-¡Pero Fede! ¿Para qué llevas eso?

-Ahora vas a ver... ¡Yo soy el jefe! Esta es mi botellita loca

Los dos bajamos las escaleras que estaban desiertas de adictos, caminamos unos metros a la derecha y llegamos al cajero automático.
Federico cruzó por el vidrio roto resbalando un poco con las astillas de gran tamaño; estaban durmiendo cuatro pibes chorros sobre unos sucios colchones y dos enrollados en mugrosas frazadas. Yo oficiaba de campana y mi amigo comenzó a roziar de nafta a los supuestos ladrones de la bicicleta.

-¡Un poli!- murmuré asustado -¡Abortá, abortá, un poliyuta!-

-¡Aguantá!- dijo Federico, y encendió la nafta con un trapo. Se originó un pequeño fuego -¡Ajá! ¿Y ahora?-

-Ahora vamos, ¡la policía!

Los dos llegamos a la avenida De Mayo y 9 de Julio. El boliche gótico era una pequeña puerta que pasaba desapercibida, de no se por los vampiros que hacían fila para entrar. Los dos nos tomamos unos tragos en el kiosco bar de entrente, y Mary Mayer se hizo la linda; pero yo le dije que estaba con Erica, y bastante enamorado de Delfina.
Lissette estaba a los besos fatales con su ex novio sobre la ventana de un hotel a metros del bar dark de la esquina; asi que cruzamos.

-¿Qué hacés con este pingüino?

-Tranquilo- dije serio -¡Encará tranquilo, take it easy!

-Es mi novio, y ya fue, volvimos- sentenció Lissette -asi que, ¡todo mal!-

-¡Este gil, este normalito!- dijo Federico y sacó una navaja -¡Yo te pincho todo, es mía, no se la banca! ¡TOMÁTELA!-

-Ya pasó- murmuré y le atajé el brazo -se acabó la noche, el día, nos vamos; ¿nos ves que se nos vienen los patovas?-

Lissette los había llamado con señas y su novio temblaba de miedo; estaba vestido con equipo de gimnasia, y pretendía ser un rapero con la gorrita ladeada. Yo llevé a Federico a los empujones hasta la esquina y abordamos el primer taxi que se nos cruzó.

-¡YA VAS A VER, VOS Y TODOS!- advirtió mi amigo después de bajar la ventanilla mientras se me hacía imposible atajarlo de su ataque de nervios. Y prosiguió a los alaridos -¡LOS VOY A PINCHAR, A LOS DOS! ¡A VOS POR PUTA!-

-¡Basta! ¡El amor es así, siempre te toca perder!

El balconcito de la habitación tenía una baranda de hierro con fileteados de los años '40, una verdadera reliquia de la arquitectura Argentina; las ventanas eran de madera, con persianitas americanas y rebatibles en cuatro partes.
Erica se veía bella durmiendo, a luz de una marquesina le daba intermitentemente, y me senté a contemplarlo todo.

-¡No te la creo, que vida loca!- susurró Federico mirando su billetera abierta sobre la mesa; también sus alajas -Es la peor ¿cómo no vas a querer a un tipo con todo este oro? Se queda con ese gil muerto de hambre, ¡hasta nos podíamos haber ido a vivir juntos!-

-¡Ya pasó, buscate una mejor; Lissette no es para nadie! Yo estuve unos dias y no le dí.-

-¡Para vos es fácil, vos tenés la que querés!

-No, para nada, me falta mi Delfina preciosa, ¡mi muñecota de trapo!

-Es una tarada esa rubia gorda

-¡No sabes, vino la madre de Leticia, la novia de Guido y me encaró en la plaza, se puso a llorar por su hijita buena. Casi le pego, me desesperó tanta tristeza. Oh! ¡Que duelo que tuve, la peor!-

-¿Te querés matar?- preguntó Erica despabilándose -¡Adiviná quien falleció!-

-¡No!

-El Ricky, el cantante de Flema.

-Oh, por Apolo el dios de las artes! ¡FUCK! Yo lo conocí en una exposición de fotos, cuando era periodista. ¡Era un tipazo con un sentido del humor genial! Ricky me dijo: ¡MI BANDA ES UNA MIERDA! ¡Vos sos una mierda; pero Flema, es una mierda más que vos!

Los tres nos tiramos en la cama y nos pusimos a dormir, no había otra.

