Un moreno con piel de chocolate se cae a un pozo color azul y negro. Termina de caer y se encuentra con San la Muerte. El moreno para la lengua por el filo de la guadaña, pero no se corta la lengua; entonces, sin éxito se despide comienza a marchar por un camino empedrado co adoquines de miel sólida.

Hacia el final del camino hay un paisaje sublime, pero el moreno no lo vislumbra porque sus ojos son tan blancos y, por eso, su ceguera es tan fuerte que se le imposibilita la mirada desde tan lejos.

Transitando va el moreno, cantarín, con una galera de etiqueta en la cabeza hasta que una pequeña oruga gorda con corbata de moño en el cuello se lo interpone en el camino.

- Bienvenido, mi negro-moreno.
- Muchas gracias.

Y cordialmente, el moreno baja su galera y sigue su camino.

Pero mas adelante, un conejo le interrumpe el transito pidiéndole referencia.

- Pero Sr. Conejo, yo estoy mas perdido que usted, intento llegar al final del camino.
- De veras que esta teniendo Ud. Un gran sueño. Nunca llegara al final del camino Sr. Moreno.


Horas más tarde; un moreno dominicano se despierta en una humilde pensión de algún sábado por la mañana; con todo el sol de febrero golpeándole el rostro. Él se levanta y abre un paraguas de terciopelo rojo con adornitos dorados y sale a la calle a protegerse de los rayos ulltravioletas que atraviesan la plaza de once.
O alguna otra.

1 comentarios:

Nadia Sol dijo...

Porque sos tan genialllll!! genial!

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