Selección de poemas del libro "Último año juntas" de Micaela Szyniak, editado por Caleta Olivia (2023)

Selección por Nadia Sol Caramella




Cuando me despierto leo un libro nuevo cada día antes de dar clase antes incluso de prender el celular elijo uno de la biblioteca hago mate, salgo al balcón del monoambiente y ahí me quedo, el sol y el frío, juntos en mi ritual de estar sin ella que es como correr sábanas que tapaban espejos, de repente me acuerdo que yo pasaba quieta las mañanas para que no se despertara, no, era algo más, creo que la enojaba despertarse y que yo estuviera en otra cosa como si la dejara abandonada en la entrada de este mundo, pero esto es lo que pasaba: cuando volvía del sueño, y abría un ojo y después el otro, marrones, como almendras cansadas, aunque yo estuviera justo a su lado, abrazándola, ella estaba sola. Más sola en ese instante que el resto de los mortales. Pienso ahora que pudo ser la persona más sola que vi Y en realidad, yo también la que ella vió -imaginen la escena en reversa: una mujer despierta hace horas, con la persiana cerrada a mediodía, escribiendo en el celular para hacer menos ruido, brillo a mínimo, intentando no moverse por miedo a molestar- creo que la soledad fue nuestro territorio, ¿qué podíamos fundar en él? 

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Encontré un cuaderno mío en su casa y me puse a leerle frases, entonces ya nos estábamos separando pero todavía yo no estaba lista para verlo, cambió su gesto, como si pudiera echarme sin palabras, pregunté: ¿me voy yendo?, junté mis cosas, ella agarró sus llaves y como había empezado a preguntar esa mañana en Avenida de Mayo seguí preguntando: ¿te pasa algo? Contestó que ya no tenía sentido esa charla y en mi parada repitió: “quiero efectuar la definitiva y total separación”. Nunca entendí porqué necesitó un lenguaje técnico para hablar de sentimientos A la semana le pedí llamarnos, me dijo: “no tengo tiempo”, la llamé igual, entonces yo sentía que me podía desarticular si me dejaba como un muñeco. Por teléfono explicó: no supo porqué le dio rechazo el asunto del cuaderno, pero el cuerpo siempre sabe adelantó, hasta que unos poemas míos en el blog de Pato Foglia le dieron mucho cringe, esa es la palabra que eligió, se traduce como mucha vergüenza, yo, mis amigos, la poesía Entonces me dijo, uno, que era una narcisista ¿pueden creer que respondí: perdón, te amo, borro todo, como si me arrastrara por el desierto con las rodillas ensangrentadas?, dos, que entre mi obra y ella yo ya había elegido y, tres, que me tendría que haber dejado un año atrás cuando publiqué mi libro anterior. Está este concepto de Ulloa, la encerrona trágica es cuando alguien cae al piso y otra persona lo sigue pateando sin que nadie ni nada intervenga, eso se llama crueldad, aunque no sé cuál fue la crueldad ahora que lo pienso quizá el mayor gesto de ternura que mi ex pudo darme fue ese lenguaje técnico en Avenida de Mayo, ese efectuar, ese definitiva, ese total.

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Parece que tenés el pelo corto

me lo dijo un taxista que hoy llevó la pantalla de la pc de mi casa a tu casa: “sí, bajó y lo recibió una chica de pelo corto”, dijo “Ah, pelo corto, puede ser”, respondí Supongo que la separación es coordinar horarios, no contarnos cómo estamos, todo visto desde afuera, ya no vas a meterte en mi interior no a decirme demasiado y yo no voy a preguntar. En cambio: “Dale, gracias, un beso, a vos”. Y de fondo sosteniendo nuestra relación una necesidad frágil pero irrompible: “tenés esto?” o “podrías devolverme aquello?” No hace falta más para ser ex novias Pero ocurrió que cuando ya la pantalla había llegado -ese fue el objeto que pediste: una pantalla- me enviaste un corazón rojo y un flyer, “viste este concurso de cuentos de amor?”. Al final la atracción del principio sigue estando, como si nada la hubiera roto: narrar historias de amor. Fue lo que nos iba a unir, fue lo que nos iba a separar Ahora queda entre nosotras como después del viento, lo quieto.



| Sobre la autora   |

Micaela Szyniak es lic. en Artes de la Escritura (UNA), donde también es docente en Introducción al Análisis del Discurso y adscripta a la cátedra Poesía III. Coordina talleres literarios y, junto a Laura Duschatzky, el espacio de Educación “De la práctica a la escritura y de la escritura a la práctica”. Publicó Tamara (Promesa, 2020), Contrato precario (Salta el pez, 2019), Escribo pidiendo ayuda (Nulú Bonsai, 2018) y Mi cuerpo es un tributo (Trench, 2018).

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