-No se les ocurra poner a darse- dijo Federico -¡Que yo estoy acá... y me prendo! ah! ah! ah! ah!-

-Dos putas y un chongo- dije bromeando -¡Eh, amigo, es la vida de los ricos!

-Jajaja! dos putas, un chongo ¡y una volsa de merca!

-Vos no podñes Fede- consideró Erica -porque él, ¡él es mi amigo gay!

-Hablando de eso, igggh! el otro día se estaban peleando los tumbas por el travesti del pasillo. Parece ser que uno le dió, y otro también, y a uno le pintó el amor, y lo quería acuchillar al otro!-

-¡Aguantá!- dije entre risas -¿No sabés lo hermosa que es Lulú con esos bigotitos chamameceros? ¡El travesti sex symbol bigotuda! Basta Fede, porque no me voy a poder dormir.-

-Pensar que se hacen los pulentas con un caño en el bolsillo- dijo Erica -¡y se terminan empomando entre ellos, vuelta y vuelta con un trabuco!-

Yo desperté varias veces en la noche, me sentía claustrofóbico; tambien tuve sueños, como presagios de que iba a volver a estar encerrado. Me levanté de la cama como a las 3 de la tarde.
Erica estaba hermosa, se había pintado prolijamente la cara regordeta, y vestía elegante-punk en jeans; Federico tenía puesto un traje negro y había pasado betum por mi paleto de cuero. Yo cotrareado me puse a vestirme para los acontecimientos del dia.

-Ahi está la comida.

-Gracias Eric.

-¿Y jefe?, jefe alemanen del partido ¡A ese negro Carrington no lo podemos atrapar!¡Siempre se nos escapa!-

-Sos un tarado cuando hacés eso- dijo Erica tentada -¡sos mi orco feo y malo!

-Para hoy- explicó Federico fumando tabaco importado -tenemos dos negocios loco, el primero es ir a cambiar billeta, y el otro es ir a firmar garantías truchas con giles.-

-Fácil, simple, firma con la mano izquierda, si hay peritaje firmas con la derecha.

-Yo los espero en la galeria.

-Okey Erica, paso y te veo en la escalera.

La avenida Corrientes es una larguísima peatonal, uno de los centros comerciales más grandes del mundo atestados de turistas; también de prestamistas de dinero ilegales, "arbolitos" que se dedican a cambiar dólares por pesos argentinos.
La financiera a donde nos dirigiamos era muy lujosa y con vidriera a la calle, tenía un pizarrón lumínico fuera donde se podía apreciar la cotización nueva de la moneda con dos guardias gigantezcos vestidos como generales. Sus gorras llevaban grandes águilas de metal plateado.
En el medio del camino había una viejecita de grandes anteojos, pelo de color violeta, que se genera por la tintura vencida para tapar las canas, y arrugas finitas en su cara por millones. A su lado siempre había un niño con retraso mental.
Yo detuve a Federico unos metros antes.

-¿Tené' moneda?

-Sí ¿Cuánto querés?

-No salame, acordate de esto: ¿Tené' moneda?

-¿Qué onda?

-Vos acordate- dije, y los dos seguimos camino ante mis señas -¡Ahi va!-

-¿Tené' mondea?- preguntó la viejecita -¿Tené' moneda?-

-¡JAJAJA! aguantá, no podés ser tan hijo de puta, jajaja!

-Me persigue siempre, vieja bastarda. Siempre me la cruzo en la calle, en el medio del camino- aseguré entre risitas y siguiendo camino -una vez le di un boton de camisa rojo, siempre pide: ¿Tené' moneda? Me vuelve loco, ¡es el diablo en medio de la encrucijada! Siempre habla con la eñe por todos lados. No me va a dejar hasta que le de un peso en "moñeda".-

-¡No podés ser tan hijo de puta, jajaja!

-Basta, seriamente me da como culpas, me siento en deuda con gente así por la calle. POr eso digo que la vida es hermosa, nací entero y tengo posibilidades de tocar el Olimpo con las manos cuando quiero. ¡Me da tanta impotencia cuando veo gente minusválida, una bronca! ¡Y no se a quien atribuirselo! Puff después dicen: el amor y la creación de dios es maravilloso. ¡FUCK!

Los dos llegamos a la puerta de la financiera.

-Vos cuidá de que no nos roben, ¡a ver si nos chorean y perdemos!

-¡Sí, jefechito!


CONTINÚA...

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