Hombre,
ya no me miro al espejo,
y estoy acostumbrándome a no tocar.
¿Vendrás?
 
Estoy ansiosa que aparezcas,
y pongas las cosas en su lugar: mi cuerpo a mi cuerpo,
y afuera todo lo demás.
Drenes el agua de mis ojos
para que se dejen de inundar.
Y me luches. Me conquistes y me aferres;
suave primero, para que yo no me asuste,
y luego no me tengas piedad.
Haceme tu esclava.
Atame las manos a tu alma.
Y los pies a tu cama, y enséñame a bailar.
Si. Así. Atada.
Y hablame con suspiros tus palabras sagradas,
las que revelan, las que alimentan, las que sanan.
Y abrime, a la fuerza si fuera necesario.
Y metete. Y cólmame
de amor, de sol, de tu simiente desbordame.
Y nombrame con todos los nombres que ames,
y que te hagan reír, y también despertar.
Y sentime cálida y apetitosa.
Devórame.
Saborea  mi sabor a hembra, a tierra, a chocolate,
y mi aroma a vino y mi piel suave.
Tocame.
Quiero erizarme bajo tu mano.
Quiero erguirme.
Quiero ser.
Y besame los ojos para que te vea.
Y las manos y los pechos y la vagina, y también los dedos.
Y arrancame de adentro. Y perseguime si me escapo.
Y derrumba mis silencios cantando,
yo te acompaño, pero despacio.
No le hagas caso a mis no, nunca, a veces.
Y mostrame en sus distintas fases, la luna,
como cambia, brilla, muta, desaparece,
y esta ahí, iluminando, siempre.
 
 
03 de mayo de 2010
Andrea Mineko
sonido que acompañan: Four Tet
i shin den shin


[ http://www.lovelymineko.blogspot.com/ ]

[ http://www.cuantosalgunosdias.blogspot.com/ ]


3 comentarios:

J .T dijo...

siempre caes con el poema preciso

la prometida del rey de los locos dijo...

demasiado preciso...

leandro dijo...

Hola,


muy bueno ! Mientras lei senti cada verso, cada copulativo y cada comparación. Suspire, nombre, me desgarre, saboreé y llene mi alma poética con el calor de la pasión que emana este texto.

Felicidades !

Leandro Rossi.

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