Morón City Groove, Nuca, El Pelado Cordera,Yatay y más. Todo eso en una tarde con Matías "Chavez" Mendez, prolifero artista y productor del Oeste de Conurbano Bonaerense: "El campeón en vivo y directo de Morón".



por Joel Vargas y Nadia Sol Caramella


Fotos: Flor Juárez


Fue sencillo, bastó hacerle llegar nuestra necesidad de entrevistarlo y el no tuvo problema, en pocas palabras concluimos día, horario y lugar. La cosa es que tuvimos que pasar la fecha de la reunión, el se encargó de llamarnos para disculparse por cancelar, es un tipo muy amable y no se come ninguna, eso está bueno. Cuando fuimos a la entrevista entendimos por qué no había podido ese día, pasa que está a full preparando su nuevo disco, lo está produciendo solo, tenía la posibilidad de producirlo con uno de los músicos de Control Machete, al principio nos contó que estaba cebado con eso pero terminó decidiéndose por hacerlo solo. También, en esos días, estaba terminando de producir en Corrientes el video de “San Genaro”, el próximo corte de difusión del disco Morón City Groove, que en estos días se estrenará en los medios. Y como si fuera poco, produce a otra gente y cría a su pequeña hija junto a su esposa Eugenia, compañera de vida y de escenario.
Por fin nos encontramos: llegamos a su casa en Castelar, nos recibió tímido pero con una mirada amable, atrás en el living se escuchaba que de la tele salían voces finitas y jocosas es que la pequeña Chávez, estaba mirado dibujitos animados. Fuimos a la cocina como para no molestarla en semejante tarea. Matías hasta ese momento solo había dicho: “hola, pasen”.
Permaneció callado un rato mientras llenaba la pava de agua para el mate. Su silencio no fue incomodo, más bien nos aclimató a su espacio y vida, todos se dio de manera natural y el dialogo fue fluyendo de a poco. La verdad estábamos nerviosos, El Chávez es uno de los músicos más emblemáticos de los últimos tiempos en el oeste. Habíamos vivido parte de nuestra adolescencia escuchando sus bandas: Árbol y Nuca. Varias veces pateamos las calles del oeste para verlo tocar. Y ahí estaba calentando la pava, a punto de ofrecernos unos mates, acompañado de un “quieren tostadas”. Así empezó a fluir la entrevista:

Escrituras Indie: “Como no sabia hacer nada muy bien quemé los puentes al cruzar” es una de las frases de la canción “Monterrey”. En algún punto está frase refleja tu historia musical, tu necesidad de quemar puentes a la vez que son cruzados, es decir de trascenderte musicalmente. Y por ahí no tiene que ver con el no saber, sino con una sensación de incomodidad en lo estático:



Chavéz: A veces padezco esa inconformidad, me pasa ahora haciendo el disco nuevo que cuando siento que hago un camino parecido, siento que no pasa nada. Es una sensación más que una decisión.

Ei: Volviendo a la idea de ruptura. En una entrevista dijiste: “Como productor el hecho de trabajar como un músico más dentro de las bandas y generar de ese modo un ida y vuelta con los demás enriquece el disco. También siento una cualidad en la forma en la que incluyo la tecnología como herramienta artística y de post-producción eso le da a los discos un sello distintivo y una vibra vanguardista”·.
La vanguardia es básicamente un movimiento rupturista, crees que se puede volver atrás luego de “romper”, o surgen otras búsquedas.

C: Lo que tiene la vanguardia es que lo que es vanguardia hoy, mañana es vanguardia vieja y no hay nada peor que eso. Como esta casa, en los cincuenta era moderna y ahora es un adefesio.
En este momento estoy buscando el equilibrio entre lo nuevo, que es lo que me interesa de la música que escucho y a la vez poder ser clásico, eso lo aprendí con Emiliano de No te va a gustar, que es súper clásico y me llamó a mi para hacer un disco rupturista. Trabajando empezamos a pelar cada uno su idiosincrasia musical, pero si intentas hacer algo moderno pasa lo de la vanguardia vieja. Generalmente los discos que trascienden tienen algo de clásico y moderno, algo moderno que es atemporal.

Ei: Hoy por hoy llevas a cuesta un proyecto musical que mezcla géneros: cumbia, dub, dance. ¿Alguna vez te paso que el público no recibió como vos esperabas la música que haces?

