cuando aparecí con la cámara de fotos
ella tejía y de repente paró
alzó los ojos enormes, celestes, saturados
y me dijo: qué vas a hacerme.
en todos los recuerdos que tengo de tu casa
aparezco sola
el agua, el verano, el jardín
las flores grandes
peligrosas
y vos oscurecida
en los márgenes
difusa
siempre tuviste
la ternura rígida
de quien es amable por deber
por largas tradiciones
de cortesía
hay que amar a los hijos
y a sus hijos, y a los hijos
de sus hijos
igual, te agradezco
qué naturalidad
estoy esperando
y por qué la espero
tal vez el amor
solo sea una exigencia
rigurosamente humana
que no nos salvará de estar solas
pero sí del incendio
de la inundación
de las depredaciones.
también sos
desde algún ángulo de la luz
este sueño feliz
esta abundancia:
caminamos de la mano en primavera
tenés el pelo dorado y corto
a lo Marilyn Monroe
cruzamos la plaza y me comprás un algodón de azúcar
qué más puedo pedir
tengo el cielo en la boca
tengo el rumor tibio del sol
anidando en los costados de mi cuerpo
tengo una mujer hermosa
no puedo pedir nada, proyectar
nada
entonces respiro
como si tuviera en el centro
algún jardín, algún bosque
algún dulcísimo sentimiento secreto.
la plata que me diste
no la gasté como querías
no me compré un vestido
no compré telas
ni lana
ni revistas
la gasté en chocolate
en dos turnos de hoteles
invertí en el amor
no me compré un vestido
no compré telas
ni lana
ni revistas
la gasté en chocolate
en dos turnos de hoteles
invertí en el amor
poemas publicados en Starenka, editado por Caleta Olivia (2019)
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