muchas de esas partituras originales se extravíen, obligando así a producir nuevas partituras y melodías, que muy poco tenían que ver con la idea original, tornando así lo que hoy puede llegar a ser una película aburrida para el publico actual, en algo más aburrido aún. En este caso la banda sonora es la adecuada, no se excede ni tampoco decae. Al tratarse de una película muda, es necesario que la banda sonora ayude a llevar una historia en donde los sonidos no tienen lugar dentro de la diegesis, salvo raros casos en donde pasan a formar parte de ese mundo.  
Me animaría a decir que no es una película para todo público, ya que aquellos que no estén del todo familiarizados con el género podrían llegar a malinterpretar el objetivo del film, o peor aún, esperar que la película "cambie". 
Para los amantes del cine es una especie de revival. Para otros, con mucha suerte, una experiencia nueva. 

[Ficha técnica]

EL ARTISTA (2011 Michel Hazanavicius)
Protagonistas:
Jean Dujardin
Berenice Bejo
James Cromwell
John Goodman
Penelope Ann Miller

Pais: Francia / Belgica
Duracion: 100 minutos

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