C: Lo que tiene este disco que es mucho más amable para el oído que Nuca, que era mucho más ruidoso para alguien que no esta acostumbrado. Te pasa mucho cuando vas a tocar al interior, a lugares que nunca fuiste, pasa que como Nuca es ruidoso, no sólo no la casan sino que les molesta. Esta música es súper agradable y entradora, vas ganando partido.
Antes cuando íbamos al interior con Nuca nos dábamos cuenta que la cosa fluía con la gente, cuando empezaban a hacer pogo, ahora, cuando empiezan a bailar.
También nos pasó ir a Córdoba a un boliche, donde el tipo que nos llevó, nos dijo que nuestras canciones la rompían y cuando empezamos a tocar la gente se quedaba así (se cruza de brazos con cara de serio) y decían estos “monos que onda”. Encima fuimos con formato SoundSystem. Es un formato muy de gueto más para gente que está acostumbrada.

Ei: Haces música bailable, de dónde nace esa necesidad de hacer bailar a la gente.


C: Todos mis discos tienen eso: Swing, desde Árbol. Porque a mi gusta esa clase de música, regee, hip hop es lo que más que escucho, escucho otras cosas también, pero es lo que más escucho. También me gusta la cumbia del tipo que hago yo, no tanto la cumbia clásica.
Con Nuca nos pasaba que volvíamos de las giras sin plata. Y ahora nos llaman y nos preguntan cuanto cobramos, es otra cosa. Porque el hecho que propongas una situación de baile y de fiesta, cambia la movida, deja de ser rock. Es re loco eso. Te llaman y te dicen cuánto estas cobrando, es loco, ahora ya estoy en esa. Pero veo a mis pares que siguen tocando rock y la siguen remando y no ganan un mango.



Ei: En Árbol tocabas la batería, después de dejar la banda empezaste a cantar, ¿cómo fue ese camino de la batería al mic?

C: Fue un proceso difícil, me llegaron un par de discos de gente que no cantaba bien y sin embargo cantaba. Me llegó Tricky de Massive Attack, me sentí muy identificado porque son monos que hacen las canciones, producen, mezclan, pero no son cantantes y llaman un par de cantantes de verdad para cantar un par de temas y los demás los cantan ellos, eso me voló la cabeza. Es como si fueras rengo y vez otro rengo jugando al fútbol, ves que lo hace y te dan ganas de hacerlo.
Manu Chao no es un gran catante, pero su disco me lo hice propio, empecé a cantar sus canciones porque son fáciles de cantar y me gustaban. Escuchando ese disco recorrí Latinoamérica. Fue muy fuerte descubrir por mis propios ojos Latinoamérica. También me pasó que muchas veces no tenía guita y me salvó cantar, o sea que me tuve que curtir.
Encontré una forma decir y ponerle voz a las canciones. Soy un loquito que dice las cosas como puede.

Ei: En “Desterrado” cantas “el lenguaje anclado en un corral y la emoción yéndose por las ramas”, ¿qué importancia tiene el lenguaje en tus canciones?

C: No sé por dónde empezar. Soy como de hablar muy poco, de hecho me cargan, soy reticente en la comunicación. Por ahí me paso una hora hablando pelotudeces pero no digo un montón de cosas muy concretas: nos vemos mañana a las dos, no te lo dije y hablamos de River, de J.J. López, de cocina, política, lo que sea. Entonces hay muchas cosas que no encuentro las palabras para decirlas, cuando me siento a escribir siento que eso si pasa. A veces soy medio hermético, mis letras no son concretas. Son como cuadros, oníricos.
Cuando empecé a escribir este disco Moron city groove me propuse a escribir de manera más concreta

Ei: No te salió, (risas)

C: No, no me salió (risas) para nada. Me ponía acá (en la cocina) a la mañana, hoja en blanco y arrancaba y al rato pensaba: esto es una mierda. Después de tanto tiempo de pasarla mal, me di cuenta que estaba forzando algo, y me di cuenta: no es por acá. Yo quería escribir simple.

Ei: Esa simpleza aparece por momentos…

C: Pero termina la canción y decís este pibe de qué está hablando.

Ei: Me parece que el estilo de tu música, de alguna manera, hace que la letra quede relegada un poquito. Por ejemplo: “San Genaro” no tiene ningún sentido más allá de un valor rítmico y musical en la canción.

