De lo poco que pude ir rescatando del colador de la memoria, éstas son las cosas más esenciales. Pistas y reconstrucciones. Un volver sobre los pasos dados que nunca es del todo fiel porque es procesado. Lo que pasa se vuelve pasado, y en el medio quedas vos.


Te había dicho que cuando te enojas me siento como ante una persiana baja. Quedar encerrado en un cuarto al que no entra aire o luz. Tuve más sentido cuando vi que bajabas la mirada -barrera- y no sé si volverá a subir.


Todos los basta tienen algún nombre: tiempo, impasse, vacaciones.
Mis preferidos son semáforo y paso a nivel.


Me costaba encontrar algun límite o línea divisoria pero después del salto todo fue más claro. Un final precipitado que sirvió de momento revelador. Con tu caída supe que toda esa mierda tuya era también mía. Cosas que no entran en divisiones de bienes aunque quisiera que entraran en las divisiones de males. Suma de imposibles. (Los esperanzados los llaman improbables)


Pude entender la altura de veintisiete pisos cuando decidí correr con una salida y una llegada.


El espanto al comprender que jamás se puede seguir los pasos de los que vuelan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Te había dicho que cuando te enojas me siento como ante una persiana baja"
que linda esa imagen!
que bonito texto, me lo quedo pensando...

saludos :)
ana claudia

Anónimo dijo...

Dision de males ... me encanto ...

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