La lluvia me esta sorprendiendo.
No espero volverte a ver con mis ojos empañados.
Dejaré que la garúa de esta noche empalme mi rostro,
recorriendo
mi agrietado cuerpo
terminando en el suelo empolvado del tiempo.

Corro hacia la ventana.
Observo como la garúa que salio de mis ojos se va,
se va. Se esta yendo por las calles de mi barrio y,
DESEMBOCARÁ.
Todo en una bocacalle de alguna cuidad que no conozco.

Ahí quedará depositado lo que fuimos.
Y ahí, estaré esperando.
Cuando la garúa no sea más garúa y sí sea lluvia.

Espero encontrarte en esa BOCA-CALLE profunda de desprecios,
Donde seremos líquidos de aguaceros.
LIQUIDOS,
que recorrieron infinitos adoquines de calles anónimas;
que se filtraron por avenidas superconcurridas de viajes;
que esquivaron las esquinas para encontrar una nueva aventura.

Hasta desembocar en el mismo pozo, donde ya no nos conocemos.

Somos sustancias combinadas arrasadas por la lluvia,
no nos podemos reconocer.

Pero sospecho solidamente que estamos fundidos en la misma unidad.

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