C: Eso es simple, no tiene ningún sentido.
Cuando querés pintar una situación, me es difícil decirlo de un modo simple y concreto. Como en Monterrey. Esa canción salió yendo a producir un disco de Ciudadvitecos a Ciudad de Vita. Fui en auto y todo el tiempo flasheaba con lo que es salir de Castelar, una ciudad de clase media, y cruzar esa parte de San Justo, que cambia en cinco cuadras, es acá nomás Don Bosco. Cómo pones eso en palabras, porque además está la propia cultura musical y cultural, es acá nomás tampoco es que vivo en Paris. Y además voy en auto, escuchando otra música y estoy bajando data de ese mix en la canción. Cuando me pongo a escribir me sale eso.

Ei: ¿Y el próximo disco?

C: Sigo forzándome a escribir distinto, pero escribí muy poco. Es difícil superarme, como que con la música es más fácil.




En ese momento, El Chávez nos pidió seguir la entrevista en su estudio de Haedo, tenía que trabajar en algunos discos que estaba produciendo.
Antes de ir al estudio lo acompañamos a que lleve a su hijita a la casa de su abuela, una señora que tiene los ojos celestes profundos igual que él. Fue raro ver al Chávez en su faceta paternal porque nos tiene acostumbrados a verlo arriba de los escenarios en estado de trance por culpa del power-dub. Pero este es otro tipo de trance, uno armónico y familiar. De ahí nos fuimos caminando a la parada del 238 y lo tomamos. Ya en el colectivo charlamos de fútbol, del descenso de River y, obviamente, de música. Hablamos de la escena musical de La Plata, nos contó que había escuchado mucho lo primeros discos de El mató a un Policía Motorizado. Le preguntamos por sus cantautores favoritos, destacó el trabajo de Coiffeur, entonces atinamos a preguntarle si alguna vez haría algo así; guitarra y voz, y no, nos desalentó en el intento de verlo en una nueva faceta.
Matías “Chávez” Mendez además de ser un exponente de la cumbia electrónica del oeste es un respetado productor musical, la lista de bandas que produjo es larguísima, se pueden destacar: Los Umbanda, Sancamaleon, Doña Maria, Ojas, Gustavo “El pelado” Cordera, NTVG, entre tantas otras que tuvieron en sus discos el “toque” Chávez. Su camino como productor empezó en la etapa independiente de Árbol, para luego consolidarse con las producciones de los discos de Yicos, Shambala y Nuca, bandas que surgieron del espíritu de comunidad de la casa Yatay.
Llegamos al estudio Nómade, nombre que se corresponde con la personalidad musical del Chávez: no puede quedarse quieto en un estilo, trata de innovar y crear nuevos sonidos que abra puentes para luego quemarlos al cruzar. Antes de continuar con la entrevista hicimos una sesión de fotos, él se sentó al lado de la consola y seguimos:

Ei: ¿Ser productor te da cierta independencia?

C:Yo tengo mi estudio en la mochila. Yo voy con esto a cualquier lado. Eso es independencia. Lo único que necesito es tiempo, ni productor, ni músicos, en un momento no los necesité, lo hice sólo.
Cuando tengo el disco terminado me asocio con alguien porque no tengo el tiempo, ni las ganas de hacer el trabajo de prensa, distribución. No tengo tiempo.
Además me cuesta mucho trabajar en un estudio si tengo que respetar esa relación piramidal de los estudios. Tenés que ser muy político con tus decisiones. Me pasa ahora trabajando con el Pelado Cordera, que somos un montón, a veces me cuesta encontrar mi lugar en la cancha.
Los discos los hago donde quiero y como yo quiero. Cuando tengo el disco terminado, tengo un contrato, les doy un master, me dan una plata para los videos y hacen la distribución. Pero la parte de hacer el disco lo trabajo con productores amigos.

Ei: ¿Qué es Yatay discos?
C: Yatay discos es un mito. Éramos un grupo de amigos que vivíamos en una casa y gestionábamos cosas durante mucho tiempo. Después cada uno fue teniendo su casa, obviamente seguimos conectados. Pero nunca fue un sello discográfico. Yo a mis discos le pongo Yatay, por una cuestión romántica porque es el lugar de dónde venimos.

Ei: ¿Y tu trabajo con el Pelado Cordera?

