collage por @nubelectrica |
EL MOMENTO MÁS TRISTE DE LA VIDA
Una vieja dijo:
“el momento más triste de mi vida
fue ver a mi padre tener un ACV.”
Otra vieja dijo:
“el momento más triste del día
es mirarme en el espejo.”
Mi vieja, la mía, mi vieja,
me dijo:
“¿en qué se fueron los días?”
Como si se hubiesen marchado en bote.
Y otra vieja dijo:
“tengo el pelo blanco
lleno de momentos tristes
que no pienso teñir.”
El momento más triste de la vida
está lleno de viejas de pelo largo
tratando de peinarse.
Hay nudos muy fuertes
que sólo se sacan
arrancándolos.
No se pueden dejar en la ducha.
Es triste, pero
hay que agarrarlos,
armar una especie de peluche
-‐qué triste-‐
y tirarlo a la basura.
No tapar la ducha,
se tapa igual,
con el tiempo
se tapa igual
por acumulación.
Una persona
a sus veintisiete años
dijo lo mismo.
Armó un peluche de pelos
y dijo lo mismo.
“Partes de mí
que no puedo conservar.”
Este es el momento más triste de mi vida.
...
QUE POR LA LUZ ESTALLA
Parte 1
El cuerpo camina
por el paisaje, el paisaje camina
por una luz violácea.
Me quedan 10 años de vida.
Me han envenenado los masones,
vuelto de Praga enfermo,
me dirijo a Viena.
Las hojas se mueven
de un lado a otro
en el vaivén único del lago.
Me quedan 10 años de vida.
No pagaré las cuentas,
no tendré a mis hijos
bailando sobre el piano,
moviendo los brazos de un lado a otro
en el vaivén único del lago.
El mundo parece estar en coma.
El único signo de vida es el pulso.
El corazón tiene el marcapasos, el aire tiene
el respirador, la sinfonía
el compositor.
Una sala vacía y el sonido de la nieve
llega sin los dedos sobre las teclas,
directo del pulmón del piano,
dándose vuelta desde adentro.
Me dibujo parte de los pinos,
cubierto como ellos
de lo que no puede nombrar
mi viaje.
Parte 2
El cuerpo sale del bosque
a interrumpir la nieve.
El resultado un punto negro
en el medio. Cada color que acierta
tiene su propio valor.
Los pájaros blancos un sonido separado.
...
CUANDO LLEGAN LAS PENAS
NO SON ESPÍAS,
ES UNA LEGIÓN
La miseria es un reflejo
no menos real
que una mano sosteniendo algo
en el empedrado mojado
la noche brilla
hay charcos
probablemente de sangre
se han definido muchas variantes
pero nunca todas.
Esta funciona así:
es forzada como tantas otras
un gomón
con una ínfima falla de escape
que lo desarma lento
un flota-‐flota
en el diluvio de un marzo
radicado en la ansiedad
fue y será inminente:
la vista gorda y el declive.
| Sobre la autora |
CAROLINA ANGRIMAN es actriz, poeta y dibujante. Vive en Tigre. Magíster en Escritura Creativa, UNTREF. Egresó de la carrera de Dramaturgia de la EMAD. Se formó en la Universidad Nacional de las Artes, en la carrera de Lic. en Actuación. Estudió cine en el Instituto de Cine Contemporáneo de Vicente López. Realizó taller de poesía con Fabián Casas y Francisco Garamona. Tiene un proyecto multifacético titulado “La Mala Estrella”, el cual recibió una beca Creación del Fondo Nacional de las Artes.
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