C: Es algo que está vivo todo el tiempo, que todos los días se está reformulando, de hecho ya estamos haciendo un disco nuevo. Y se dio una cosa muy atípica, porque me quedé tocando en la banda, como percusionista, ahora ya no soy percusionista, pero era como una forma de estar. El tenía la necesidad de que yo esté y que vayamos haciendo un disco nuevo conviviendo, y no que nos encontremos dentro de un año y que me muestre sus canciones. Quería que vaya a las giras para ir en el micro componiendo y yo grabando con la computadora. Lo estamos haciendo, pasa que ahora estoy con otros trabajos, con mi familia y mi disco, no me puedo subir a todas las giras. Pero trato de estar. El vive en Uruguay, viene tres o cuatro días y vamos avanzando.
La experiencia de trabajar con él está buenísima, el chabón es grosso. A mi no me gustaba Bersuit y tampoco me gustaba él. Y al conocerlo realmente me interesó.
Él me llamó por teléfono, yo no lo conocía, vino acá se sentó ahí como vos, tomamos unos mates, nos pusimos a tocar. Pusimos el CD, empezamos a bailar los dos solos acá, pegamos onda en seguida. Hubo un feeling de toque. El me dejó un CD con canciones grabadas con la guitarrita, al mes le devolví lo que era para mi el concepto del disco que lo armé con Juanito.

Ei: Volviste a tocar con Nuca el año pasado, ¿qué nuevas sensaciones te trajo el hecho de pasar de lo bailable a la distorsión de los viejos tiempos?

C: Cuando empecé a tocar Moron city groove, al principio me faltaba un poco de fuerza. Y ahora le empecé a dar otra fuerza a la banda. Hoy ves El Chávez y es otra cosa, conseguimos un batero que le da otra fuerza.
Con Nuca tuvimos una necesidad musical de volver a tocar, como para exorcizar todo el último tiempo que pasamos juntos, que no estuvo bueno. Fue más tiempo que el que debería haber pasado, la cosa no estaba vibrando y seguimos como por inercia, o como una forma de hacer el luto.
Le dije a los chicos de juntarnos a hacer música de pasarla bien, quería que volvamos a compartir eso. Un día nos juntamos a comer un asado, estuvo todo bien y la próxima porque no juntarnos a tocar. Así fue.

Ei: ¿cómo ves la escena actual de la música?

C: Hace mucho que no salgo a ver bandas. Pero vengo percibiendo que lentamente está habiendo un cambio de paradigma porque las bandas que cerraban festivales y tocaban en canchas de fútbol, se están separando o se separaron, porque no tienen más nada que decir musicalmente. Yo lo asocio al cambio en la cultura-rock a partir de Cromañon. Lo de Cromañon nos podria haber pasado a cualquiera y en cualquier lado. Ese día estábamos tocando en Cemento con Nuca, pero no sabíamos muy bien lo que estaba pasando. La cultura rock, ya no tiene más nada para dar.

Ei: También están cambiando los espacios para tocar.
C: Si, pero lo llevo a un plano más amplio que excede la música. De cómo comemos, que relación tenemos con el alcohol, con las drogas. Los roqueros anteriores vienen de mucho reviente. Somos una generación que estamos en otra.

Ei: ¿Qué pensás de la generación que viene?


C: Lo que empezamos nosotros, ellos lo hacen mucho más. Casi todos son vegetarianos, viven en libertad su identidad sexual. Son más espirituales. Realmente brindo por eso.

La entrevista terminó entrada la nochecita, salimos del estudio y caminamos hasta la estación de Haedo. El oeste a veces tiene el mapa para hacernos colapsar pero tiene ese folclore intenso de sonidos, de lenguajes y emociones yéndose por las ramas entre “caras aindiadas” y nenes/as bien. “El silencio como idioma a veces no se deja entender” será por eso que el oeste es la cuna de grandes bandas. Será que cruzando la General Paz no entendimos al silencio…No importa, mejor así. En el oeste habita el groove.

3 comentarios:

tiki dijo...

zaaaaaaaaaaaaaaaaarpada entrevista me encanto!!!

me senti ahi sentado al lado de ustedes escuchando a Mati con su parsimonia y coherencia y aciertos a la hora de declarar!

los felicito!

tiki

Anónimo dijo...

chavez, un groso muy zarpado, en todos los discos donde metio mano, estan buenisimos !

Anónimo dijo...

simple y llano,corto y conciso...humilde y muy buena persona...así es el chavez

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